Sínodo de las Precursoras de la Destrucción
Precursora de la Destrucción.
Mitología e historias
Una recóndita región en el primer piso del Abismo, el piso del Terror, es una infinita tierra de nadie donde los abismales constantemente luchan entre sí, aterrados asiduamente por los horrores de la guerra moderna sin protocolos o tratados para regularla. En este perenne campo de batalla, las almas gritan al ser sofocadas por el fuego de los lanzallamas, así como también agonizan por las enfermedades que brotan del lodo mezclado con la sangre, los fragmentos de cadáveres y las constantes armas químicas siendo arrojadas sobre la superficie. Esta bárbara y nociva región es hogar de una nube de humo que se desplaza con voluntad propia y asfixia con sus brazos a los desdichados soldados sin distinguir bando. Esta nube de humo, llamada Rausis, es conocida como la dueña de las trincheras; una diosa de la muerte y destrucción (e irónicamente la diosa de la paz también).
Rausis, en su deseo de expandir su reino de terror más allá del Abismo, posee los cuerpos de mujeres en el mundo y le otorga sus poderes. Estas doncellas, jóvenes, adultas y viejas, tienen la capacidad de invocar ráfagas de artillería, bombas y otras armas de destrucción masiva para estrangular la tierra con el humo de las explosiones. Este humo es considerado prueba de la presencia de Rausis en el mundo, y no se detendrá hasta que toda vida haya sido asfixiada.
Orígenes divinos
Los orígenes del Sínodo radican en Ledvis, donde la primera precursora fue poseída por Rausis. Ella, identificada como Ignis, fue una nulvina pura de ascendencia eratorista. Durante el comienzo de la Guerra de las Cadenas fue internada en un manicomio por los delirios que comenzaron a consumir su frágil mente. La mujer, agobiada por un trastorno tanatofóbico obsesivo (tres décadas terenarias después de la última pandemia), empezó a soñar con el humo, al punto en que lo único que podía pensar era en aquellas nubes grisáceas y negruzcas que cubrían la vista entera tras los bombardeos y las invasiones.
Ignis escapó del manicomio, y pronto comenzaron a reportarse ataques terroristas dentro de la ciudad, con atentados de pequeños locales, luego lugares públicos, hasta que un día, un edificio, fue completamente demolido por una ominosa y extraña explosión desde sus cimientos.
Las autoridades comenzaron a descubrir pistas acerca de una nueva organización eranorista, la cual tenía como motivo la destrucción de la ciudad entera. Los departamentos de policía primero pensaron que se trataba de alguna secta nigromántica, hasta que pronto el mismo grupo se presentó ante la ciudad entera, en su centro histórico y cultural. Ese fue el último día que los habitantes de Ledvis vieron la luz del sol, pues el nuevo Sínodo se alzó sobre los edificios y, desde el cielo, opacando la luz del sol, invocaron una lluvia de fuego en la forma de bombas que ahogó a toda la ciudad bajo sus propias ruinas.
Públicamente fueron conocidas como las Brujas desde que fueron descubiertas por la Armada del Sol Negro en el noroeste de Isnúd. Su centro de actividad fue principalmente la provincia capitolina, donde apoyaron al Culto del Forjador de la Hecatombe en sus cruzadas impías contra la Corona y la Iglesia.
Ética
Su ética fue una pesimista radical, antinatalista y promortalista. Todas sus perspectivas fluyeron directamente de los principios y el pensamiento eranorista ortodoxo, predominantemente aquel asociado con el Forjador de la Hecatombe. Se consideraban portadoras de la salvación, y asumieron que cada alma que muere bajo sus bombas recibe el regalo de la cesación del sufrimiento. Además, se veían a sí mismas como ángeles que fueron escogidos por el Abismo para regalarle a la tierra lo que tanto necesita: su propia destrucción.
Culto
La forma de liturgia principal dentro del Sínodo fue a través de los sacrificios conocidos como holocaustos. Las precursoras quemaban completamente cadáveres de animales y de seres sentientes diariamente, a las 12 de la tarde, en pequeños templos que tenían una ventana que apuntaba al sol durante los mediodías. El objetivo detrás de los holocaustos era que el humo de la criatura que estuvieran quemando opacara los haces solares que provenían de la ventana; esto representaba la futura victoria de Rausis sobre el mundo entero. Durante el resto del día, cuando no se estaba quemando un cadáver o no había humo para detener al sol, la luz penetrando por la ventana le debía recordar a las precursoras que su tarea estaba muy lejos de ser completada y que debían seguir trabajando en ella.
Sacerdocio
La cabeza del Sínodo era conocida como la Precursora Primigenia. Ignis de Ledvis fue la única en tener este cargo. Ella fue considerada la sacerdotisa principal ya que fue escogida directamente por Rausis, mientras que las demás precursoras fueron seleccionadas por Ignis. Nunca hubo algún formalismo que determinara cómo nombrar a una Precursora Primigenia. Lo que distinguía a Ignis de las demás, en términos de indumentaria, era el hecho de que usaba un hennin triple en vez de doble. Entre las demás precursoras, cuyos hennins eran dobles, el suyo tenía un cono extra, el cual sobresalía hacia el frente como el cuerno de un rinoceronte (aunque no con la misma curvatura). Además, el hennin de la Precursora Primigenia venía cubierto con un paño del mismo color que el resto de sus prendas.
