Batalla de Vierdsin — 2 e.M.

Vierdsin es una pequeña aldea ubicada a unos 60 km de distancia al suroeste de Midvespil. En su retirada, Grehen llegó a Vierdsin luego de varias escaramuzas, donde ocurrió la última batalla entre sus tropas y las de Agmon. Mientras tanto, Ternlot continuaba desplazándose hacia las afueras de la capital, esperando conseguirse con las tropas enemigas antes de que fuera demasiado tarde. Ternlot y sus fuerzas salieron de Ivseidnif el 2 de Frautserhunt del 2 e.M., el mismo día que comienza la Batalla de Midvespil, y tardaron 15 días en aproximarse a los derredores septentrionales de la capital de Enrúv. Por lo tanto, estuvieron preparados para defender la ciudad el 17 de Frautserhunt del 2 e.M.   Mientras que Ternlot se movía con sus fuerzas a las afueras de Enrúv, Grehen ejecutaba su retirada, llegando a las afueras de una aldea llamada Vierdsin luego de 6 días de apresurado viaje en el invierno.   En Vierdsin, Grehen recibió noticia de un soldado sobreviviente de los batallones que habían sido destinados a proteger el puente. Grehen le preguntó sobre su experiencia en primera persona, y si también creyó que estaba siendo aplastado por embestidas de caballería enemiga. El soldado reveló que, durante todo el evento, nunca tuvo alguna ilusión, pero sí fue asustado por las extrañas conductas de sus compañeros en el batallón. Grehen le preguntó que qué estuvo haciendo durante el tiempo en que los demás se salían de control, y el soldado simplemente respondió "rezar por mi vida". Fue ahí cuando Grehen empezó a armar las piezas del rompecabezas en su cabeza y a alarmar a sus oficiales, dándoles nuevas instrucciones.   Las tropas estaban agotadas y desmoralizadas, y sus esperanzas cayeron aún más tras haber oído lo que Grehen tenía que decir. Pocas horas después, Grehen y sus fuerzas fueron interceptadas por el ejército de Agmon. Una batalla en medio de las praderas cubiertas de nieve que circunvalaban la villa estalló el 8 de Frautserhunt del 2 e.M.

El campo de batalla fue el pequeño pueblo de Vierdsin y sus derredores sofocados por la nieve. Grehen tenía la desventaja de tener sus tropas posicionadas en un pueblo lo suficientemente pequeño como para facilitar que Agmon los envolviera, que fue exactamente lo que ocurrió durante aquella trágica batalla.

Las fuerzas de Grehen estaban desmoralizadas y heridas. Por otro lado, los soldados de Agmon comenzaban a ganar confianza y a creer en las tácticas de su general. Estos ahora tenían esperanza y se movían con mayor pasión y experiencia hacia Vierdsin para terminar de acorralar a Grehen y ejecutarlo junto a sus tropas.

Las fuerzas de Grehen estaban separados por 5 kilómetros de Agmon, pero el cansancio los forzó a detenerse en Vierdsin. Ahí, Grehen ordenó que la ciudad fuese protegida y que la artillería se preparara para cuando viese a los enemigos en el horizonte. Las tropas de Agmon eventualmente se hicieron visibles, y luego de una hora de marcha llegaron al frente de batalla. Agmon tenía suficientes fuerzas para rodear a Grehen y su ejército en la aldea, y efectivamente ordenó a sus brigadas a cubrir todos los flancos de Grehen y a atacarlos de todos lados.   Grehen fue derrotado ese día y también ejecutado; Agmon tomó incontables prisioneros de guerra, entre los que se encontraba Anseid Vispernuv. Durante todo el combate, solo unos pocos fueron víctimas de los delirios e ilusiones que sufrieron en Midvespil también, pues los soldados fueron ordenados a rezar a Eranor constantemente tras una observación del General Grehen. Sus tropas cayeron en cuestión de minutos, pero Grehen había logrado algo: alertar a Ternlot de que, entre las fuerzas de Agmon, un heraldo capaz de causar delirios e ilusiones caminaba. Antes de la batalla, Grehen había ordenado a un grupo de infantería ligera a galopar hacia la ubicación de Ternlot, llevando consigo aquel mensaje.

Grehen y el remanente de sus fuerzas son diezmadas. No obstante, antes de aquella derrota para las tropas de Ternlot, Grehen descubre que un heraldo camina entre los soldados de Agmon. Este heraldo es quien causa los ataques psicóticos y delirios entre sus hombres y mujeres, y decide enviar un pequeño grupo de caballería ligera a alertar a Ternlot de esto lo más pronto posible.