Duarno

Los duarnos (también llamados ángeles) varían en apariencia dependiendo de qué tan alto se vaya en la jerarquía angelical del Palacio Divino. No obstante, los ángeles que rondan Terenar siempre pertenecen al escalafón menor. Los duarnos de rango más bajo son de piel dura, del color del bronce pulido y brillante. La cabellera de los duarnos es una llama sagrada sempiterna que no puede ser apagada a menos de que el ángel sea arrebatado de su vida. Sus rostros son como máscaras sin bocas ni fosas nasales, tan solo con la forma de una nariz y algunas veces orificios como ojos pero que, al ver en su interior, solo hay una oscuridad absoluta que absorbe toda la luz. Además, sus espaldas suelen ser cubiertas por tres pares de suntuosas y largas alas con una apariencia mecánica debido a sus pieles "metálicas"; estas alas son retráctiles, lo cual quiere decir que los duarnos pueden esconderlas y mostrarlas solo cuando las necesiten.   Los duarnos tienden a medir entre 2.6 a 3 metros, lo cual los hace una de las razas más altas de Terenar. Además, su altura con su masa muscular suele darles un peso de 121.7 a 217 kg. Incluso en relación a los abismales, los duarnos son más altos en promedio y hasta más intimidantes.   Puesto que los duarnos carecen de boca, estos no pueden hablar a través de medios comunes. En cambio, invocan sus "ecos" provenientes del propio Palacio Divino, los cuales parecen descender del cielo hasta llegar a donde se encuentran, permitiéndoles comunicarse con otros duarnos o miembros de otras especies.

Los duarnos pueden reproducirse como las demás especies sapientes humanoides, tales como los kasmeos y los tédricos. Sin embargo, a diferencia de las especies terrenales, los duarnos pueden reproducirse con nenúnicos, elfos, titanoides y trasgos. El producto de esta hibridación es llamado un "nefilim", un ser mitad duarno y mitad terenario. Al igual que los abismales, en los duarnos existe un poder que les permite corromper los gametos de su pareja; como una especie de virus que se apodera del óvulo o espermatozoide y reestructura su material genético lo suficiente para permitirle reproducirse con este. El resultado será un ominoso cruce genético entre un duarno y otra especie como un duarno-kasmeo o duarno-bakseo. Justo como los abismales, independiente de quién provea el óvulo o el espermatozoide, una vez ambos gametos entren en contacto, el virus será transmitido y modificará el otro de manera tan rápida y destructiva que permitirá la unión. La bioquímica de este proceso aún no se comprende, y los científicos están muy lejos de entenderla.   Al igual que otras especies que son de origen espiritual pero adquieren forma material en Terenar, existen aquellos duarnos creados directamente por Erator (creacionismo, los ángeles originales) y ellos que nacen de la relación entre dos duarnos corporales, por lo cual su alma no es producto de la obra de Erator directa, sino de la unión de dos almas preexistentes y, por lo tanto, hereda las características de estas almas (traducianismo).   Los duarnos son criaturas cuyos organismos siguen los principios del eratorismo. Puesto que los duarnos nunca fueron diseñados para reproducirse (y de todas formas adquieren genitales al descender a Terenar), aquellos que se acuestan con un duarno no viven demasiado para contarlo. Las mujeres que llevan el hijo de un duarno sufrirán toda clase de dolores y quemaduras espirituales durante todo el periodo de embarazo hasta que finalmente den a luz, momento en que una llama sagrada interna consumirá sus almas y cuerpos. Se describe a los cadáveres de mujeres que dieron a luz a un hijo nefilím como cuerpos incinerados, algunas veces carbonizados, aparentemente por las llamas de Erator.   Este castigo también aplica para parejas de duarnos con las que tienen relaciones sexuales únicamente con fines recreativos, y también se expande a relaciones entre dos duarnos. Si dos duarnos tienen sexo entre sí, independiente de que haya embarazo o no, ambos serán quemados por su propio dios.

Los ángeles crecen con la misma velocidad que los nenúnicos u otras especies sapientes. Estos pueden vivir hasta 80 años terenarios y tienden a ser considerados adultos a partir de los 7 años. A los 8 años terenarios sus cuerpos han madurado completamente.

Hasta ahora los duarnos solo han tenido contacto con las álgidas regiones del septentrión nenúnico, a decir, Dharmim y la vieja Enám. Esto quiere decir que están mejor adaptados para las temperaturas bajas y sutilmente cálidas como el tundra y taiga darmino, los bosques templados y las costas mediterráneas enamesas.

A diferencia de todas las demás especies en Terenar, los duarnos no necesitan alimentarse de substancias físicas. En cambio, los duarnos se alimentan constantemente de la conexión que tienen con el Palacio Divino. En Leshaím existe el último portal abierto que va hacia el Plano de la Luz, razón por la cual hay una cantidad mucho menor de duarnos que la que existió al comenzar la Cabalgata del Fin. Este portal, el cual se debilita cada día más, permite la presencia de hasta 100 duarnos en Terenar. Estos 100 duarnos son alimentados por su conexión directa con el Palacio Divino, la cual, en tanto exista, les permitirá seguir viviendos sin tener que comer, beber o dormir. Puesto que no necesitan dormir, son inmunes a la costura de pesadillas.   Los nefilíms, que son aquellos híbridos duarno-especie terenaria, sí deben satisfacer sus necesidades biológicas como los otros organismos del planeta. Sin embargo, cualquier don duárnico como lo podría ser una conexión muy íntima con lo divino también dependerá de los portales al Plano de la Luz. Una vez estos portales sean completamente cortados, los duarnos perecerán y así también los poderes de todos aquellos que tienen sangre duárnica corriendo en sus venas.   Teológicamente hablando, los duarnos existen por y para Erator. En tanto el espíritu de Erator siga latiendo (de una forma u otra, incluso bajo su profundo coma), todos los duarnos seguirán existiendo. Sin embargo, los duarnos solo pueden existir fuera del Palacio Divino si aún mantienen una conexión con este, la cual solo es posible a través de los portales. Cuando los portales se cierran, cualquier duarno fuera del Palacio está destinado a morir.

