Brujas de Pólvora
Orígenes divinos
Las brujas de pólvora (llamados por algunos "nuevas precursoras") no son un grupo definido que haya surgido de manera organizada. En cambio, son casos aislados de mujeres jóvenes y adultas cargando la maldición de Rausis y su Marca de la Bomba en sus cuerpos; seguidoras que, abrumadas por la fe y la presencia de la controversial diosa en sus espíritus, se vuelven portadoras de muerte y destrucción a escalas locales. Los primeros indicios de las brujas de pólvora se dieron en países aledaños a Enrúv como Phyvhyn, la Unión de Ciudades Libres Ravnesas y Leshaím. Luego se extendieron a las Cuatro Hijastras, los otros Fragmentos de Ystä y el propio Álairil y Ordem.
Ética
La ética de las brujas de pólvora no difiere de las del Sínodo de las Precursoras de la Destrucción. Esto quiere decir que las nuevas precursoras son pesimistas radicales, representantes del antinatalismo y el promortalismo. Sus ideas sobre cómo alcanzar los designios del Amo incluyen la invocación de armas de destrucción masiva para erradicar a ciudades enteras del mapa y llevar cuantas personas sea posible al paraíso de la oscuridad. Esto las hace más cercanas al eranorismo ortodoxo que al moderno.
Culto
Las brujas de la pólvora adoran de la misma forma que el Sínodo de las Precursoras de la Destrucción.
Sacerdocio
No existe una jerarquía sacerdotal entre las nuevas precursoras puesto que no son una religión organizada. Estas existen como células o calderas aisladas de seguidoras de Rausis que actúan de forma independiente y, de acuerdo a muchas, "siguiendo órdenes directas de Rausis".
Influencia política e intrigas
Aunque son aislados los casos de precursoras invocando bombas para arrasar con aldeas o diezmar sectores y vecindarios enteros en grandes urbes, han sido lo suficientemente preocupantes con el pasar del tiempo para incrementar las tensiones de guerra entre Enrúv y los países afectados.
Las brujas de pólvora capturadas siempre llevan la Marca de la Bomba, y la maldición las consume al punto en que indicios de parasitismo son visibles al ojo desnudo y a la mente afilada. Esto ha hecho que en múltiples países la seguridad de los aeropuertos haya incrementado, en especial para pasajeras enruvesas, quienes tienden a ser tratadas de forma muy diferente al resto para garantizar que no se traten de estas terroristas.
Algunas brujas de pólvora se mantienen en el anonimato escondiendo sus Marcas de diferentes formas. Otras evitan entrar en aviones y se desplazan por otros medios de transporte. La insistencia esporádica de estas erráticas mujeres ha hecho que la propia Enrúv se haya visto forzada a perseguir a seguidoras de Rausis y a prohibir el culto a esta diosa, yendo contra los preceptos de la propia religión que defiende.
Terroristas capaces de pasar desapercibido siempre y cuando oculten su Marca de la Bomba. Estas mujeres, quienes siguen al pie de la letra los dogmas de Rausis, se encargan de sembrar bombas a través de diferentes ciudades y regiones en el mundo para adelantar la llegada del Fin a Terenar. El hecho de verse como mujeres comunes y corrientes y no necesitar transportar explosivos físicos las hace casi imposible de detectar y es lo que les ha permitido continuar generando estragos.
A causa de las iniciativas terroristas de las brujas de la pólvora, el culto a Rausis fue prohibido en Enrúv el 104 e.M. tras fuertes presiones internacionales.
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