Facciones de la Sacra Enám
Enám durante la Guerra de las Cadenas fue un yermo frío y oscuro, abrumado por el humo de las fábricas y de las guerras. Al explorar la nación, el viajero no vería al horizonte más que ciudades y pueblos en ruinas rodeadas por vastas extensiones de campo y bosques. El tétrico panorama era campo de juego para varias facciones políticas cuyo fin era controlar los recursos y puntos estratégicos de la región. Entre estos grupos se encontraron: las Legiones de Emroma, la Nueva República, el Culto del Forjador de la Hecatombe y el Enclave Duárnico. Además de estas cuatro facciones, consideradas las principales, existieron otros grupos menores que también buscaban reclamar su trozo del pastel en Enám.
La Guerra Secreta
El conflicto que acabó con Enám comenzó tras la Guerra de los Tres Imperios. Aquel conjunto de batallas entre Enám, Kaytishtík y Álairil forzó a la Alianza Eranorista a firmar un pacto que la obligaría a permitirle la entrada a Álairil en Bakset y, además, a los ciudadanos del kanato a entrar y salir de sus tierras sin que fuesen perseguidos por su nacionalidad ni por su fe. La Iglesia del Sol Ennegrecido, que crecía en su deseo de poder luego de la muerte de Ternlot Igíran, decidió tomar esto como una razón de conflicto con la Corona. En vez de comenzar una guerra tan pronto como se dieron aquellos sucesos, la Iglesia y la Corona tuvieron una pugna conocida como la Guerra Secreta. Estas disparidades entre ambos lados fue un juego de publicidad y manipulación de las masas. Mientras que la Iglesia buscaba el apoyo del pueblo afirmando que lo que estaba haciendo la Corona iba contra los principios de esta, la Policía Secreta de Enrúv (bajo el mando de Merég Igíran, Sacra Emperadora Enamesa) y los académicos de la capital conspiraron para diseminar ideas cesaropapistas entre el tercer pueblo, los burgueses y los nobles. El objetivo era incrementar el poder de la Corona y que la Emperadora fuese considerada no solo cabeza de Estado, sino también cabeza de la Iglesia por ser descendiente de Ternlot, el fundador de la Iglesia en sí misma. Mientras que se esparcían estas ideas por medio de tratados, libros, panfletos y panoramas, la Policía Secreta cada cierto tiempo "desmantelaba" una editorial que se encargaba de diseminar estas ideas, por lo tanto dando la impresión de que el Imperio estaba verdaderamente interesado en que estos pensamientos (claramente favorables para la Corona) no llegasen al oído del público y desataran conflictos "indeseados" entre la Emperadora y la Iglesia. Las cosas continuaron escalando por varios años y eventualmente una gran cantidad de nobles y burgueses sentó su apoyo a la Corona. Emroma heredó el trono tras la muerte de Merég Igíran y de Kishtytát Naukhúsh, pero Natrish, hermana de Emroma, deseaba tomarlo. Viendo que su hermano era el siguiente en la línea para heredar las Cadenas del Emperador, Natrish se alió con la Iglesia del Sol Ennegrecido y consiguió plantar un espía en la Policía Secreta de Enám. Su agente logró descubrir toda clase de información y documentos que terminaron rebelando el papel que Merég jugó en la dispersión de las tesis cesaropapistas en el Imperio y el que Emroma tiene en mantenerlas. Natrish presentó esto al Concilio de Cardenales Negros, dándole por fin un casus belli a la Iglesia para alzarse contra el Emperador y destituirlo. Aunque la Iglesia del Sol Ennegrecido procedió formalmente con la destitución del Emperador, Emroma se negó a salir del poder, afirmando que la Iglesia no podía tomar ninguna decisión sobre el nieto del responsable de que sus catedrales mismas fuesen erigidas. Emroma afirmó que la Iglesia del Sol Ennegrecido no sería nadie sin el Sacro Emperador Enamés y que debería arrodillarse ante Él, cabeza tanto del Estado como de la Iglesia. Los cardenales, claramente, se negaron a sublevarse al Emperador y decidieron llamar a las armas a su propio ejército. Fue entonces cuando la Guerra Secreta se convirtió en la Guerra de las Cadenas.La Guerra de las Cadenas
Llamada así por referirse al conflicto entre múltiples facciones por portar las Cadenas del Emperador. Esta serie de batallas se desarrolló dentro de los territorios enameses, e incluyó la intervención del Imperio de Kaytishtík y, posteriormente, la de la Intervención Duárnica de la República de Leshaím. Emroma confiaba en el apoyo del Imperio de Kaytishtík en el desarrollo de la guerra a causa de los tratados por la Alianza Eranorista, y también en el apoyo del Gran Kanato Alaíreo debido a los pactos firmados tras la Guerra de los Tres Imperios. A pesar de que Emroma contaba en papel con el apoyo de los dos imperios más grandes flanqueando el Océano Oriental, los alaíreos dejaron a Enám completamente a su suerte y los kashatis financiaron a ambos bandos (la Iglesia y la Corona), puesto que estaban más interesados en la desintegración del Imperio Enamés para arrebatarle las colonias bakseas