Einor Abistei

Einor es alto y delgado, no especialmente fuerte pero con una espalda ancha y piel azul que evidencian su ascendencia como genasi del agua. Sus ojos son completamente negros, con un iris azul sin pupila. Viste una túnica de mago verde oscuro con detalles ocres, doble pechera simétrica atada a un lado, con los lados del bajo abiertos para mejor comodidad en cuanto al movimiento, y a traves de los cuales se ven unas botas de cuero bastante desgastadas, con polvo, restos de tierra y unos pantalones de cuero ceñidos con un cinto en el que lleva bolsas y libros. Aún con la túnica, puede intuirse un tatuaje que realmente le cubre todo el pecho, pero que además sube por el cuello y la barbilla

Vida Temprana

Lo único que Einor recuerda es que su vida comenzó en un orfanato. Sin embargo, nunca le faltó el amor allí: las dos mujeres encargadas del lugar que le criaron se encargaron de que así fuera. Einor empezó a mostrar interés y aptitudes para la magia muy temprano, y eventualmente se le presentó la oportunidad de estudiar en la Academia Astrum. Allí seleccionó la casa Virtuis, y pasó años esforzándose en mejorar sus aptitudes mágicas, interesándose concretamente en hechizos ofensivos y defensivos, asi como en la historia y la arqueología. Durante su tiempo allí entabló una fuerte amistad con Lilia Savelli. Cuando acabó los estudios se quedó en la escuela como asistente de profesor, fue colaborando en algunos departamentos y acabó participando en algunas expediciones, lo que incrementó su interés por la arqueología y civilizaciones antiguas. Se presentaba voluntario y las buscaba, incluso llegando un punto en el que se interesó en expediciones fuera de la escuela con otroas instituciones, y fue en una de ellas en las que conoció a un joven llamado Zael. Einor no se fiaba mucho de él, nadie le conocía y le daba una mala espina, así que decidió acercarse a el para controlarle. El semielfo era muy carismatico, y empezó a flirtear con Einor como si bromeara, a lo que él simplemente le seguía la corriente en un principio. Cuando acabó la expedición, Einor notó que faltaban algunos artefactos, y maldijo para sus adentros al darse cuenta de que posiblemente había sido Zael, a pesar de que lo hubiera tenido vigilado. A los días de volver, una carta le llegó a casa: Era de Zael, e incluía un medallón de lo que había desaparecido. Con un texto divertidamente ladino, Zael anunciaba que ahora Einor también estaba implicado en el robo y por tanto no podía decir nada, citándole para quedar un día. Einor entró en pánico por verse metido en un lío, así que aceptó ir con Zael, y para su sorpresa este le propuso una nueva expedición que le era de muchísimo interés al genasi. Einor se dio cuenta de que en todo el tiempo que estuvo con Zael, este realmente le escuchó y aprendió de las cosas a las que él le daba importancia... aunque no podía pasar por alto que no dejaba de ser un ladrón. Con el tiempo ambos empezaron a trabajar juntos y a formar una amistad, mientras el flirteo seguía presente, en ocasiones oscilando entre la broma y lo real. Einor no dejaba de pensar que podía ser una buena influencia para el semielfo, y este último pensaba que podía llevar a Einor por un camino un poco más caótico. Al final se acabaron encontrando en un punto medio y equilibrado Formaron un grupo propio, trabajando para escuelas, coleccionistas e incluso el mercado negro:Einor llevando la parte del conocimiento y la reputación y Zael los trapicheos y los negocios en negro. Y poco a poco, los flirteos dejaron de ser bromas.

