G. Loyola
Juan Loyola (a.k.a. G. Loyola)
Nacido en una aldea humilde, El Guatón Loyola creció entre tonadas, chismes de feria y faenas campesinas. De niño era robusto y risueño, con mejillas rubicundas y una risa fácil que pronto encontraron su cauce en el canto y la rima. Para la mayoría, era un muchacho bonachón, un musico natural que sabía transformar las historias simples del campo en coplas pegadizas. Sin embargo, un incidente cambiaría el rumbo de su vida: una noche de fiesta y vino, durante la cual perdió no solo una pelea, sino su dignidad.
Physical Description
Condición física general
Un poco mas bajo que el promedio para los humanos comunes. Corpulento y rechoncho.
Rasgos faciales
De mejillas rojas, lleva un parche negro que cubre su ojo derecho y en su sien derecha una cicatriz roja.
Rasgos identificativos
Su parche en su ojo derecho y su sombrero caracteristico.
Vestimenta y accesorios
Viste una polera blanca simple, cubierta por una camisa manga larga celeste que va abierta ya que no logra cerrar debido al tamaño de su panza. Sobre sus hombros lleva un manto/poncho amarillo mostaza.
Hacia abajo lleva unos jeans azules y en sus pies usa botas de cuero.
Equipamiento especializado
Su siempre confiable laúd y su estoque que lleva en su cintura.
Mental characteristics
Historia personal
Nacido en "Los Andes", un pueblo campestre y cordillerano, Juan Loyola, o G. Loyola como se hizo conocido con los años, fue un joven campesino mas que encontró su pasión en la musical, la celebración y en especial, el vino.
Durante una celebración de la cosecha, cuando la música y el alcohol fluían con generosidad, entre sonrisas y coplas, un rival —un forastero lenguaraz que se jactaba de su ingenio y astucia— provocó a Loyola hasta forzarlo a un enfrentamiento. El Guatón Loyola, más acostumbrado a ganar el favor del público con su laúd que a pelear con puños desnudos, se vio arrastrado por el orgullo herido y la presión de las miradas curiosas. Pero su estampa rolliza no bastó para imponer autoridad: un golpe inesperado en su ojo derecho, certero y humillante, lo arrojó al piso entre la multitud. La risa de los espectadores y la vergüenza palpitando en sus sienes fueron marcas más profundas que cualquier moretón.
Desde aquella noche, algo cambió en el corazón de Loyola. Las notas alegres y despreocupadas perdieron su brillo. La memoria de aquel puñete se volvió un filo helado que raspaba su orgullo cada vez que rasgaba las cuerdas de su instrumento. El musico, antes jovial, se volvió un caminante taciturno, abandonando la aldea y su antigua fama de trovador risueño. Ahora se movía entre pueblos sin dejar una estela de risas, sino una sombra de determinación y furia contenida. A cambio de cantar en las tabernas, preguntaba por el forastero que lo había humillado, reuniendo fragmentos de información: un nombre, un distintivo en su ropa, la huella de sus pasos en el mundo.
Durante sus viajes, perfeccionó su música no solo para entretener, sino para manipular las emociones de quienes escuchaban. Fue así como su instrumento, influenciado por su rencor, comenzó a canalizar la magia alrededor para cumplir con su objetivo. Sus nuevas composiciones eran melodías hipnóticas, versos cargados de doble sentido que podían encender pasiones o despertar sospechas. A la par, aprendió a defenderse con dagas ocultas en la capa y a deslizarse sigiloso entre callejones, aguzando el ingenio para que, la próxima vez que se encontrara con aquel rival, no sería él quien terminara en el suelo. Además, forjó pactos con mercaderes y contrabandistas, intercambió canciones por datos y llegó a pagar con monedas de cobre información valiosa sobre el paradero del hombre que lo había golpeado.
Para El Guatón Loyola, la venganza se volvió el centro de su crónica personal. Su laúd, antes mensajero de la alegría, ahora se ha convertido en un receptor de resentimiento y astucia. La promesa es clara: no descansará hasta encontrar al individuo que lo humilló y hacerle pagar con sangre, o al menos con una humillación mayor y definitiva. Cuando se una a un grupo de aventureros, lo hará con sonrisa fingida y coplas ágiles, pero en su mirada habrá un brillo peligroso. Para Loyola, cada nueva ciudad, cada personaje que conoce, cada secreto que susurra a cambio de información, es un peldaño más en el camino hacia su revancha. Aquella noche de cosecha no quedará impune. Y su música, cuando llegue el momento, celebrará no la alegría del campo, sino la justicia de una afrenta resarcida.
Fracasos y humillaciones
Un orgulloso noble una vez le dio una terrible paliza, y va a vengarse de cualquier bravucón que le encuentre.
Personality Characteristics
Motivaciones
- Encontrar a su agresor, cobrar venganza y recuperar su dignidad
Gustos y disgustos
- Gusta: el vino, la musical
- Disgusta: los brabucones
Virtudes y cualidades personales
- Tiene confianza en sus propias capacidades y hará lo que pueda para inspirar confianza en los demás.
- Nada ni nadie podrá apartarlo de su gran misión.
Vicios y defectos
- No sabe cuando dejar de beber. Tiene una debilidad por los vicios de la ciudad, especialmente por la bebida en grandes cantidades.
- Le cuesta contenerse cuando lo provocan
Social
Forma de hablar
Hace mal uso de palabras largas en un intento de parecer más inteligente
Relationships
History
Este forastero desconocido provoco a punta de burlas a G. Loyola para que accediera a un duelo. Luego de propinarle una golpiza y arruinar su ojo derecho, desapareció entre la gente y desde entonces G. Loyola no sabe nada de el.

Un Humano Bardo en búsqueda de su agresor por venganza y recuperar su honor.
View Character ProfileComún y orco
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