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Duquesa Ollyana Merthal

Soberana de Zhara

Duquesa Ollyana Merthal (a.k.a. La Dama de Rojo)

Los títulos Imperiales son confusos.   Muchas personas se equivocan al intentar mantener los códigos de etiqueta, y más de uno perdió la cabeza por su estupidez. Desde lo más arriba del Imperio, vela el Virrey Fulgrim junto con los Siete Señores de Cadia. En el Nuevo Mundo, esta voluntad es llevada a cabo por el consorsio de Apotecarios, por lo que ellos toman segundo lugar. Luego, en cada provincia Imperial, se refiere a un solo Delegado Provincial, al que se le da el título de Conde (en honor al Conde Magistral de antaño).   Duque y Duquesa no es un título que implique jerarquía política, sin embargo, sino autoridad económica. Durante un período después de la Gran Cruzada, el Imperio necesitaba dinero desesperadamente, por lo que vendió el prestigio de un ducado para poder concentrarse en la reconstrucción. Fue para algunos una promesa de lealtad; para otros una inversión.   Así, se puede ser tanto conde como duque, véase el Conde Bellagund Yhärm, de la familia Yharm, que compró un ducado tres o cuatro generaciones antes. La forma explícita de dirigírsele sería como Conde Duque Contra-Almirante (pues fue Contra-Almirante de la Marina Imperial antes de retirarse) Bellagund James Yhärm. Cada título por órden de importancia.   La Duquesa Ollyana Merthal no tiene descendencia. No heredó el título, como muchos (ya que comprar dicho título hoy en día es imposible), sino que lo compró en aquella época después de la Gran Cruzada, un siglo atrás. Ella no es exactamente humana, pero nada se puede hacer por ello. Cuando el Imperio necesitaba el dinero, Ollyana lo presentó, y se le otorgó el ducado de las Costas Rojas, que en aquel momento no era todavía la ciudad de Zhara.   Para comprender como un pequeño castillo costero se transformó en la enorme ciudad que hoy es el puerto más concurrido del Mar Sigmarino, debemos primero saber dos cosas: la primera es la verdadera naturaleza de la condesa, y la segunda, cómo terminó allí. El público general no tiene razón para saber que la Duquesa es un demonio, ni lo sabrán; ella nunca se muestra en público, y las pocas veces que sí, es bajo el velo de la noche.   Uno suele reducir a los demonios como simples criaturas del mal nacidas del abismo, cuando en verdad son una clasificación de ser divino, que compone miles y miles de diferentes razas y culturas con sus propias tradiciones, maneras de interactuar con el mundo y objetivos. Algunos demonios son nacidos de la pura maldad mortal, claro, pero la mayor parte de ellos son manifestaciones de voluntades mucho más complejas.   Los demonios pueden dividirse en cuatro casas, una por Príncipe Demoníaco. La clasificación de vampiro también es una generalización, pero refiere a un grupo de demonios del Príncipe Kallemtur, Dios de la Sangre. Dentro de esta categoría, hay una división; los engendros, o vampiros bajos, y los nobles, o vampiros altos. Así, durante la historia del mundo, muchos grupos caza-vampiros clasificaron a las bestias demoníacas más animalísticas, como las gárgolas, las ekimmara, los fleder, y muchas otras estirpes demoníacas como bajos vampiros; mientras reservaban los títulos de altos vampiros a las tribus organizadas de nobles demoníacos, como los Damphnir, los Strigga y los Nosferat.   Vampiro siempre fue sinónimo de enemigo para los mortales. Estas criaturas, ya sean altas o bajas, se alimentan de sangre y ven a las razas del mundo material como presa. Eso fueron, durante mucho tiempo, hasta la traición de los Damphnir. Esta tribu, única en su capacidad de pensamiento y su gran apreciación por el arte, decidió abandonar la causa demoníaca durante la Gran Cruzada para unírse a la Corte de Sangüinius, primer nacido, primarca del Imperio e hijo de Tyr. Fue gracias a la ofrenda de sangre de los Damphnir que los nobles de Virimil se tornaron en los primeros Caballeros de Sangre.   Estos hombres y mujeres mestizos eran parte mortal parte demonio, tomando lo mejor de cada y llegando a un poder nunca antes visto. Fue solo por que Sangüinius los acceptó de aquella forma amable e incondicional que al día de hoy se los respeta. Uno de los primeros caballeros de sangre, el Conde Degurechaff Von Eqüis, pudo pelear cara a cara con el mismísimo Fulgrim Tarsus cuando Sangüinius se lo ordenó para ganarle tiempo.   Aquí se encuentra la diferencia con la Duquesa.   Si el Conde Von Eqüis es un caballero de sangre, Ollyana es una vampiresa de sangre pura, un demonio milenario, cazada durante siglos y nacida en los pozos de sangre del abismo. No se sabe exactamente de qué raza es exactamente, pero algunos afirman que era una Damphnir; quizá incluso una de las que dió su sangre para entregarle el poder a las huestes de Sangüinius. Otros discuten que ella no podría ser otra cosa que una Bruxa, una raza de vampiro siempre hambrienta, compuesta unicamente de lo que pasa por el sexo femenino en lo más profundo del abismo, y capaz de reproducirse tornando mujeres mortales en Bruxas con una mordida.   Todo esto no es más que especulación, pero lleva a la segunda pregunta. ¿Cómo fue que la Duquesa, un ser no solo enemigo del Imperio, sino antitético a la misma idea de tratar con mortales (ni mencionar vivir entre ellos, terminó como la soberana de la ciudad portuaria más importante de Aman? Esto arremite al tiempo después de la Gran Cruzada. Pocos saben el pasado de Ollyana Merthal, pero es conocido su orgullo por su nombre, por lo que uno solo debe seguir la historia de la familia Merthal en los archivos más antiguos del Imperio para descubrir qué ocurrió en la vida de esta vampiresa.   Los Merthal fueron, en su época, dueños de un enorme viñiedo. Y decir "su epoca" es referirse a un tiempo antes del tiempo, un año antes de que los años comenzaran a contarse. Quizá incluso una edad anterior a la Calamidad. De esto nadie sabe mucho. Los Merthal eran vampiros inteligentes, sin embargo, y no llamaban mucho la atención del mundo mortal. Utilizaban el vino, claro, como una cortina de humo para secuestrar y sangrar a todo pobre mortal que se perdiera en los viniedos. Esto llevó rápidamente a que un antiguo grupo cazavampiros los encontrara y los destruyera.   Ollyana no tuvo tanta suerte, se puede asumir, porque la próxima vez que se escribió sobre los Merthal fue en los archivos de viaje de un tal Duque Vladimir Eustass, en 1320 D.C, que, junto con un grupo de aventureros, encontró una antigua torre de esta orden perdida ante el tiempo, y dentro, una única jaula conteniendo el cuerpo aún vivo de la vampiresa. De alguna forma, escapó, y reapareció un siglo más tarde, comprando un ducado del nuevo imperio que nacía.   No tardó en recuperar su nombre, y construir un secluído castillo en la tierra que le ofrecieron. El Emperador solamente sabe qué habría hecho entre los fríos muros de su fortaleza si el Conde Von Eqüis no hubiese intervenido. Después de la Gran Cruzada, como muchos saben, Degurechaff fue nombrado Delegado Provincial de Equinox por sus logros militares, pero también, por su velo del cuerpo de Sangüinius en aquella tumba, cerca de la costa.   Se asume que alguna relación mantuvieron el Conde y la Duquesa; nunca exactamente positiva, pero duradera. A esto llega la fábulada Librería Negra, un artefacto interdimensional llevado por Sangüinius en su aventura, tomado del Navegante Ëarendil cuando este fue asesinado. El artefacto terminó en manos del Conde, que, en una decisión que a muchos les pareció una locura, entregó a la Duquesa. Nadie sabe exactamente porqué, ni cómo, pero esto pareció calmar a Ollyana.   La Librería Negra, y por entonces, todo aquel demiplano fue movido al ducado de Merthal, que ahora se llamaría Zhara. Una ciudad se construyó alrededor de la montaña que místicamente apareció en las costas rojas, y nadie pensó dos veces en cómo ni porqué.   Se asume que Ollyana y Von Eqüis tienen algún tipo de arreglo. Quizá es el trabajo de la Duquesa mantener la Librería Negra a salvo. Quizá es algún tipo de prisión, para evitar que la criatura demoníaca actúe en sus impulsos más voráces. Quizá es un favor que la misma Merthal le hace al Conde.   Al fin y al cabo, la Duquesa mantiene sus responsabilidades. Responde no al Imperio, sino al Conde, que a su vez responde al Imperio. Esto es lo que hace que Zhara sea una ciudad tan libre. Tan comercial. Y de un inframundo tan desarrollado. De la misma forma, Ankev, río arriba, también es controlada por la Duquesa. Y quizá, esto es todo lo que Ollyana podría haber deseado.   O quizá no, y ni siquiera ella lo sabe.