a los enameses. Los estragos de la guerra causaron bajas catastróficas para ambos lados. Varias Grietas del Abismo fueron abiertas en el Imperio (aparte de las dos ya existentes), trayendo al mundo toda clase de horrores para apoyar ambas facciones. Toda clase de tácticas militares (incluyendo armas químicas, lanzallamas...) combinadas con taumaturgia (muertos vivientes; armas espirituales de destrucción masiva, tanques, barcos, aviones y acorazados aéreos impulsados por almas en pena...) llevaron a la transformación de Enám en un yermo post-apocalíptico incluso hasta hoy en día. Aunque en el comienzo la guerra fue masiva e involucró el movimiento de millones de soldados, al final el Imperio se desangró tanto a sí mismo que lo que antes fue un conflicto a gran escala no era más que una serie de batallas menores donde las facciones comenzaban a trabajar de manera independiente y aislada en diferentes partes del territorio. La escasez de recursos forzó a ambos bandos a dejar de desplegar esa enorme cantidad de tropas, y ambos grupos prefirieron las guerras de desgaste y de guerrillas. En medio de la crisis, otros grupos con intereses distintos comenzaron a emerger. Entre ellos, la Nueva República fue una iniciativa de parte de un segmento del Ejército Imperial que se rebeló al Emperador y decidió reemplazar al Imperio, expulsando de sus actuales territorios a la gran mayoría de la oposición y ahora buscándose expandir por esas partes de Enám que aún estaban fuera de su zona de poder. Además de la Nueva República, un enclave de la Intervención Duárnica en la nación fue financiado por la Tearquía de Leshaím, cuyo propósito era continuar las Cruzadas Benditas y acabar con el eranorismo con un ataque "directo a su corazón". Adicionalmente, el Culto del Forjador de la Hecatombe surgió como un nuevo defensor de las doctrinas de los Padres de la Fe eranorista, quienes profesaban el genocidio sistemático y la extinción de la vida.Facciones
Mayores
Estos fueron los grupos con suficiente poder económico para mantener la guerra hasta que se decida un ganador. Incluyeron: 1) el antiguo Sacro Imperio Enamés, luego conocido como las Legiones de Emroma, 2) la Armada del Sol Negro, bajo las órdenes del Concilio de Cardenales Negros, 3) la Nueva República, una nación en papel republicana pero en hechos una oligarquía militarista, 4) la Intervención Duárnica, una cruzada eratorista cuyo fin era el exorcismo de las tierras malditas de Enám y 5) el Culto del Forjador de la Hecatombe, que tuvo por fin diseminar la original palabra de los Padres de la Fe: la extinción total.Legiones de Emroma
- Líder: Sacro Emperador Enamés Emroma "Abrontsvyl" Naukhúsh-Igíran.
- Objetivos: Reestablecer el orden en el Sacro Imperio Enamés bajo el gobierno de la dinastía Naukhúsh-Igíran, descendiente del Santo de la Guerra Ternlot. Establecer al Sacro Emperador como Cardenal Supremo según los principios del cesaropapismo enamés.
- Filosofía: Enám debería ser un Imperio, así como Ternlot Igíran lo estableció tras las Guerras Enamesas. El Imperio debería estar bajo el poder de la familia descendiente de Ternlot. La religión oficial es aquella que Ternlot decidió para el Imperio: el eranorismo filantrópico moderno. La Iglesia debería estar sujeta al Emperador y no vice versa.
Armada del Sol Negro
- Líder: Princesa Natrish Naukhúsh-Igíran y Cardenal Supremo Merdun Vartsenholts.
- Objetivos: Reestablecer el orden en el Sacro Imperio Enamés bajo un nuevo gobierno establecido por la Iglesia del Sol Ennegrecido. Mantener el status quo pre-Guerra de las Cadenas donde el Emperador debe ser consagrado por la Iglesia para poder tomar el cargo y donde este puede ser destituido por el Concilio de Cardenales Negros siempre que lo consideren necesario.
- Filosofía: Enám debería ser un Imperio, así como Ternlot Igíran lo estableció tras las Guerras Enamesas. El Imperio debería estar bajo el poder de la Iglesia y de un Emperador escogido por esta. La religión oficial es aquella que Ternlot decidió para el Imperio: el eranorismo filantrópico moderno. El Emperador debería estar sujeto a la Iglesia y no vice versa.
Nueva República
- Líder: Sigfer Lisferhind.
- Objetivos: Acabar con las monarquías y la aristocracia, formando la primera república en la historia de Nulvín. Quebrantar las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
- Filosofía: Enám debe ser una república libre y secular, que permita profesar cualquier religión y tener cualquier opinión. El Estado debe asegurar los derechos naturales de cada persona. No deben existir clases sociales privilegiadas y los altos cargos deben ser conseguidos por mérito y no por herencia.
Culto del Forjador de la Hecatombe
- Líder: Ledvus de Afvút.
- Objetivos: Cumplir los designios originales del Amo, escritos en papel a través de los Padres de la Fe durante la Maldición de Eneter. Acabar con toda forma de vida para finalmente acabar con el sufrimiento.