Sangre y Piedra

Einor fue contactado por su vieja amiga, Lilia Savelli, para un trabajo. Amirah Rakkan había localizado un antiguo artefacto llamado La Esfera del Eclipse en una ciudad llamada Zarden, y Lilia quería que lo investigara y acompañara a su hermano, Balder Alwyn, y a Khalid Khanum , que buscaba romper su maldición con el artefacto, hasta el mismo. Además, Amirah llevaba semanas sin dar señales de vida: debían encontrarla. Einor se adelantó con su equipo: Nora, Bernard, Liranel y Zael hasta Zarden para intentar tantear el terreno y buscar una guía. Después de encontrar una, llamada Lyla, ambos se pusieron en marcha hasta Emossa para recoger a los lores, mientras su equipo se dedicaba a seguir invesigando desde la seguridad de la ciudad. Al llegar a Emossa, Lilia le entregó un Canalizador, dándole instrucciones de cómo usarlo. Debían entregárselo al lord de Zarden, Alabast Halvard Sinnus, como muestra de buena fe y deseo de colaboración entre Emossa y su ciudad. Einor lo guardó celosamente y durante la parada del grupo en la taberna del Arbol Dormido, notó que alguien le vigilaba y parecía tener por objetivo robar el canalizador, pero el grupo logró encararle y espantarlo, confundiéndole sobre quien tenía el artefacto. Cuando Einor regresó junto a los lores, su equipo había desaparecido, y encontró una nota en el diario de Nora diciendo que se habían apresurado hacia las Fauces después de que Zael recibiera un mensaje de Einor pidiendo ayuda, lo que no tenía ningún sentido. Después de una reunión con el lord de Zarden, Alabast Halvard Sinnus, y posteriormente con su tía Galena Sinnus, que confesó haber visto a Amirah días antes y que había desaparecido en Las Fauces sin volver, El grupo se puso en marcha hacia el lugar indicado. Las luces Danzantes de Einor fueron claves, junto a la piedra de luna de Lyla, para avanzar a través de Las Fauces. Tras llegar a un antiguo templo de Tyr, se vieron atacados por un Behir corrompido. Después de derrotarlo, no sin dificultades, empezaron a explorar para darse cuenta de que Amirah había estado allí, efectivamente. Las pistas daban hacia un lugar llamado El Descanso del Titán, en el corazón de Las Fauces. Además, en el templo encontraron marcas de golpes pesados recientes: y Einor detectó magia de evocación viniendo de un almacén semioculto por unas vigas sobre las puertas. Con cautela, abrió la puerta de este, encontrando a un Zael muy desmejorado que había quedado atrapado días atrás, y solo había sobrevivido a la maldición de las fauces gracias a un pequeño anillo que emitía luz. Sin embargo, surcos negros se extendían por su cuello debido a la exposición necrótica. Tras un emotivo encuentro y un breve descanso, llegaron a la conclusión de que alguien le había tendido una trampa al equipo de expedición; tenían que encontrarles. Todosse pusieron en marcha de nuevo. Tras explorar las ruinas de Paso del Cedro descubrieron el Gremio de los Cazadores Lunares, donde descubrieron la historia de Aydar Rakkan y de esta organización y se enfrentaron a varios no muertos, además de encontrar un pergamino de restauración mayor que Einor guardó. En el Descanso del Titán, llegaron a unas grutas llenas de agua; Einor nadó a través de ellas y dio con un anillo mágico que posteriormente les permitiria hablar con el espíritu de Jaakim, aprendiendo todo lo relativo a la historia de la Esfera del eclipse y los antiguos dioses. Si bien, como arqueólogo, Einor estaba fascinado por aquel lugar, debían continuar. Tras resolver un acertijo accedieron a la sala principal, donde debía encontrarse la Esfera del eclipse. Sin embargo, no estaba allí: en su lugar, había una estatua perfecta de una tiefling en posición de combate: Amirah. Tras despetrificarla con el pergamino de restauración mayor, Amirah les explicó que todo había sido maquinación de Galena: no sabía por qué, pero esa mujer no quería que nadie más se hiciera con la Esfera del Eclipse. El grupo volvió a Zarden justo para cuando se celebraba el Festival de las flores. Zael y Amirah se separaron del grupo para no llamar la atención, y Einor y el resto se reunieron con el lord de Zarden y Galena en la festividad, sin saber cómo proceder en cuanto a lo que sabían. Mientras los lores hablaban, Lyna Zleyer, la capitana de la guardia, apartó a Einor y le pidió hablar a solas aquella noche en la Plaza Blanca, antes de la cena a la que habían sido invitados por el lord. Einor y Lyla se reunieron en un callejón con ella mientras los lores visitaban la fortaleza. La capitana les confesó todo: cómo Galena había petrificado a su propio hermano y cuñada ante sus ojos, y cómo le había perdonado la vida a ella para que contara que simplemente murieron en las