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Inquisidor Kazu Fujitora

Heraldo de la voluntad del dragón

Almirante Inquisidor Kazu Yamada Fujitora (a.k.a. El Juez)

El Segundo Inquisidor de la Eclisiarquía, previo a la Reforma y hasta el día de hoy mantiene su puesto como Almirante Mayor de la Marina, siendo quien coordina la enorme fuerza militar del Emperador en los mares del Nuevo Mundo. Al servicio del Consejo de Guerra, presidido por el Apotecario de Guerra, es la parte del ejército más extensa y de mayor influencia.   Su posición como Inquisidor, líder del segundo capítulo, es buscada por muchos, pero nadie logró destronarlo en sus décadas de servicio. La mayor irregularidad con Fujitora, sin embargo, es su etnia, pues no es Imperial, ni nativo de Cadia, como sus congéneres, sino de Markett Russ, aquella vieja nación dentro del Dominio de Bor, en Borealis. ¿Cómo un niño de un país ajeno al imperio terminó en lo más alto del Ejército?   Pues la historia de Kazu Yamada Fujitora es una larga, por sus casi ochenta años de vida. No vivió las grandes cruzadas de Tyr y la expulsión de los demonios, pero sí la opresión de los Marketti en el Imperio. Nacido dentro de los territorios de la Dinastía Aki, pasó de ser un niño huérfano de las calles a ser uno de los mejores espadachines de su edad, así tomando el cargo de embajador para su país. Se cuenta que pasó mucho tiempo en el imperio en su adolescencia, junto con el resto de los prodigios de la época.   Al pasar a la adultez, Fujitora no estuvo presente para el fin de los Aki, y de todo Russ. Luego de haber tenido una historia de levantarse contra la adversidad y batallar contra inumerables tiranos, desde el Gran Sultán Xerxas hasta el Arcano, Xoth, fue una terrible epidemia lo que destrozó aquellos campos de flores moradas y rosas. La Sangre Ceniza, como la llamaron, llegó a Orochi primero, y transformó la ciudad en un cementerio. Solo mediante la contención y la cuarentena pudieron algunas ciudades menores sobrevivir y evacuar, pero para siempre la zona algúna vez delimitada por los ríos del Núcleo Prismático fue considerada tierra corrupta.   Fujitora, enviado de una gran dinastía, se volvió emisario de nada y nadie. Sin familia, solo le restaba su cultura, y sus compañeros. Intentó volver, pero una tormenta destrozó su barco y mató a sus congéneres. Algunos dicen que no fue una tormenta, sino una terrible serpiente marina, enviada de Calgar por una profunda ofensa cometida por el capitán del barco. Fujitora regresó nadando a las costas de Astartes, el Ojo del Emperador, donde conoció al Apotecario de Arcana que allí reside.   Años pasaron antes que domine un barco, y se decida en convertirse mercante. Así, aún cargando su habilidad con la katana y su ropaje no convencional, visitó el Imperio. El mar se volvió su nuevo hogar. Hasta los cuarenta años viajó sin rumbo, o por lo menos, eso es lo que está escrito. Eventualmente, en un evento que nadie conoce íntegramente, Fujitora fue culpado de robar mercancía, y luego de un largo juicio, se lo sentenció a diecisiete años en el Castillo Rend por sus ofensas.   Muchos cuestionan este hecho, pues ningún mercante jamás a sido enviado a la prisión más importante del Imperio. Se susurra en las tabernas que el corriente Almirante de la Flota nunca fue un mercante, sino un pirata, conocido como el Tigre Morado. Esta infame figura existió, sin duda, y aterrorizó a cientos y cientos de pueblos tanto como ciudades. Está incluso todavía redactado el gran asalto por parte de la tripulación de este tal Tigre Morado al legendario Puerto Illis, el mayor puerto del Imperio fuera de Dwindalia.   Solo por su habilidad navegando y su capacidad de batalla Fujitora fue liberado en tres, para servir el resto de su tiempo como navegante de la marina. Llegando sus cincuenta años, Fujitora no había siquiera considerado la existencia de Tyr, y aún rezaba a Calgar, por aquel encuentro con la supuesta Serpiente Marina hacía décadas. Es entonces que conoció a quien en un futuro sería el Apotecario de Guerra; Sir Elvir Charles Inferia.   Mismo con una gran diferencia etaria, estos dos futuros inquisidores compartían muchos ideales. Los dos recién eran admitidos en la máquina de guerra que eran los Escudos Dorados del Imperio, y buscaban más que otra cosa sobrevivir a sus grandes desafíos.   Forjaron, como muchos dirán, una amistad inseparable, y compartieron mucho de cada uno en el otro. Sir Elvir Charles Inferia diría más tarde que le debe toda su habilidad en combate al implacable Fujitora, que continuó toda su vida practicando las técnicas de su tierra de origen, allí en el Dominio. Los años pasaron, y la habilidad de los dos hombres era incuesionable en sus respectivos campos. No había mejor navegante ni espadachín, pues ninguno había tenido que luchar por sobrevivir. Luego de cinco años de academia, Fujitora se mostró como el mejor alumno que la marina jamás alla tenido, además del alumno más viejo en jamás tomar el título.   Mientras tanto, Inferia terminó su educación superior antes de los treinta, y tomó su cargo dentro del Administratum como Regente Mayor del Chorum, en Desembarco del Emperador, el hombre más joven en jamás ocupar dicho puesto. Fujitora e Inferia continuaron subiendo y subiendo en la maquinaria Imperial, volivéndose eventualmente Contra-Almirante al Almirante Derrick.   Fue en estos tiempos que Inferia pasó del Administratum al Ejército, donde se le asignó a la unidad de Fujitora en una crítica misión para analizar una extraña anomalía espacio-temporal en lo profundo de los Pantanos de Sal. Las flotas del Dominio intentaron detener al dúo, pero nadie les pudo hacer frente. Fue al atravesar los pantános y acercarse más aún al territorio enemigo que el barco del Contra-Almirante desapareció. Derrick se dedicó a buscarles durante meses, pues no solo su sucesor, Fujitora, estaba allí, sino también Sir Elvir Charles Inferia, candidato a Señor de Guerra del Imperio. Además, un compañero de la escuela naval de Fujitora y amigo íntimo de Inferia, Viktor Luria, quien se volvería el Apotecario de Ciencia, también se encontraba con ellos para analizar la anomalía.   Derrick se topó con el barco vacío casi un año después, pero encontró a solamente los tres hombres previamente mencionados en la isla Qoeldrass, bajo las raíces del enorme árbol de la vida. Al regresar al Imperio, Fujitora, Inferia y Luria ascendieron a lo más alto de sus respectivas profesiones, con un nuevo propósito, y cargando las cruces del Emperador.   Muchos hablan de aquel encuentro como lo que definió el futuro de los tres. Inferia fue elegido como Señor de Guerra del Imperio por el mismo Fulgrim Tarsus, mientras que Luria fue tomado como Apotecario de Ciencia, reemplazando al anterior Apotecario, Guilliman Thessar. Fujitora comenzó a ir diligentemente a la iglesia, tomando el cargo de sacerdote, y nunca dejando atrás sus símbolos divinos. Ninguno de los tres era considerado ateo, a decir verdad, pero ninguno de los tres tampoco era religioso. Desde este evento, nunca se vio a cualquiera de estos tres sin su cruz alrededor del cuello.   Es curioso, en el caso de Fujitora. Pues días después de regresar, se cortó los ojos, cegándose para siempre. Muchos le preguntaron por qué razón lo hizo, a lo que siempre respondió: "Mi vista ha sido manchada y corrupta. Solo merezco la ceguera, si así he de servir mejor a mi Emperador".   Fujitora tomó el cargo de Almirante, y se unió a la Ordo Maleus como cadete. Su capacidad lo llevó a convertirse en Alto Templario en poco tiempo, claro, y mantuvo así el mayor cargo de la Orden Maledictus tanto como su cargo de Almirante de la Flota (líder de la Marina Imperial), al cual ascendió meses después de su desaparición, promovido por su compañero, Inferia, ahora Señor de Guerra. Por Sir Elvir Charles Inferia se creó el cargo de Apotecario de Guerra, así reuniéndolo tanto con su compañero Viktor Luria sino también con el Apotecario de Arcana, que siempre fue gran amigo de Fujitora.   Kazu Yamada Fujitora pasó de ser un extranjero a un navegante, y luego de aquella transformativa experiencia, un hombre religioso. Creó una capilla en su navío, donde busca arrepentirse de sus pecados. Dejó la Ordo Maleus al llegar la Reforma, la cual, muchos dicen, detestó. Fue ese el momento en que el público comprendió la terrible división que se había formado entre el Apotecario de Guerra y el Almirante de la Flota. En un momento grandes compañeros, ahora a penas conocidos.   No muchos conocen el verdadero cargo de Fujitora dentro de la Eclisiarquía, pues no muchos fueron testigos de su santificación. Solo tres santos viven en un mismo momento. Solo tres, por la bondad, el coraje y la justicia del Emperador. Solo tres, por los ángeles del Emperador, que una vez le permitieron derrotar a Abbadon: Sif, Abel, y Tiamat. Fujitora, al regresar de aquel viaje en 1484, volvió como el santo de la justicia, cargando consigo al dragón platinado y al tigre morado de su pasado.   Fue obligado al puesto de Segundo Inquisidor por su viejo amigo durante la reforma, y lo ejerce con fé desde entonces. Nunca se creó el puesto de Apotecario del Mar para él, quizá por su desentendimiento con el Apotecario de Guerra. Es hasta el día de hoy que busca mantener consigo la Justicia, y redmimr sus pecados de antaño en su nuevo proposito.

