Guerra de la Tercera Coalición Abismal

La distancia entre la capital de Vudgúk e Igít era de aproximadamente 720 km. Si las tropas de Vudgúk marchaban a 10 km por día, con descansos cada 4 días, llegarían luego de una travesía de 90 días, la cual culminó el 14 de Lihberhunt del 6 e.M. Para este punto, todas las tropas de la Tercera Coalición estaban completamente organizadas en Igít y marcharían hacia Midvespil en un viaje de 31 días por la distancia entre la capital y esta. Fue aquí donde estalló la Batalla de Midvespil del 6 e.M. y donde comenzó la Tercera Guerra.

La guerra se desarrolló en los territorios de Enrúv, la provincia capitolina de la Confederación Abismal. Luego se extendió hacia Igít.

La guerra estalla en Midvespil, donde se da la primera batalla entre la Coalición y la Confederación. Al momento de llegar, tropas enruvesas e isnudesas defendían la ciudad, pero lo que los generales confederalistas no se esperaban era que la Coalición hubiese hecho un pacto con un agente importante del Abismo para apoyarlo en la guerra: Harlan, Señor Abismal de la Reclusión, un viejo amigo de Nacneum, el General Abismal y Monarca de Afvút. Sus tropas vampíricas descendieron de una Grieta del Abismo que fue abierta en el este de Igít, a tan solo unos 70 km de la frontera con Voifsó.  

Las Batallas Señuelo

Las fuerzas de Harlan, acompañadas no solo de vampiros sino de otras criaturas horrorosas proveniendo de lo más profundo del Piso de la Reclusión, diseminaron el caos por Midvespil. La presencia de los vampiros y su impacto en los soldados y los civiles causó una epidemia de psicopatologías que sirvió de apoyo para la Coalición. Esta batalla fue conocida como la Violación de Midvespil, y se creyó que los nuevos refuerzos marcarían el final del gobierno de Ternlot y la caída de la Confederación.   La Violación de Midvespil duró desde 45 de Lihberhunt del 6 e.M. hasta el 3 de Brommenhunt del 6 e.M. Luego de esto, las fuerzas de la Coalición se separaron para atacar y mantener diferentes posiciones: La mitad marchó a Enrúv, mientras que un cuarto se quedó en Midvespil y el otro cuarto se movilizó hacia Ivseidnif.   Durante este periodo, la Coalición tuvo varias contiendas que luego se conocerían como las Batallas Señuelo, donde los generales de Ternlot perdieron una y otra vez. Sin embargo, todos los generales que fueron asesinados o capturados durante este periodo sanguinario entre el 45 de Lihberhunt y el 51 de Brommenhunt del 6 e.M. (cuando termina la invasión de Ivseidnif y ya la mitad de la Coalición se encuentra asediando Enrúv) no eran más que aquellos oficiales incompetentes eifgídeos, voifseos y tefgeos que contribuyeron a la derrota de los enemigos de Ternlot, además de aquel sector del ejército confederalista más débil.  

Entra Ancir: Contraataque confederalista

Ancir, un oniromante del Abismo, había sido un invitado especial de Ternlot durante Hoitsënhunt del 6 e.M. Ternlot le pidió como favor su apoyo durante la guerra, y Ancir accedió, pues el tejedor de pesadillas se alineaba con sus ideas y era un amigo de la nobleza del Piso de la Ira, donde se encuentran los aliados más fuertes de Ternlot.   Ternlot utilizó las habilidades de Ancir para escabullirse en los sueños de todos sus capitanes y generales, descubriendo las estrategias y tácticas que planeaban utilizar. Además, durante el tiempo que la Confederación Abismal se encontraba en pie, aproximadamente 5.000 kilómetros de vías férreas se habían construido para conectar todas las ciudades importantes del Estado. En poco tiempo, los trenes desde Eifgíd, Voifsó, Tefgeiv e Isnúd se estaban moviendo hacia la capital, y pronto las tropas estaban acorralando a las fuerzas defendiendo Midvespil e Ivseidnif. La primera ciudad en ser retomada fue Midvespil, pues una parte de las tropas confederalistas se separó para cruzar el puente mientras que la otra navegó el mar de Oifsíd para aproximarme a la ciudad desde el norte, flanqueando el lugar y acabando a los enemigos para el 38 de Austerhunt del 6 e.M.   Posteriormente, Ivseidnif fue igualmente rodeada tanto por río como por tierra, y su asedio no duró más de unos días gracias a las habilidades de los soldados confederalistas, sus números y el apoyo de Ancir. El 7 de Grotsnerhunt las fuerzas de Nacneum, el Rey de Afvút, fueron rodeadas en las afueras de Enrúv y aniquiladas. Para acabarlas lo más rápido posible, Ancir creó una pesadilla global que privaría a los soldados enemigos de un descanso apropiado y los llenaría de ansiedad, limitando su efectividad en combate. Esto facilitó a las tropas bien reposadas y preparadas de Ternlot destruirlas en poco tiempo.   Nacneum fue personalmente decapitado por Ternlot, acabando con la ofensiva de la Tercera Coalición en cuatro meses.   La cabeza de Nacneum fue devuelta a la familia real del Reino de Afvút en un pequeño y orlado paquete. Esto despertó la ira de Harlan, quien designó a Ánrenron, Rey de Vutén, como Rey de Afvút igualmente y le ordenó vengar la muerte de su allegado.   Ternlot ya no podía utilizar a Ancir, pues el asedio de Enrúv hizo muy claro que un oniromante se encontraba entre sus filas.  

