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La Liga de Rhinerya

Desde las Sombras

Perdimos a tantos en la Ascensión. Primus, Vesper, Morgrimm. Podríamos haberlos salvado, si tan solo hubiesemos estado preparados. Tan soberbios, tan tranquilos nos sentimos en nuestros primeros siglos como dioses. Claro, los Cuatro Reyes habían planeado el regreso de Inferia con precisión y sutileza. ¿Qué hay de todas nuestras historias? ¿De nuestras vidas después de Xoth? Es que siempre habían tenido una fecha de expiración? Dédalo me odia. Igmar se niega a hablarme. Perjuna, Akaddian y Sagitario se perdieron en los Años de Ceniza. Sif, en su sacrificio, se ha vuelto nuestra peor enemiga. ¿Qué hay de los Héroes del Uroboros? ¿Qué nos ha pasado? ¿Es que el Salvaguardas ha sido mi única opción?   Oh, Zoe, cuanto deseo tu consejo ahora. Tú sabrías que hacer. Y sin embargo, fuiste la primera en morir a manos de Ella. A manos del Fin. A manos de la terrible Rhinerya.  
Palabras del Árbitro, Letanía del Segundo Círculo.
  La enigmática Liga de Rhinerya es una organización secretiva que traza sus orígenes a las épocas de la Gran Cruzada. Pocos saben de la Quinta Primarca; su existencia fue borrada de todo libro de historia, y su nombre fue prohibido hasta en la mente de aquellos que la recuerdan. Aún así, algunos todavía dicen su nombre, en callados susurros, venerando a la primera Xel'Deva, heredera del mundo.   Muchos creen que la Gran Cruzada habría fallado sin Rhinerya. Que los Sellados, los Innombrables, los Olvidados; aquellos Seis Demonios que en el mismo abismo son temidos, habrían arrasado con el plano material por sí solos. Fue ella quien los contuvo, ella quien los derrotó, ella quien los encerró nuevamente. Shura, la Frenética, Adramalech, el Astuto, Cheitan, el Mentiroso, Dahaka, el Sombrío, Heriodas, la Silenciosa, Baal, el Sangriento. Cada uno de ellos representó una carga muy pesada para Rhinerya, pero logró contenerlos, por el bien del Imperio.   Fue la primera en arrivar a lo que en un futuro sería Rinavel, y como tal, fue la primera en descubrir la Isla Paradis, en lo profundo de las montañas de Aman. Allí, los seguidores de la Liga profesan que encontró la verdad, y comprendió hasta qué punto el Imperio la estaba utilizando. Para entonces, Fulgrim ya había llevado al Emperador al trono, y la Cruzada había terminado. Esperó hasta entonces para hacer su gran movimiento.   Muchos hablan de Nyx como una maldad. Como un eclispe. Como un monstruo. La realidad es que representa mucho más que eso. Es la noche, sí, pero también es la calidez, la madre, la seguridad. Es lo que le permitió a Rhinerya salir de lo más profundo de la tierra, y confrontar al mismísimo mundo sobre su predicamento. Sus Fragmentos, en ese entonces, eran tres: Celestine, su luz, su compasión, su Restitución; Eneva, su voluntad, su honor, su Coraje; y Anathema, su duda, su camino, su Posibilidad. Cada una de estas mujeres estaba en una parte del mundo diferente, incluso del Universo, pero aún así escucharon el llamado de Rhinerya.   Antes de que se presenten frente a su señora, sin embargo, otra persona se apareció en la distancia. Frente a la cueva de Tiamat, esperando que Rhin ascienda de las profundidades del mundo, se encontraba el Puro. Altair, protector incorrumpto, amigo cercano del Emperador, defensor del imperio y Apotecario de Religión.   Se dice que hablaron, bajo la terrible tormenta. Hablaron mucho, de cosas que pocos comprenden. De mundos que no ocurrieron, de vidas pasadas, de círculos viciosos. Hablaron de libertad, hablaron de esclavitud. Hablaron de la tendencia del universo mismo a querer morir. Para aquellos escuchando, pocos en número, las palabras les sonaron como silencio, pues gritaban en voces mágicas, en palabras de creación, y su discusión podía hacer que el mundo mismo se deshaga.   