Ternlot Igíran

Ternlot Igíran es considerado el Santo de la Guerra y de la Conquista. Es objeto de adoración en las iglesias eranoristas filantrópicas modernas. No solo es reverenciado como una figura divina, sino como un personaje histórico de monumental relevancia para la instauración de la Sacra Enám: Ternlot "El Verdugo"; Ternlot "El Conquistador; El Emperador de Acero. Su nombre real es "Aromem", pero solo ciertos habitantes del Abismo lo conocen.

Un abismal alto y fornido, con impresionantes capacidades atléticas que lo hacen resaltar sobre los granaderos y hostigadores más entrenados de su ejército.

Su característica más resaltante son sus oscuros cuernos que giran en espiral y sus ojos carentes de pupila. Uno de sus cuernos está cortado a la mitad por una batalla en la que participó durante las Guerras Enamesas.

Ternlot es uno de esos pocos simbiontes cuya taumaturgia no consiste en milagros estrafalarios. Ternlot no controla la lluvia ni sana con sus manos, así como tampoco invoca fuego con una plegaria. Eranor bendice a Ternlot por medio de una potenciación de sus aptitudes físicas, razón por la cual no solo es conocido como un estratega experto, sino también como un monstruoso soldado. En ninguna batalla donde ha entrado en combate directo ha sido gravemente herido o derrotado. Las habilidades especiales de Ternlot son su agilidad, reflejos y fuerza sobrehumana.   Ternlot es el soldado perfecto.

Normalmente Ternlot viste un uniforme militar enamés: botas con polaína completamente negras, un abrigo o casaca de color negro y pantalones grisáceos. Los botones de la casaca o el abrigo suelen ser de color obsidiana, al igual que las hebillas. Su quepi también tiene como color primario el negro y como secundario el obsidiana, pero normalmente no suele llevar el quepi. Sus prendas militares están ornamentadas por todas sus medallas e insignias que ha adquirido durante todas las batallas en las que participó, y lleva además la cadena corporal que caracteriza a los reyes nulvinos, aunque modificada para diferenciarlo de un rey común y que se le entienda como un Emperador.

Ternlot usó durante las Guerras Enamesas una versión modificada y experimental del Mirgendog. Este Mirgendog alterado, con una mayor velocidad máxima y alcance efectivo, también fue beatificado por la Iglesia del Sol Ennegrecido. Cualquier bala que saliera de este fusil vendría con el Toque de Eranor: bacterias más mordaces que la M. tuberculosis, las cuales destruyen los tejidos internos de la víctima con rapidez.

Ternlot fue profetizado por los oráculos del Abismo. Las brujas del piso de la Agonía estudiaron las fábricas del espacio-tiempo y el Mybya, descubriendo que este ser estaba destinado a la grandeza. Ternlot es creado como un abismal noble, sin ningún tipo de jurisdicción en su hogar pero con el estatus suficiente para merecer el respeto de otros. Fue educado por maestros del Abismo en la historia de su tierra, así como también en diferentes artes, filosofías y ciencias.   Al descender al Abismo, posterior a la firma de la Bula de Obsidiana, Ternlot fue encomendado liderar el Cuarto Cuerpo de Ejército Obsio para conquistar los territorios que comprendían el Reino de Enrúv y la Mancomunidad Evnídeo-Isnudesa. Ternlot hizo como se le fue ordenado y tomó posesión de estos lugares, además de liderar pequeñas campañas militares contra insurrectos durante el tiempo entre la primera Marcha Abismal y la Guerra de las Concupiscencias.   Entre esas campañas, Ternlot se enfrentó a una banda de córvidos adoradores de Eith, entre los que conoció a Kryuk luego de una pequeña batalla en los Bosques de Enrúv. Los córvidos estaban en contra de este nuevo régimen que buscaba imponer el eranorismo a su gente, pero Ternlot, al ver las habilidades de Kryuk, decidió hacer una excepción para ellos. Ternlot les otorgó libertad de culto siempre y cuando Kryuk se uniera a su corte. Kryuk no rechistó, pues por motivos personales estaba interesado en estudiar más a Ternlot.   La Guerra de las Concupiscencias fue un periodo importante, pues fue un conflicto entre Ternlot y sus propios oficiales. Él se vio obligado a ejecutar a una gran cantidad de coroneles y generales, incluyendo a Agmon, y a reestructurar el Cuarto Cuerpo. Además, durante la guerra perdió a Kryuk, quien era una pieza valiosa en su corte por su tercer ojo.   Unos meses luego de la Guerra de las Concupiscencias, en el 2 e.M., Ternlot se casa con Ivdel IV Sordslav, de la Nobleza Nulvina, para establecer mayores relaciones diplomáticas con la antigua aristocracia. Ivdel queda embarazada y tienen a Merég Igíran, una nulvina semiabismal que nace los primeros meses del 3 e.M., durante el invierno. Merég fue la única hija que Ternlot tuvo. Ternlot escogió ser padre por tres razones diferentes: 1) su hija compartiría sus genes y, por lo tanto, hasta cierto punto heredaría sus capacidades tácticas, estratégicas, diplomáticas y espirituales, 2) es un medio político para establecer un vínculo más profundo con la nobleza nulvina, ya que tuvo a su descendencia con Ivdel IV Sordslav, y 3) al ser una tabula rasa, Ternlot podía moldear a su hija desde su nacimiento de la forma que más le pareciera acorde para volverla una sucesora ideal.   Aunque los motivos de Ternlot para tener a Merég Igíran fueran únicamente políticos, por primera vez sus imperativos biológicos tuvieron un impacto en su conducta al ver a su hija nacer y posteriormente crecer. Un instinto de paternidad comenzó a desarrollarse en él, y por primera vez sintió amor por alguien aunque no lo declarara.   Años después, tras el final de las Guerras Enamesas, Ternlot finalmente se estableció como Sacro Emperador Enamés. La unificación del imperio lo llevó a ascender a un nivel semidivino. Fue adorado como un dios y también nombrado santo por la Iglesia del Sol Ennegrecido. Reemplazó a oficiales y regentes por miembros de su propia corte, asegurando que su régimen se mantuviera, mientras que Merég crecía y era educada para ser la próxima Emperadora.   Ternlot fue el primero en portar la Cadena del Emperador. Una cadena corporal creada por los joyeros de la realeza para elevar el estado de Ternlot a uno mayor que el de cualquier rey, e incluso al del legendario Emperador Nulvin. Esta Cadena tenía un patrón distinto al de los reyes, duques, condes, marqueses y barones. Estaba hecha con metales y piedras preciosas distintas, marcándolo como un hombre más poderoso que cualquier otro en el Imperio.   Dos años después de la unificación del Sacro Imperio Enamés, se anuncia la muerte de Ternlot Igíran. Algunos creen que una enfermedad lo abrumó y, por su inquebrantable fe a Eranor, prefirió que la naturaleza continuara su curso y se llevara su alma. Otros creen que fue asesinado por alguien de la corte que estaba más interesado en que Merég ascendiera al poder, o que Merég misma cometió patricidio. No hay detalles claros sobre las circunstancias de su muerte, lo cual lo hace más sospechoso ya que Ternlot siempre mantuvo un cuerpo sano y atlético y no era tan viejo.