Invasión de Igít

A sabiendas de lo que había ocurrido, el Rey Abismal Deutlán de Igít decidió movilizar el grueso de sus tropas hacia la capital. La Guardia de los Molturadores, una tropa del Piso de la Ira que estaba a las órdenes de la familia de Deutlán, apoyaría en la batalla del lado de Igít. Los molturadores eran infames por ser guerreros de cuatro a seis metros de altura, vestidos en armaduras pesadas y anticuadas, casi blindadas (para los estándares de la época), además de llevar rifles que, por su tamaño, eran una especie de transición entre el fusil y el mortero. En caso de que el combate a distancia no fuera viable, los molturadores se apoyaban de mazas colosales con las que trituraban a sus víctimas, y por mucho tiempo fueron conocidos no solo por "moler" a sus enemigos, sino por devorarlos también. Aunque sus armaduras fueran originalmente plateadas por el metal, habían sido tan manchadas por los fluidos corporales de sus víctimas que estaban completamente impregnadas del color de la sangre seca y los jugos gástricos.   Las tropas confederalistas se dividieron en dos. Mientras que una parte marchó directamente a la capital de Igít, la otra se mantuvo en la Confederación para proteger las fronteras.   La marcha de Midvespil hacia Igít era de 260 km aproximadamente, mientras que del mismo origen hacia Vidnesmir era de unos 390 km. Puesto que los reinos aledaños no estaban conectados por vías férreas a la Confederación, la cual intentaron bloquear a través de cualquier medio posible, las tropas tuvieron que moverse a pie a un ritmo de aproximadamente 10 km/día y con descansos cada 5 días.  

Asedio de Igít del 50 de Grotsnerhunt

El 10 de Grotsnerhunt se movilizaron las fuerzas terlistas desde Midvespil hasta Igít. Aunque el pronóstico era llegar el 41 del mismo mes, numerosas contiendas y escaramuzas se dieron en el camino, lo cual atrasó el movimiento de Ternlot e hizo que llegaran el 50 de Grotsnerhunt. A pesar de las heridas sufridas en el camino y los intentos de tácticas de tierra quemada, Ternlot había establecido una ruta logística y la reparación de las vías de ferrocarriles que fueron dañadas por los agentes de Igít para poder mover recursos y mantener el ejército alimentado y con municiones.   Muchos pueblos fueron saqueados por Ternlot antes de que los soldados de Igít pudieran quemar sus suministros, así que los cuerpos de ejército lograron sobrevivir a las tácticas asimétricas.  

Carnicería del 22 de Pfehrënhunt

Cuando Ternlot arribó a las afueras de la capital, su primer encuentro fue contra el ejército regular de Igít en una serie de batallas que, si bien terminaron con victoria tras victoria, desgastaron un poco al ejército luego de varios días. Fue entonces cuando ocurrió la infame Carniceria del 22 de Pfehrënhunt, donde la Guardia de los Molturadores desmembró a grupos y pelotones enteros utilizando sus fusiles morteros, para luego entrar en contacto directo con sus mazas demoledoras.  