Sólo en último recurso Altair levantó su espada, y a los lados de Rhinerya se alzó la Dama de la Noche, la Madre de la Oscuridad, el Manto de Sombras. Nyx nubló el sol, y los dos Héroes batallaron en la sombra. Los testigos dicen que siete veces Rhinerya venció a Altair, y siete veces se levantó. El Eclipse duró duranto toda la pelea, y sólo al final, cuando el Puro enterró su espada en el pecho de la Quinta Primarca, brilló el sol nuevamente.   Eneva, en las profundidades del Abismo, lo sintió. Celestine, aún llorando a su marido, lo sintió. Anathema, en la Caída de Abbadon, lo sintió. Su maestra, quien tanto les había enseñado, estaba muerta, y sus Fragmentos, que con tanto deseo y esperanza les había confiado, ya nunca podrían regresar a Rhinerya. Altair venció, pero al costo de su presencia. Aquellos que vieron a los héroes batallar, fueron testigos de como el Puro se desvaneció para siempre, dejando sólo su espada.   Fue Nyx quien recogió los Fragmentos después de la batalla, tanto así como la famosa espada del héroe. Resignada, regresó a la Torre del Juicio, donde comenzó su ardua tarea de, poco a poco, reconstruir a la Quinta Nacida. Altair había vencido, pero no por eso logró destruir a Rhin. Aquellos que vieron la batalla quedaron absortos en las palabras silenciosas de los dos héroes, y por más que no las escucharon, las conocieron como si siempre hubiesen estado allí. Resonaron en sus almas, como mandamientos, y con esa información, juraron llevar a cabo aquello que Rhinerya dejó a mitades.   Cada uno se fue a una punta del mundo diferente. Se sabe que uno de ellos fue Caranthir, el Asesino de Reyes, que años más tarde terminó con la vida del famoso Uther el III, Rey de Aiur, y dió lugar a la revolución de la noche. Otro fue Vandel, que creó una intrincada red de bandidos; casi noventa años después, sus cuevas y túneles aún siguen vigentes. Otro fue el visionario Baptiste, del Protectorado de Krath. Estos hombres y mujeres decidieron tomar un objetivo, y mantener en secreto su conocimiento. Juntos, formaron la primera iteración de la Liga de Rhinerya.   Las verdades que alguna vez escucharon se fueron propagando, y poco a poco atrayeron los ojos de aquellos que buscaban la verdad. La Liga creció, y creció, hasta volverse un organismo secreto de extensa magnitud, con agentes en cada gran ciudad, y poder sobre decisiones políticas de escala mundial. Algunos de sus miembros se volvieron parte de gobiernos, otros se dedicaron a hacer caer países. Sus saberes se escribieron en un tomo, el Libro de las Revelaciones, y se fueron pasando de padre a hijo, madre a hija, abuelo a nieto, tío a sobrino. Esperaron. Muchos años, esperaron, preparando el camino para el regreso de la verdad. El regreso de Rhinerya.   Quizá fueron sus experimentos, quizá sus maquinaciones, quizá incluso sus plegarias, pero casi cincuenta años después de la Sombra del Sol, nació un Fragmento de Rhin. El primero, desde Eneva, Celestine y Anathema. El primero de muchos. Hija de la Noche, le dijeron en un principio. El resto del mundo comenzó a llamarla por otro nombre. Heroína. Corazón de Hierro. La Leóna. Quien sería la heredera de Celestine, en más de un nombre; Santa de Sif y Alta Templaria de la Orden Exalta, Leana Velenor. Su historia fue una de heroismo, de lucha, de gloria y de muerte.   Esto era exactamente lo que la Liga estaba esperando.