Ternlot, como un ser originalmente espiritual, no estaba sujeto a concepciones de género y mucho menos a la dicotomía hombre-mujer de los nulvinos. No obstante, Ternlot entendió que si quería imponerse sobre los nulvinos, sus futuros súbditos, tenía que imitar a esas figuras importantes durante la historia de la región, las cuales en su mayoría fueron hombres autoritarios y con manerismos particulares del género "masculino". Por lo tanto, más como una decisión estratégica que porque "así se sentía", Ternlot adoptó una identidad de género completamente masculina.

Ternlot difiere en gran medida de otras personas por el hecho de que es completamente asexual. Su único motivo para eventualmente casarse y tener una hija era continuar el legado que construyó en la nueva Enám y que los designios de su Dios siguieran cumpliéndose.

Ternlot recibió su educación en el Abismo a través de tutorías de diferentes maestros en diversas áreas: historia del Abismo, teología, ética, táctica y estrategia. Cuando llegó a Terenar, aplicó los principios de la guerra abismal a Terenar en lo que le parecía un juego muchísimo más sencillo, ya que los abismales cuentan con una tecnología mucho más superior y más "piezas con las qué jugar". Luego de establecer su supremacía militar sobre Isnúd y Enrúv, empezó a instruírse en las costumbres, tradiciones, creencias, geografía e historia de los terenarios, y pronto aprendió lo suficiente para manipular mejor a las masas y el terreno para después establecerse como Sacro Emperador.

Ternlot Igíran ganó incontables batallas: desde su Marcha Abismal en Evníd-Isnúd y la Guerra Isnudo-Enruvesa en el 1 e.M., pasando por la Guerra de las Concupiscencias en el 2 e.M. hasta las Guerras Enamesas, en las que estableció su supremacía sobre los otros 7 Generales Abismales que bajaron a Nulvín.   Además, estas guerras le permitieron cumplir su meta de unificar todos los reinos nulvinos fragmentados antes de la Edad Maldita bajo la única bandera de la Sacra Enám, también llamada el Sacro Imperio Enamés. Su vida estuvo marcada por logros bélicos y políticos uno tras otro, estableciéndolo como un dictador militar implacable.

Ternlot fue un fiel seguidor de los principios morales y éticos del eranorismo filantrópico moderno. Consideraba la muerte como necesaria y algo que debía aceptarse con alegría en vez de lamentarse. Para él, el asesinar incontables soldados durante las batallas en las que participó no era un crimen o algo inmoral, sino un favor que le estaba haciendo a cada una de esas almas. Algunos creen que esta perspectiva moral fue la que lo llevó a la muerte, pues hay quienes hipotetizan que, si hubiera sido atacado por una infección u otra enfermedad mortal, seguramente habría preferido que esta lo matara (honrando los principios del Heraldo del Suicidio) a luchar contra ella.