Fauces, ordenándola capitana de la guardia para tenerla cerca y atada por siempre. Einor notó un destello en uno de los tejados mientras la mujer hablaba, y con rápidos reflejos, logró apartarla de la trayectoria de una flecha envenenada, salvando su vida. El genasi persiguió al asesino por los tejados y tras atraparle, le hicieron hablar: era el mismo tipo que había intentado robar el Canalizador en aquella taberna, pues Si'Vil y Galena le habían pagado para ello. Einor volvió a la fortaleza junto con Lyla y la capitana para la cena a la que habían sido invitados, reuniéndose con Balde y Khalid. Durante esta, Galena se excusó y se marchó hacia la torre, por lo que Einor no tuvo reparos en excusarse también y seguirla. Tras escuchar un altercado, avisó al resto y todos subieron a la Torre del canalizador. Descubrieron a Galena y Si'Vil con el canalizador. Ella quería usarlo para sacar el espíritu de su antigua amada del interior de la Esfera del Eclipse: si las cosas salían mal, condenaría a todo el continente a una eternidad de sombras como lo eran las fauces, pero estaba dispuesta a arriesgarse. Einor fue testigo de cómo Balder moría a manos de una puñalada envenenada de Galena y Si'Vil y esta se teletransportaban tras haber robado el canalizador. Un desesperado Khalid le gritó a Einor que fuera al despacho de Si'Vil a buscar un antidoto, si bien ambos sabían que no había nada que hacer. Sin poder soportar la visión y pensando en Zael, Einor marchó al despacho de Si'Vil, pero para tratar de encontrar algo que le diera una pista de hacia donde se habían ido. Encontró en este unas coordenadas, y con el corazón pesado, volvió con los demás. Para su sorpresa, Balder había vuelto gracias a una última intervención de los dioses para que acabaran con aquello. Tras abrazarle, Balder le ofreció uno de los obsequios de Tyr a Einor: el conocimiento necesario para usar esas coordenadas y enfrentarse a Galena y Si'Vil en una batalla final. Tras teleportar a todos hasta las coordenadas, Einor encaró a Galena junto a Lyla, Balder, Khalid y Lyna. Le entregaron el anillo que encontraron en el Descanso del Titán para que pudiera hablar con Sienna, por quien estaba haciendo todo aquello, y esta logró convencerla de que su locura sería la perdición de todos, que no merecía la pena. Galena desistió, derrotada dejando que el grupo tomara la Esfera del Eclipse. Sin embargo, Lyla, que había estado esperando el momento para reclamar la Esfera para si misma y su patrón desde el principio, se volvió contra ellos. Einor luchó junto a los demás para detenerla cuando Lyla quebró la esfera, haciendo que las maldiciones que contenía empezaran a estallar hacia fuera. Kelro y Lilia Savelli se teletransportaron hasta ellos y Lilia le dio el canalizador a su amigo, recordándole que podía potenciar su magia, pero también consumirle dado el caso; pero confiaba en él. La batalla fue dura para Einor, que estuvo a punto de caer varias veces, pero fue uno de sus hechizos el que dio el golpe de gracia al oscuro patrón de Lyla y acabó con él para siempre. Balder selló la Esfera y despetrificó al equipo de Einor, que se encontraba allí. Ver a Nora, Liranel y Bernard fue un alivio no solo para Einor, sino también para Zael cuando se reencontraron en Zarden. Einor recogió el libro de nombres de Lyla y posteriormente estuvo de acuerdo con su amiga Lilia en que la Esfera debía estar bien protegida, y en que la mejor candidata para custodiarla sería la directora de la Academia Astrum, Tandra Thalassa Einor disfrutó de la posterior celebración de su victoria, participando en el festival de las flores junto a Zael frente a la estatua de Sune, que bendijo su unión con una "Brújula del Navegante", una flor anaranjada. Einor acompañó a Lilia hasta la Academia para entregarle la Esfera a la Directora, que le pidió que la acompañara. Llevándolo a un plano cósmico en el que guardaba otros artefactos, la directora Thalassa mostró su forma de dragona a un estupefacto Einor, y le preguntó sobre por qué había decidido estudiar magia así cómo cual sería su siguiente paso. Einor respondió que descansar... pero siempre habría una próxima aventura. Y Thalassa no dudaba que oiría hablar de ella.

Epílogo

Einor dejó el libro de nombres de Lyla en el templo de Kelemvor después de apuntar su nombre en sus páginas. Además, volvió eventualmente a la taberna del Árbol Dormido para contarle su aventura a Rob, tal y como le había prometido el grupo que haría cuando comenzaron su viaje. Tanto él como Zael fueron recibidos cálidamente en Emossa desde ese día, y la amistad que forjaron con Khalid y Balder perduraría en el tiempo, asi como las historias sobre cómo los tres salvaron al continente de una noche eterna.