Structure

Hoy en día, la Liga es compuesta por Diez miembros principales, de gran poder e influencia, y cientos y cientos de agentes, listos para actuar en concordancia con Rhinerya, la Quinta Primarca. Leana Velenor, desde la Batalla de las Aves, a tomado el liderazgo de la Liga, como siempre estuvo destinada a hacer. Sus otros compañeros incluyen a Odín, el Desalmado, Earendil, la Gaviota Blanca, Galleon, el Cazador, Jyr, el Sombrío, Adrián, Testigo de los Números, Ecthelion, el Forjador, Ferfield, el Remanente, Matríz, el Espectro de los Xel'Deva, Baptiste, el Maestro Sigáldrico y por último, Wilhelm Logarius, el Diseñador.  
Sí, así lo creo. Es imposible que el chico sea nuestro Inferia. Creo que Leana tiene una mayor capacidad. Fue creada para eso, ¿no es así? Voto por abandonar al niño inestable y concentrar nuestros esfuerzos en reconstruir a Rhinerya. Sí, quizá es más dificil, incluso imposible, teniendo en cuenta que Eneva y Anathema aún guardan sus Fragmentos, pero lo pienso un plan más rentable que apoyar a los Preceptos de Caín. Además, desde que perdieron a Perturabo, no tienen dirección. No son más que un montón de idealistas, al fin y al cabo, y el objetivo seguirá siendo destruir el Corazón del Mundo para ellos. No comprenden que quizá hay otra manera. No comprenden que quizá, el Mandato pueda reescribirse.  
Palabras de Sarasvati en el Templo del Balance.

El Fin justifica los Medios

Siempre dudé de mi misma. Todo parecía tan... conveniente. La Cruzada, los demonios, mis propios hermanos. Supe que había algo diferente desde el momento en que Cawl comenzó a distanciarse de mí. Siempre supe que no era igual que ellos. Yo nunca fui una Eredin. Ahora lo sé. Que me hayan encerrado dentro de estas Líneas de Tiempo solo retarda lo inevitable. Soy Rhinerya, hija de Velenor el Alquimista y Sarasvati el Oráculo; soy el Fin de este mundo.    
Founding Date
1417, después de la Sombra del Sol
Training Level
Elite
Veterancy Level
Trained
"¿Cuánto les habrá costado esta intrigante trama? ¿Esperaban que moriría contra los Innombrables? Soy una diosa. Soy la primera Xel'Deva desde Tifón. Soy la heredera de este mundo. Paradis me lo ha enseñado. Nyx me acompaña, y sus susurros me hacen comprender cada vez más de qué va todo este pequeño teatro. Casi olvido mi propósito. Supongo que Ki ha hecho un buen trabajo en ese sentido.   ¿Pero tú, Altair? Tú no puedes contra mí. Héore de Héroes, ya te han vencido. ¿Qué no sientes pena por ti mismo? Tu mujer tuvo que morir para que tú ahora te alces frente a mí. No puedes evitar lo inevitable. Y si no soy yo, será uno de mis fragmentos. Siempre volveremos, hasta que no haya historia que contar. Soy discípula del taciturno, y llevaré a cabo su terrible propósito con manos seguras. Tú ya fuiste vencido una vez por él. No eres nadie. Prepárate para morir de nuevo... Héroe."  
  "¿Yo?   Yo soy fe. Yo soy esperanza. Yo soy determinación. Soy todo lo que los Héroes del Uroboros han puesto en mí. Soy su espada, soy aquel que carga con el peso. No sirvo al Emperador; sirvo a alguien mucho mayor, y en su propósito, no dejaré de regresar hasta destruirte, Inferia. Nunca lo he deseado así, pero aquello no amortiguará mi golpe. Soy aquel que porta al Héroe, y con su forma purificada te desafío. Azrael y yo seremos la luz en la cual tu terrible oscuridad morirá. Prepárate.   ¡Yo, Altair, tercero de los Poderes y líder entre ellos, te sentencio! ¡Por el nombre de las Tres Virtudes, y todo lo que logramos hasta ahora! No nos vencerás, Rhineria. No eres más que una Línea de Tiempo que se salió de control. Estoy aquí para corregirte."

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