Bajo de la Precursora Primigenia estaban las Precursoras Axiales, que fueron las primeras cuatro mujeres en ser escogidas por Ignis para pertenecer a su culto. Estas cuatro, en conjunto con Ignis, siempre viajaban en una formación que se asemejaba a la cruz, aunque una invertida (en el contexto terenario) para burlar la muerte de Erator.
La jerarquía del Sínodo fue la siguiente:
- Precursora Primigenia: Cabeza religiosa del culto. Establecía quiénes son aceptadas en la organización y quiénes no. Decidía quién sería la próxima precursora primigenia. Establecía la forma en que debían vestirse. Dirigía los holocaustos. Dirigía las relaciones con el Culto del Forjador de la Hecatombe. Dirigía a las demás precursoras en combate y les asignaba responsabilidades.
- Precursoras Axiales: Protegían constantemente a la Precursora Primigenia. Eran solo cuatro. Podían llegar a dirigir a otras precursoras si la Precursora Primigenia decidía que se separaran de ella.
- Precursoras: Formaban pequeños escuadrones: cuatro en total. Cada Precursora Axial tenía técnicamente bajo su supervisión uno de estos escuadrones, cada uno con 9 precursoras. Estas seguían órdenes de las Axiales y la Primigenia. También participaban en los bombardeos y hacían parte de la liturgia junto con las axiales bajo la dirección de la Primigenia.
Poderes divinos otorgados
Estas brujas fueron capaces de invocar bombas y misiles con solamente sus rezos, siendo una versión muchísimo más temible que de los mismos heraldos del Dios de las Trincheras. Sus poderes radicaban, básicamente, en la capacidad de acabar rápidamente con el enemigo al hostigarlo por medio de constantes explosiones.
Además de poder crear bombas ex nihilo a través de su fe, las precursoras eran capaces de levitar a incluso 5 kilómetros sobre el suelo. Esta combinación de poderes hizo que, a veces, las brujas también fueran confundidas con bombarderos cuando volaban a altas velocidades sobre las ciudades, pueblos o campos de batalla.
Influencia política e intrigas
La existencia de las precursoras puso en tensión las grandes facciones de Enám debido a su gran poder destructivo. A causa de ellas, tanto la Iglesia como la Corona y la Nueva República planificaron grupos de élite de cacería de heraldos, cuyo fin fue el de interceptarlas y neutralizarlas antes de que pudieran causar más estragos. Todos los grandes participantes del "juego de tronos" en Enám durante la Guerra de las Cadenas pusieron valores exorbitantes a quienes las trajeran vivas a sus autoridades.
Una secta de mujeres escogidas por Ignis de Ledvis. Aunque Rausis no escogió a Ignis por ser mujer solamente, Ignis decidió que todas sus servidoras serían representantes del mismo género que, antes de los tiempos del eratorismo, fue tan oprimido por la sociedad nulvina. Incluso tras las reformas eratoristas y luego eranoristas, viendo que su género seguía siendo relativamente víctima de sujeción como un producto de las antiguas formas de pensar, Ledvis decidió que las portadoras de la salvación fuesen representadas por aquellas desdichadas y miserables que fueron arrojadas a un lado por la sociedad.
Las precursoras se vestían completamente de negro para representar a la falta de consciencia posterior al sereno abrazo de la muerte. Portaban máscaras que cubrían sus rostros y cabezas enteras, además de guantes, botas, vestidos, capas y lechuguillas negras. Sobre sus máscaras se colocaban un hennin doble; un tocado con formas de cono que se asemejaba a un par de cuernos. Algunas precursoras, como las Axiales (y la Primigenia), llevaban también una coraza de baratrio negruzco sobre sus vestidos, la cual protegía sus pechos y cintura, además de los muslos (o al menos los flancos laterales) por medio de las escarcelas adjuntas al peto.
Todas las Precursoras tenían la Marca de la Bomba, un tatuaje en la espalda, sobre el centro de la región torácica, de aproximadamente 6x6 centímetros.
Desde que surgieron, bombardearon pequeños búnkeres de seres sapientes en Enám, así como también pueblos indefensos en medio de todo el caos causado por la Guerra de las Cadenas.
32 e.M. - 33 e.M.
Nombres alternativos
Llamadas "Brujas de las Trincheras" o simplemente "Brujas" por el lego.
Líder
Ruling Organization
Título del líder
Deities
Divinidades
Rangos y títulos relacionados
Miembros destacados
Etnias relacionadas
Organización subordinada al Culto del Forjador de la Hecatombe.
El Sínodo de las Precursoras de la Destrucción es parte del Culto del Forjador de la Hecatombe. Aunque nació como una pequeña facción completamente independiente, el hecho de que siguieran una filosofía eranorista clásica llevó a que eventualmente la Precursora Primigenia se afiliara a las sectas nigrománticas de Enám, actuando en colaboración con ellos para lograr los objetivos de Eranor y, a la vez, de Rausis, en la misma armonía en que ellos existen en el Abismo.
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