Como un simbionte asceta, todo lo que contara como ahogarse en placeres carnales era tabú para Ternlot. Esto se reflejó en sus políticas, como lo fue el Código Sobre las Desviaciones Sexuales. Ternlot estigmatizó a todos aquellos que cayeran en los imperativos biológicos e ignoraran sus deberes por estos.

Sus únicos deseos y motivaciones fueron cumplir los designios del Amo. Fue parte de la Bula de Obsidiana, donde fue nombrado Teniente General Abismal del Cuarto Cuerpo de Ejército Obsio, y sin rechistar descendió a Terenar para ejecutar su labor. Una vez conquistó Enrúv e Isnúd, para continuar promoviendo la supremacía de su dios, invadió el resto de los reinos nulvinos y estableció el Sacro Imperio Enamés. Durante todo ese tiempo solamente fue movido por el deseo de ser útil para su dios Eranor, haciéndolo un hombre más bien monótono y unidimensional.  

"Es cierto que Eith no aprueba que yo esté acá, ni tampoco lo hace Eranor entre tanto mi fe sea para Eith. Pero ninguno de ellos es por quien estoy acá.   Este ojo..., este poder te permite ver más allá de la carne que viste las almas de las personas. En cada hombre observas vicios, fallos, traumas, temores... Pero en Ternlot no ves nada. No es más que un recipiente vacío. Ternlot es el lacayo perfecto. No piensa. No ama. No desea. Su única vida es Su Amo y lo que Él desee. Esto aún me pasma, y hasta que no descubra quién es verdaderamente y por qué es así no me iré".

— Kryuk. De una conversación en la que reveló por qué se unió a Ternlot.

  Algo que Kryuk nunca pudo ver, debido a su muerte, fue a Ternlot desarrollar un miedo por primera vez: el miedo de perder a su hija o que alguien le causara algún daño. Merég despertó en Ternlot una faceta humana que se creía imposible en él, y ella pasó a ser una de las personas con las que él más pasó tiempo, ocultando sus propios deseos de estar junto a su hija como "la necesidad de educarla" o "de protegerla por el bienestar del Imperio".

Es un hombre táctico y estratégico; sumamente orientado a la guerra. Sus capacidades intelectuales le permitieron orquestar estrategia tras estrategia para poder ganar en la mayoría de las batallas que participó. Incluso en aquellas que perdía, nunca dejaba caer su temple y se movía de la manera más acorde según sus recursos. Es, además, muy resiliente. Se enfrenta contra cualquier adversidad sin titubear, razón por la cual se decía que tenía una voluntad de acero.

Toda la cordura de Ternlot, como un simbionte parasitista, depende de su relación con Eranor. Si de alguna manera esta relación llegase a ser deteriorada, Ternlot perdería la cabeza. Esto fue lo que eventualmente lo mató, bien sea de forma literal o metafórica, pues Ternlot descubrió que la Bula de Obsidiana no fue en ningún momento designio de Eranor, sino que fue producto de las maquinaciones del Hexaedro de los Condenados, pues Eranor "estaba muerto".

Tuvo relaciones diplomáticas con la Unión de Ciudades Ravnesas luego de la firma del Tratado de Tiefland y, posteriormente, con el Imperio Kaytishtík cuando se creó la Alianza Kashati-Enamesa. Fue, además, nombrado Santo de la Guerra y de la Conquista por la Iglesia del Sol Ennegrecido, estableciendo vínculos fuertes con esta. Por último, ayudó a mermar las tensiones entre la Nobleza Abismal y la Nobleza Nulvina cuando se casó con Ivdel IV Sordslav, sobrina del Rey de Enrúv Devnud Sifhind e hija de una antigua línea de duques que data más allá de la Maldición de Eneter.

Tuvo una hija con Ivdel IV Sordslav (Ivdel IV Igíran luego de su matrimonio), la cual llamaron Merég Igíran. Su yerno fue Kishtytát Naukhúsh, un Príncipe Kashati que se casó con su hija y con quien tuvo, a través de un proceso que involucró alquimia maldita, un niño y una niña híbridos abismal, nulvino y kashati.

Uno de los rasgos más "humanos" de Ternlot era su afición por los gatos, la cual desarrolló durante la Paz Abismal. Los registros afirman que Ternlot llegó a tener hasta 15 gatos en su palacio. Además, cuentan las leyendas que, durante todas las Guerras Enamesas, la única herida que Ternlot recibió fue un rasguño de uno de sus mascotas felinas.

Como Sacro Emperador Enamés era, directa o indirectamente, dueño de todas las tierras bajo el poder de la nueva Nobleza Abismal y la antigua Nobleza Nulvina. Fue también quien fundó las Fábricas Pútridas, las cuales estuvieron a su nombre hasta que pequeños sectores de estas fueron vendidas a inversores. Es suficiente con decir que Ternlot fue asquerosamente rico.