- Filosofía: La vida es inherentemente sufrimiento. La agonía es una propiedad intrínseca de la existencia y esta solo puede ser eliminada si se destruye a la vida misma. La única paz está en el vacío del no ser. Es necesario acabar con toda forma de vida para finalmente acabar con el dolor y el sufrimiento.
Intervención Duárnica
- Líder: Letum Vizherhim.
- Objetivos: Acabar con el eranorismo de una vez por todas, librando a Enám y Nenún de la maldición que por tantas décadas ha arrastrado.
- Filosofía: El bien no es posible sin el mal, así como tampoco lo es la felicidad sin el dolor. Esta dualidad está determinada por la naturaleza intrínseca del reino divino: una batalla eterna entre la Luz y la Oscuridad; entre Erator y Eranor.
Menores
Además de las facciones previamente listadas y descritas, existió una serie de pequeños grupos que también representaron intereses distintos a los de las demás. Los principales fueron conjuntos de ciudades independientes, algunas trabajando por su soberanía y estabilidad en aislamiento mientras que otras se aliaron en pequeñas ligas. Estas ciudades fundaron ejércitos propios para defenderse de toda clase de invasores, tales como la Nueva República o las Legiones de Emroma. Además de las ciudades, grupos de mercenarios formados por soldados de élite prestaron sus servicios a las facciones principales o a las ciudades menores: protección a cambio de jugosas cantidades de dinero. Estos grupos de paramilitares no tuvieron interés en el bienestar de la sociedad, solo en exprimir tanto como pudieran a los más adinerados para mantener sus costosos estilos de vida.
Enám fue una tierra en reclamación durante la Guerra de las Cadenas, jugada por varios grupos importantes y con suficientes recursos para mantener una guerra constante hasta alcanzar sus objetivos. Aunque el conflicto en la región comenzó por la guerra entre el Concilio de Cardenales Negros y el Sacro Emperador Enamés, pronto otras figuras se unieron al juego para aprovechar la situación: las dos entidades más importantes de Enám se desangraron una a la otra; fue el momento perfecto para que otros grupos menores salieran a la luz y tomaran la delantera.
El presente artículo es una pequeña introducción a las facciones políticas más importantes del Sacro Imperio Enamés durante la Guerra de las Cadenas, discutiendo de forma breve y concisa los intereses y la filosofía de cada uno, además de quién lo rige. Cabe destacar que esta es la faceta que cada organización muestra al mundo. Es probable que detrás de esta fachada exista una jerarquía y motivos completamente diferentes, además de un líder distinto. Para obtener más información al respecto, el lector deberá dirigirse a los temas más detallados.
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Guerra de las Cadenas
Este conflicto no fue más que otro "juego de tronos", donde varias facciones se debatieron quién debía regir los territorios del Imperio, cada quien con sus propios términos. Los participantes principales de este macabro y funesto juego fueron:- Las Legiones de Emroma: Dirigidas por Emroma Naukhúsh-Igíran, Sacro Emperador Enamés legítimo por descendencia y ser primogénito de Merég Igíran. Destituído durante la pre-guerra por el Concilio de Cardenales Negros cuando se descubrió su relación con la diseminación de ideas cesaropapistas y anticanónicas en el Imperio. Quiso reestablecer el orden en el Imperio y colocar la Iglesia bajo su yugo.
- La Armada del Sol Negro: El ejército oficial de la Iglesia del Sol Ennegrecido. Dirigidos a nivel militar por Natrish Naukhúsh-Igíran, hermana de Emroma. Heredó las aptitudes tácticas y militares en tierra de su madre y su abuelo, razón por la cual fue una general temida entre los enameses. Ella y el Concilio de los Cardenales Negros trabajaron en conjunto para tomar el trono y reestablecer el orden bajo las mismas reglas que Ternlot había establecido.
- La Nueva República: Un conjunto de burgueses y militares desertores que buscaban cumplir el quebrantado sueño nulvino de establecer una república antes de la llegada de la Cabalgata del Fin. Dirigidos por el general Sigfer Lisferhind, los republicanos avanzaron ferozmente a través de la región para acabar con los realistas (la Armada y las Legiones) y hacer Nulvín grande de nuevo.
- Culto del Forjador de la Hecatombe: Una liga de sectas nigrománticas ortodoxas, cuyo fin era el de alzarse contra los herejes que osaban llamarse representantes de la Iglesia del Sol Ennegrecido. Estos cultistas negaban que la Iglesia de Enám adoraba verdaderamente a Eranor por diversas razones y afirmaban que debían ser castigados por eso.
- Intervención Duárnica: Una cruzada eratorista dirigida por miembros de la Vaumferzaim leshaína. El objetivo de esta Intervención fue la de acabar con el eranorismo y establecer la paz otra vez en Enám bajo los preceptos de su antigua fe. Lo que los duárnicos buscaban, en pocas palabras, era purgar el eranorismo y devolver la tierra a los descendientes de aquellos hombres que fueron perseguidos y ejecutados por la nueva Iglesia a causa de sus creencias.
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