Órdenes de Interventores

Una Orden es como una pequeña organización de hombres de armas religiosos; fueron originalmente sacerdotes o teólogos que, por sus proezas físicas o taumatúrgicas, fueron escogidos especialmente para ser parte del culto esotérico eratorista de Leshaím y para transformarse en guerreros de la fe. Antes de poder ser miembros de la Orden, los elegidos deben pasar una serie de pruebas que, al mismo tiempo, los harán más fuertes. Al entrar en una Orden, el escogido recibirá pruebas de resistencia, fuerza y velocidad, y luego pruebas de fe y voluntad. Aunque las iglesias las llamen "exámenes" o "pruebas" físicas, lo cierto es que estas circunstancias rozan la línea que las separa de una mera sesión de tortura prolongada, y muy pocos salen vivos, mucho menos cuerdos, de ellas.   No obstante, no termina ahí, pues luego viene la preparación para convertirse en un genuino soldado de Erator, lo cual involucra el uso de mutagenética y semiautomatización para llevar el potencial del individuo al máximo.   Quienes sobreviven a las pruebas y luego a las modificaciones físicas, reciben el sacramento esotérico de la sangre de Erator. Este misterio sagrado consiste en derramar la sangre de un duarno dentro de una copa de plata, la cual debe beber el interventor para recibir la gracia de Erator más directa posible para un terenario.   Los Sumos Interventores transcurren el misterio sagrado de la purificación de la carne. Esta transformación combina procesos tanto de la mutagénesis como de la semiautomatización para implantar una armadura metálica, blindada y beatificada sobre la piel del individuo, lo cual le da una apariencia más "divina", más semejante a la de los duarnos en su forma física. Si para el momento en que un Sumo Interventor es "purificado", este aún no ha recibido iluminación eratorista (pues no todos los interventores son necesariamente iluminados), la Iglesia lo considera un fariseo o traidor, excusa que toman para ejecutarlo públicamente.