La Ofrenda del 48 de Pfehrënhunt

La moral de los soldados de Ternlot se vio sumamente reducida ante la terrorífica visión de aquellos gigantes en combate. Los confederalistas lograron mantenerse, pero no por mucho tiempo, pues el apoyo de Vudgúk, Vutén y Afvút comenzó a hacerse presente. Ternlot comenzó a retroceder, aunque de forma muy lenta y específica, hasta que las vías férreas habían sido completamente tomadas y pudieron transportar artillería desde Enrúv hasta el campo de batalla.   Anseid Vispernuv, coronel de la brigada de artillería más importante del ejército de Ternlot, se apareció en batalla el 48 de Pfehrënhunt, cuando ya los soldados terlistas estaban tan cansados y aterrorizados que algunos comenzaron a formar motines y a intentar desertar. No obstante, la historia se repitió. Similar a la masacre de Aivhid, Ternlot logró interceptar y capturar a aquellos que intentaron traicionar al ejército, y decidió darles un castigo acorde.   Según los testimonios, Ternlot afirmó que prometió "darles lo que tanto querían", es decir, que para ellos la batalla se decidiera a favor de la Coalición y, por lo tanto, que ellos fueran entregados a esta para ser tratados de acuerdo a sus propias políticas.   Los desertores y amotinados fueron llevados en cadenas a los Molturadores por un emisario, desarmados, y se dice que los titánicos abismales se quitaron por primera vez sus yelmos para mostrar sus horrorosas cabezas y desollarlos vivos con sus dientes. A otros los despedazaron con sus propias manos, extremidad por extremidad, antes de devorarlos en carne cruda. En "La Ofrenda del 48 de Pfehrënhunt", unos 150 amotinados y desertores murieron violentamente bajo las manos de los Molturadores sin ningún medio para defenderse.  

La Orquesta de los Cañones del 48 de Pfehrënhunt

A tan solo horas de La Ofrenda, Anseid y su brigada estaba preparada para contraatacar. Una ofensiva terlista dirigida por la artillería y apoyada por la infantería y caballería logró rodear a los Molturadores, cuyos cuerpos y cabezas fueron destruidos y desfigurados por los cañones confederalistas. Aunque muchos soldados de Ternlot murieron bajo el fuego de sus propias baterías, el sacrificio fue necesario para poder acabar con la supremacía de los Molturadores. Fue una de las escasas instancias donde Ternlot sacrificó una absurda cantidad de hombres y caballos de gran calidad solo para rodear a un enemigo muy fuerte y diezmarlo.  

Conquista de Igít

Llegado el 1 de Littenhunt, Ternlot finalmente fue capaz de alcanzar la capital una vez más, donde se enfrentó a los refuerzos de Afvút, Vudgúk y Vutén que apoyaban los remanentes de las tropas de Igít. Habiéndose diseminado la noticia de la caída de los Molturadores, la moral de Igít fue destrozada y Vudgúk retiró sus fuerzas.   El asedio de Igít tomó aproximadamente tres meses, acabando el 7 de Klugenhunt, tan solo unos días luego del solsticio de invierno. Ternlot prometió a los ciudadanos de la capital que les proveería alimento durante el invierno si apoyaban la toma de la ciudad por parte de la Confederación, y los obreros y campesinos accedieron, quienes no querían morir de hambre mientras que los burgueses y nobles se refugiaban en la seguridad de sus casas o palacios.   Deutlán intentó escapar, pero las fuerzas confederalistas lo atraparon y Ternlot se encargó de decapitarlo con sus propias manos en un cadalso de la ciudad.   El 8 de Klugenhunt se celebró la anexión de Igít a la Confederación Abismal. Asímismo, Vudgúk aceptó unirse a esta durante su capitulación, permitiéndole a Bacgér, su Rey Abismal, continuar viviendo como un vasallo de Ternlot.

Los Reinos de Igít y Vudgúk fueron integrados a la nueva Confederación Abismal. Adicionalmente, la Confederación fue reemplazada por la Sacra Enám en la declaración del 26 de Klugenhunt del 6 e.M., durante la primera luna llena del mes. Los Molturadores fueron traídos de vuelta al mundo bajo la resurrección impura por el nigromante Adrühkh, un importante miembro de la nueva Iglesia del Sol Negro que servía en el ejécito imperial.

El poder en la totalidad de la actual Enrúv se consolidó aún más bajo el ahora Sacro Emperador Ternlot Igíran. El Reino de Afvút-Vutén, bajo Ánrenron, era el último bastión para ser conquistado por el encarnado Dios de la Guerra.