La psicología de los duarnos es más diferente a la de otras razas, ya que buena parte de ellos carece de libre albedrío. Fueron creados directamente por Erator en una relación simbiótica parasitaria inquebrantable, donde solo pueden actuar de acuerdo a su voluntad y representan una versión muy extremista y radical de sus propias ideas. Otros, los duarnos más débiles, están menos sujetos a su creador original. Aunque todos son creados con una iluminación para seguir sus mandatos e invocar sus milagros, varios duarnos han perdido su vínculo divino con Erator tanto en el Palacio Divino como en Terenar (y sobre todo en Terenar). Aquellos que pierden la iluminación se pueden considerar completamente libres de mente y cuerpo, pudiendo tomar sus propias decisiones y llegar a sus propias conclusiones sin que Erator mueva sus hilos.   Los duarnos con menor libre albedrío están genéticamente condicionados para reaccionar a las herejías eratoristas. Los duarnos más poderosos o más cegados por la fe reaccionarán al pecado con ira fulgurante, acabando con todo lo que se encuentre en el camino hasta que la profanidad haya sido erradicada. Esto hace de los duarnos criaturas impulsivas y peligrosas, las cuales han sido conocidas por causar crímenes horripilantes como los de la Exhibición de Leshaím.

En el Palacio Divino existe una jerarquía angelical con los Tronos en la cúspide, los cuales conforman un Concejo que domina los 96 Cielos. Por cada Trono (un duarno carente de libre albedrío muy poderoso) existen 8 Cielos. Debajo de los Tronos están las Dominaciones, ángeles de gran poder igualmente y de poco libre albedrío, los cuales tienen bajo su autoridad 2 Cielos. Debajo de las Dominaciones, las Virtudes, dominan 1 Cielo cada uno. Además, las Virtudes rigen sobre Potestades, ángeles que se encargan de sectores dentro de un mismo Cielo. Los Principados son también parte de esta jerarquía, pero no gobiernan en los Cielos sino en los otros planos donde Erator extiende su gobierno. Por ejemplo: en Terenar existió una serie de Principados que se repartió varios Estados darminos y compitió para conquistar la Sacra Enám. Por último, los archiduarnos y duarnos forman el grueso del ejército angelical eratorista, y estos son los ángeles con mayor cantidad de libre albedrío. A mayor poder, menor consciencia propia, y el reverso es cierto igualmente.   La posición de un duarno en esta jerarquía es determinada desde su creación. Los Tronos han sido los mismos desde que fueron creados eones atrás, y lo mismo las Dominaciones, Virtudes y Potestades. No obstante, algunos duarnos pueden convertirse en archiduarnos y vice versa, así como también un archiduarno puede ascender a Principado si uno muere o si otro es necesario.

No tienen características faciales particulares puesto que prácticamente carecen de rostro. Sus caras son como máscaras sin boca, ojos, cejas u otras cosas que normalmente existen en una cara. Lo único que se observa en el rostro de un ángel es la figura de una nariz sin fosas nasales.

Los duarnos que tienen "orificios" como ojos cuentan con todos los sentidos de un ente sapiente promedio en Terenar. Además, la luz de Erator los guía siempre en la oscuridad, queriendo decir que ni la penumbra es un impedimento para sus acciones. Por otro lado, aquellos duarnos que en sus rostros no presentan "ojos" son completamente ciegos, y dependen de un sentido sísmico similar al hinraíno para navegar y "observar". Cabe destacar acerca del sentido sísmico que algunos duarnos pueden percibir las vibraciones viajando a través de partículas de aire, lo cual les permite delimitar figuras y anticipar obstáculos a pesar de que no estén pegados a una superficie.

La organización principal de duarnos en Terenar es la Duarnocracia de Leshaím. Esta nación de darminos eratoristas es regida por la última Intervención Duárnica en pie. Antes de esta, existió un grupo de duarnos que intentó infiltrarse en la Sacra Enám durante la Guerra de las Cadenas, conocida como la Segunda Intervención Duárnica. No obstante, al final esta fue aplastada por la Iglesia del Sol Negro.

Los duarnos fueron creados originalmente por Erator y casi nunca han tenido contacto directo con Terenar. Las cosas cambiaron durante la Maldición de Eneter en Nulvin, donde los duarnos empezaron a ser invocados por angelólogos eratoristas para combatir las fuerzas nigrománticas que azotaban las tierras. La actividad duárnica en el plano terrenal incrementó durante la Cabalgata del Fin, donde un portal al Palacio Divino fue abierto en Dharmim, el cual abrió paso a varios Principados, archiduarnos y duarnos que, desde entonces, han combatido para establecer la supremacía eratorista en el mundo.