Almirante e Inquisidor, es líder de la Gran Flota Imperial tanto como del capítulo más poderoso de la Inquisición.

View Character Profile
Ángeles comunes son aquellos que la justicia no atañe. Ángeles del Emperador son aquellos que el juicio llaman. Pues no hay nada más que la justicia del dragón.
Divine Classification
Santo del Emperador
Alignment
LE
Currently Held Titles
Age
78
Children
Gender
Hombre
Eyes
Fujitora es ciego por su propia voluntad, pues el mismo se cortó los ojos
Hair
Corto y militar, recuerda a los soldados de la marina
Aligned Organization
Other Affiliations
"¿Justo? ¿Vienes a hablarme de Justicia tú? Oh la gala de los abandonados. ¡La vida es injusta! Lo único que podemos hacer es soportarla. Quizá incluso traer un poco de justicia de nuestra parte. Todos ustedes, deleitándose en placeres exquisitos, mientras viven del sufrimiento de los demás, ¿estáis siendo justos? Justos con los torturados, con los esclavos, con los afligidos. Todos aquí lo sienten, ¿verdad? Es el peso del pecado. Tú, Thessar. ¿Lo sientes? ¿Recuerdas a los niños, siquiera? ¿Los niños que has asesinado? He esperado mucho tiempo para esto. Para traer la justicia de dios a la podredumbre del Imperio. Axa, querida sobrina, gracias por la oportunidad."

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