Maese Logarius de Severen

Cuidado con el Maestro. Cuidado con su espada. Mejor en el arte de la esgrima no existe, y mejor en el duelo tampoco. Con voluntad y determinación ganó su lugar en la armada Imperial, mismo siendo un extranjero nacido en Severen. Con gran audacia conquistó todo desafío frente a él.   Su título más famoso es el de Matadragones, pues su incomparable fuerza fue lo único que derrotó a Glaurung, la bestia negra. Entró así en la historia del Imperio, salvando Figium del Terror que se escondía en las montañas de Aman. Por siete meses se cazó a la criatura, y por siete meses el monstruo causó estragos. Esto fue hasta que Villhelm Logarius se apareció como uno de los Caballeros Errantes de Severen.   Severen, luego de perder la guerra de cuatro meses contra Aurelis, no solo tuvo que pagar reparaciones, sino que también tuvo que devolver la ayuda que el Imperio le propinó. Aquel conflicto, hoy llamado la Guerra de las Islas Sigmarinas, fue sostenido por el Dominio tanto como por el Imperio, cada cual defendiendo a su aliado. El asesinato del Rey Alleo de Severen, sin embargo, hizo que la Órden de la Rosa Blanca detenga la guerra, aceptando con gracia la derrota, y cediendo los territorios de ultramar por los cuales el conflicto se llevaba.   Severen perdió mucha estima entonces, y los caballeros comenzaron a viajar por el Imperio como Caballeros Errantes, para salvar un poco la reputación de aquel gran reino. Uno de estos fue el Maestro Logarius; que por entonces solo era Willhelm. Se dice que encontró al Tercer Capítulo, liderado por la Estrella Dorada, cruzando la misma cordillera de Aman. El Inquisidor Aurelius Zant le dió la bienvenida al caballero, que les indicó dónde se escondía el dragón. Solo Zant y Willhelm entraron en aquella cueva, y salieron con la cabeza de Glaurung. Gran parte del capítulo había sido destruído en varios ataques previos durante la caza, pero finalmente, por la habilidad incomparable de Logarius, el Tercer Inquisidor regresó a Dwindalia cargando el trofeo.   Zant pidió que Logarius le acompañara, y en el camino, se dice, el caballero errante le enseñó mucho al inquisidor. Al llegar al Bastión Luz del Alba, Zant presentó a Logarius como "Maestro", y desde entonces, por el respeto que la Estrella Dorada le daba a este extranjero, todos reciprocaron. Fue entonces que comenzó la historia del Maese Logarius.   Zant, antes de partir en otra de sus largas y estúpidas misiones, le propuso al Caballero Errante unírsele. Logarius aceptó entrar en la Inquisición, pero no acompañó a la Estrella Dorada en su viaje. Al contrario, se unió por su logro al segundo capítulo, bajo el Almirante Kazu Fujitora. Para cuando Logarius apareció dentro de la Inquisición, la Reforma del Apotecario de Guerra ya se había llevado a cabo, tanto como la masacre de la Orden Exalta.   Cuando uno ve el ascenso del Maestro, realmente se muestra cuán rápido se puede subir los rangos dentro del sistema imperial. Por haber matado al dragón negro, se lo asignó al Segundo Capítulo inmediatamente, el capítulo más prestigioso de todos, pues solo el Primero está por encima, y un nuevo recluta no puede acceder directamente a este último (sino que está reservado para veteranos de todos los demás capítulos). Además, había otra razón por la que Logarius fue integrado al segundo: dentro de este restaba la Orden Maledictus, o la Ordo Maleus, dedicada a cazar a las criaturas y personas más peligrosas para el Imperio.   Glaurung, en resumen, debía haber sido presa del Segundo Capítulo, pero Fujitora tuvo un conflicto particularmente fuerte con el Apotecario de Guerra justo cuando se instauró la Reforma, por lo que cuando el Dragón Negro surgió y comenzó a causar estragos, el Segundo Inquisidor todavía se negaba a formar parte del sistema inquisitorial. Incluso algunos dicen hubo un duelo entre el Almirante y el Apotecario, que terminó con la derrota de Fujitora, y su capítulo no estuvo activo durante su larga recuperación.   Así, Maestro Logarius se encontró en medio del capítulo más prestigioso de la Inquisición, con años por delante. Pasó de ser un simple caballero errante a Capellán en menos de un año, y Fujitora respetaba mucho su capacidad de enseñarle a los nuevos reclutas. Durante un tiempo, estos dos hombres se llevaron muy bien. El Almirante se veía capaz de encomendarle ciertas responsabilidades, y el Maestro solo tenía mayor y mayor éxito con cada tarea que se le presentaba. Una vez por año, regresaba a Severen, pues aquel siempre será su hogar, y notó rápidamente su fuerte estancamiento y degradación. Una Guerra Civil no tardó en estallar allí, y como la única autoridad Imperial, además de ser nativo a la isla, pidió autorización de tomar el control gubernamental, pues la línea de sucesión se había roto, y los descendientes de Alleo el Asesinado habían desaparecido. El Apotecario de Guerra mismo firmó el acta para intervenir en un país extranjero casi inmedaitamente, y Logarius, como capellán del Segundo Capítulo, tomó la isla en el 1500.   Fue entonces que Fujitora tuvo otro de sus delirios, y echó sin razón aparente al Maestro de su Capítulo. Habiendo gran animosidad entre los dos, Logarius llamó a que todos quienes eran leales a él le sigan, y con ayuda de Zant y el Apotecario de Guerra mismo, se le entregó la posición de Sexto Inquisidor. Con él partió casi la mitad del segundo capitulo. Así, el Sexto se volvió el capítulo más extenso de la Eclisiarquía, y uno de los más afluentes.   Al día de hoy, el Maestro Logarius es el Inquisidor más popular para los nuevos reclutas, pues su capacidad de enseñar es mayor a la de cualquier otro. Toma pupilos, y tiene su propio círculo de acólitos que él mismo elige (cuando estos todavía están en el Bastión). Es, además, considerado el mejor duelista del Imperio; incluso mejor que la Séptima Inquisidora. Todavía pasa una vez por año por su isla, que ahora está bajo su total control mientras se recuperan de la guerra civil.   Muchos hablan del Maestro como un extraño individuo. Posee el control de casi una pequeña armada, que le es leal. Tiene relaciones difíciles con varios de los demás inquisidores, pero aún así fue elegido Representante Eclisiárquico en nombre de Sir Elvir Charles Inferia, cuando este no está presente.   Es sin embargo, el extraño color de sus ojos lo que más llama la atención. Ojos negros. Ojos de carbón. Hacen que el más corajudo desvíe la mirada. En su uniforme, Logarius lleva la Rosa Negra, una antítesis, quizá, a la Rosa Blanca de Severen, y a sus antiguos caballeros, que ahora son pocos. Pues la era del honor murió con Sangüinius.