Tusken

De estatura promedio para un enano, su piel es morena, con un color moreno que es clasico en alcoholicos.

Su pelo largo se mezcla con su barba, ambos grasosos. Los visos rubios de su cabello se mezclan con las canas de su barba, entre la cual también se dejan ver migajas y restos de alimentos ya no identificables.

Su nariz roja e hinchada llama automáticamente la atención.

Posee un miembro con una infinidad de ETS mas de las que han sido descritas, lo cual lo ha vuelto deforme

Su torso lleva una cota de malla que cubre vestiduras color verde opaco que se dejan entrever en sus muslos donde la cota ya no cubre. Sobre la cota en sus hombros lleva un manto amarillo que sirve a la vez de capucha en caso de que llegue a necesitarse. En lis pies lleva sandalias.

En su mano derecha lleva un gran martillo de guerra. En su mano izquierda un escudo redondo de madera con borde y centro metálico.

Nacido en Rancagua, Tusken tuvo una infancia que pocos enanos desearían recordar. Su padre los abandonó cuando era un niño, dejando a su madre para criarlo sola en un pueblo donde ser Enano significaba enfrentarse a prejuicios y aislamiento. Pero su madre, una sanadora experta y con carácter de hierro, nunca permitió que Tusken se hundiera. Para sobrellevar las dificultades, Tusken desarrolló un sentido del humor agudo y un gusto por el sarcasmo que lo hacían el centro de atención en cualquier grupo. Sus comentarios pícaros y su capacidad para convertir las tragedias en risas lo salvaron más de una vez de caer en la desesperación.

Como muchos enanos de la region y sin otra opción, Tusken terminó en las minas de Copiapó, trabajando turnos agotadores de 7x7. Allí, su humor y su capacidad para levantar los ánimos de los demás lo convirtieron en una figura querida entre los mineros. Sin embargo, fuera del trabajo, Tusken buscaba cualquier oportunidad para desconectarse de la monotonía y la dureza de la vida minera. Prostíbulos, bares y fiestas improvisadas en los campamentos mineros eran su refugio. Fue en uno de esos lugares, el infame prostíbulo "Tía Ruth", donde su vida cambió para siempre.

Después de un turnen las minas y uno de 7x7 a noche entera bebiendo en el prostíbulo "Tía Ruth", Tusken quedó completamente ebrio en una habitación, con una botella a medio tomar y la cara enterrada en una almohada que olía a trasero. Fue ahí, en ese estado de porquería, donde la diosa Tía Ruth decidió manifestarse. En su sueño, Ruth apareció como una mujerzuela: pantalones apretados, pechos enormes, uñas largas y un cigarro que nunca se apagaba. Lo miró de arriba abajo con cara de asco y le soltó sin filtro:

• Oye, pedazo de mierda, ¿hasta cuándo v a andar perder el tiempo? ¿Crees que naciste para la picota y malgastar tu sueldo en putas y alcohol? Eres un idiota, te lo digo. Yo soy Ruth, diosa del sexo, el juerga y las prostitutas, y aunque no lo creas, he visto algo en ti. No sé qué mierda es, pero lo he visto. Así que te voy a dar una misión, usa mi poder para sanar a los enfermos, dales fuerza para que sigan festejando y juergueando. Y no se diga que solo los dioses santurrones se preocupan de los desafortunados.

Antes de desaparecer en una nube con olor a cigarro y perfume barato, le tiró un dildo rosa de dos cabezas y agregó:

• Toma esta basura. Es tu cetro, tu vara sagrada o como mierda le queras llamar. Con esto vas a curar, bendecir y, de pasada, pegarle un par de golpes a los idiotas que lo necesiten. Pero escúchame bien infeliz, si te haces el gil o te olvidas de honrarme, yo misma iré al plano mortal y te hare arrepentirte, ¿entendiste? ¡Ahora levántate, mueve el culo y anda a hacer algo útil, infeliz!

Al despertar, Tusken no sabía si reír, llorar o pegarse un golpe en la cabeza, pero ahí estaba el dildo sagrado en sus manos, hecho de un material que parece goma, pero con un brillo sobrenatural que sugiere su naturaleza divina. Es flexible pero increíblemente resistente, color rosa brillante fosforescente, Cada cabeza del dildo tiene grabados con símbolos sagrados de Ruth: pequeños corazones. A lo largo del eje, se pueden ver inscripciones en un idioma divino, que Tusken cree que dicen cosas como "A gozar a gozar" o "Ruth te cuida, perrito". Su aroma es peculiar, dulce frutal y con un leve aroma a entrepierna. Y fue entonces cuando decidió seguir el camino de Ruth: vulgar, ordinario y directo al grano, pero siempre con la misión de sanar, reventar de la risa a la gente y mandar a la mierda a los graves.

