Exorcismo
Ejecución
Existen diversas maneras de ejecutar un exorcismo dentro de la tradición eratorista. La forma en que se lleve a cabo es decisión personal del sacerdote, pero el uso de diferentes utensilios puede incrementar las probabilidades de éxito del ritual. La manera más común y sencilla es acostando al poseído y posando la mano sobre su frente, mientras que el sacerdote recita versos de la tradición oral sagrada eratorista (así es para los ortodoxos; en cambio, los institucionales suelen leer versos tomados de los textos sagrados post-Nulvin).
El uso de agua beatificada también es normal entre los rituales de exorcismo, aunque no obligatoria. Algunos exorcistas dispersan agua sagrada sobre el poseído mientras que recitan versos. Aceites esenciales derivados de fuentes botánicas u otras fuentes naturales también son utilizados, generalmente para reemplazar el agua bendita cuando no esté a la mano.
Ciertos "mantras" populares incluyen aquellos que glorifican más a Erator, los 96 Paraísos o los 12 Archiduarnos y sus 4 Sirvientes. Cuando un taumaturgo eratorista recita estos versos, las luces suelen intensificarse al punto en que pueden llegar a cegar por unos segundos; empero, el iluminado tiende a no ser afectado por esto. La visión del exorcista eratorista es perfecta en luz y oscuridad absoluta, guiado siempre por la voluntad de Erator.
Algunas veces el exorcista puede trazar sellos en el aire con sus dedos mientras profiere los mantras. Estos sigilos se presentan como haces de luz que provienen del lugar donde los dedos del sacerdote tocan. Los sellos tienden a hacer referencias a símbolos sagrados eratoristas como lo son la Cruz de Larhind.
Componentes y herramientas
Los componentes principales de los exorcismos eratoristas incluyen aceites esenciales, símbolos sagrados (como la Cruz de Larhind) y agua bendita. Estos son los tres utensilios más utilizados en los rituales de exorcismo de esta religión. Además de ellos, es posible que se complementen con el uso de libros o textos sagrados eratoristas a la mano, de los cuales el sacerdote puede leer directamente.
Participantes
Los participantes dentro de un ritual de exorcismo son los exorcistas y los poseídos. Normalmente suele haber un solo exorcista, pero en ciertos casos puede ser necesario más de uno. Algunos demonios son más difíciles de contener, como en el caso de la Segunda Ola de Nigromantes, donde una nueva inquisición fue necesaria para sellar a nobles abismales que pisaron Terenar una vez los heraldos de Eranor aprendieron de Visnuf por primera vez los secretos del Abismo.
El exorcismo es una de las ramas más complicadas de las artes sacras eratoristas. Esto se debe a que el sacerdote debe aprender de memoria una serie de darmas, versos y textos sagrados que son perentorios para sellar o expulsar a un abismal del mundo. Los exorcistas complementan sus prácticas con agua bendita y símbolos sagrados, además de sigilos que trazan en el aire y en el suelo con sus propios dedos, los cuales sirven como plumas de luz. Los exorcistas pueden expulsar abismales de un cuerpo (en el caso de aquellos que entraron a Terenar por medio de la ley adopcionista de posesión abismal), sellarlos en un lugar para que sean inmovilizados, e incluso devolverlos al Abismo. Los exorcistas más poderosos también conocen el arte de cómo aniquilar espíritus abismales, de tal forma que ni siquiera puedan volver al Foso de las Almas en Pena sino que sean completamente erradicados de la realidad.
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