Dueña de Zhara, de Ankev y del río que las conecta, nadie pasa desapercibido debajo de su mirada. Una vampiresa de sangre pura, ahora se encuentra como duquesa de un joven Imperio.

View Character Profile
Todo me aburre. Ya incluso ver a mis gladiadores matarse entre ellos me parece una pérdida de tiempo. Me cuesta inovar en mi forma de infligir dolor. Todo lo he hecho. Y la miseria no es suficiente. Siento que me estoy quedando seca. Cada día más seca. ¿Puedes comprenderlo, Moroes? Antes necesitaba una copa, ahora necesito cuatro. ¿Estaré... muriendo?
Divine Classification
Demonio, clasificación Vampiro. Particularmente, Alto-Vampiro, clasificación Striggarï (hipótesis más convincente).
Alignment
CE
Current Location
Children
Gender
Mujer
Eyes
De colores cambiantes, alternan entre rojo y verde.
Hair
Largo, rojizo, a veces blanco.
Skin Tone/Pigmentation
Pálida, probablemente capaz de combustionar bajo rayos de sol.
Height
1.82 cm.
Other Affiliations
Lo más probable, sin embargo, es que la Duquesa Merthal sea una Strigga, de la antigua casa Striggarï. Estos vampiros son nacidos de la sangre de Kallemtur misma, y son los más sofisticados. Conllevan una inmensa crueldad, y se alimentan no solo de la sangre, sino del sufrimiento. Son armas de naturaleza inherentemente malvada, con la capacidad de usar magia necromántica muy antigua tanto así como tener una mordida que esclaviza a su víctima. Cuenta la leyenda que los Striggarï fueron parte de la primera Guerra en el Paraíso, mejor conocida como la Guerra Arcana, y ayudaron a Bane, Dios de la Guerra, a forjar la lanza maldita Gae Bolg.

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