El templo de Tusken en el prostíbulo no era un lugar solemne ni lleno de rituales aburridos. Era un espacio para risas, pasar resacas y uno que otro"rito" en honor a Ruth que solo los asistentes entendían del todo. Su símbolo sagrado, un dildo rosa de dos cabezas, se volvió un ícono local, más por las historias que Tusken contaba sobre él que por su supuesto poder divino. Mineros heridos, trabajadores del prostíbulo y curiosos llegaban por igual al templo. Entre una curación, una broma subida de tono e incluso sexo casual, Tusken se las arreglaba para sanar tanto cuerpos como ánimos.

El templo prosperaba hasta que un día, sin previo aviso, un dracónido de bronce desconocido, cliente de el prostibulo, atacó el templo. El fuego arrasó con el prostíbulo y el templo, destruyendo todo lo que Tusken había construido. A pesar de sus esfuerzos por defenderlo, el dracónido desapareció antes de que pudiera averiguar quién era o por qué había atacado. Como si la destrucción no fuera suficiente, el ataque dejó a Tusken maldito: su miembro creció cinco veces su tamaño natural y quedó plagado de una serie de enfermedades de transmisión sexual que ni él podía curar.

Entre ellas destacan:

• La "Picazón del Minero": Una picazón infernal que aparece en lugares insospechados y no se quita con nada, ni con agua caliente ni con ungüentos baratos. No importa cuántas veces se rasque, parece que cada vez empeora. Se dice que la picazón es una maldición para todo aquel que toque demasiadas piedras... y demasiadas "cosas"
• El "Culo de Hierro": Después de un par de noches demasiado descontroladas, Tusken empieza a sentir que, aunque se lava, algo sigue oliendo mal. La bacteria de este mal te hace sentir como si tu trasero fuera un imán para todos los malos olores del mundo. Lo peor es que se pasa todo el día tratando de disimular con desodorante y limpiadores baratos, pero nunca lo logra completamente.
• El "Pomelo Sagrado": Tusken desarrolló una protuberancia grande como un pomelo en el lado de su pene, justo cuando pensaba que lo peor ya había pasado. La "fruta" se pone roja e hinchada cuando se le pasa la mano por encima. Como es algo que duele y se le hincha en momentos inapropiados, ha comenzado a llamarlo "El Pomelo Sagrado", porque, según él, es un regalo divino de Ruth que, claro, no sabe cómo quitarse.

Ahora, Tusken busca al dracónido para vengar la destrucción del templo y, de paso, exigirle que le devuelva su salud y dignidad.

Aprendió a vivir de la minería siguiendo la cultura enana de su pueblo.

Tusken es una persona sensible, le molesta el aspecto de su nariz, podría afectarle mucho que se burlen de ella.

Además, olvido que se siente estar libre de sus enfermedades o maldiciones y le carcome el miedo de perder su potencial y su forma de ser una vez se halla curado

Estoy dispuesto a todo para lograr mis objetivos, menos que me metan un dedo en el ano.

• Debo ayudar a provocar los cambios que mi diosa introduce en el mundo
• Reconstruir el templo de Tía Ruth, mejor y más grande que antes.
• Descubrir quién era el dracónido de bronce y por qué destruyó mi templo.
• Encontrar una cura para su maldición, aunque en el fondo, a veces usa su situación como excusa para hacer bromas.

• Le gustan las fiestas, la risa, los ambientes distendidos, el alcohol y las mujeres
• La gente seria y aguafiestas

• Pícaro: siempre tiene una broma a mano, aunque no siempre sea apropiada.
• Leal: A pesar de su humor, siempre está ahí para quienes lo necesitan.
• Descarado: Habla sin filtros y no teme decir lo que piensa, incluso frente a los más poderosos.

• Sospecho de los extraños y siempre espero lo peor de ellos.
• Goza en exceso del alcohol y prostitutas, mas allá de lo que dicta su fe.

• Pésima

Aun es reconocido el distintos pueblos y ciudades por adherentes al culto de la tía Ruth, años después de la tragedia del templo

Carismático, cae bien donde llegue.

Su lema es simple: "Hola, soy leo, si te pillo te culeo."