Rikkon Faladin

Rikkon es un tiefling de piel rojiza y ojos de un lila intenso, con el pelo corto y castaño, y la sombra de un bigote que empieza a abrirse paso. Es alto, serio y estoico. No habla mucho y es el eterno guardaespaldas de Áthalos.

 

Historia

  Rikkon nació en una de las familias burguesas más ricas de Bastai, en un próspero centro de comercio. El éxito de su familia no se debía únicamente a su agudo instinto para los negocios, sino también a su reputación. Para mantener esa reputación, los padres de Rikkon lo criaron con una estricta disciplina y una aguda conciencia de sus responsabilidades. Desde joven, le enseñaron que el poder de su familia era frágil, sostenido en alianzas y percepciones.   No pasó mucho tiempo antes de que Rikkon reconociera a Athalos Lúthien como el candidato ideal. El joven elfo no solo era el heredero de una de las familias que sustentaban el negocio familiar de los Faladin, sino que tenía la autoridad, la confianza y la crueldad que sus padres admirarían. Rikkon no necesariamente simpatizaba con Lúthien, pero respetaba su poder. Al permanecer leal y útil, se aseguraba de contar siempre con protección, una lección que había interiorizado gracias a sus padres.   El elegir Obsidia fue inicialmente un impulso sin explicación para el propio Rikkon. No se inclinaba particularmente hacia el valor o la defensa. Pero, con el tiempo, se ha dado cuenta de que los ideales de Obsidia resuenan con sus deseos más profundos y no expresados: Rikkon no solo quiere proteger el legado de su familia; quiere protegerse a sí mismo. Detrás de su exterior estoico hay un chico que ha pasado toda su vida navegando una precaria red de expectativas. Cuanto más piensa en ello, más se da cuenta de que envidia la simplicidad del credo de Obsidia: mantenerse firme, no por ganancia o estatus, sino porque es lo correcto.    

Primer Año

Sesiones 1- 5

Durante sus primeros días en la academia, Rikkon trató de ganarse la confianza de Áthalos y Moira convirtiéndose en una suerte de guardaespaldas para ambos. Durante su primer día se enfrentó a Laurent, Callum, Gorka, Tessa y Halvard cuando Athalos Lúthien instigó una pelea contra ellos. Aunque se acercó a tratar de golpear a Laurent, este le durmió antes de que siquiera pudiera defender a Luthien.   En los siguientes días, Gorka y él empezaron a desarrollar una profunda enemistad durante las tardes en el club de Mixología al que ambos asistían, Gorka tomando por costumbre la idea de sabotear los brebajes del tiefling, que no tardó en darse cuenta de quién estaba detrás de sus fracasos alquímicos. Por si fuera poco, en una de sus visitas a la biblioteca junto a Áthalos para completar un trabajo sobre criaturas e ilusiones, Gorka hizo que el elfo cayera de una de las escaleras, lo que desató que este pensara que había sido Rikkon el culpable. Laurent tuvo un primer acercamiento amistoso con el tiefling, preguntándole por el tipo de criatura que había elegido estudiar, y comentándole animadamente que su familia tenía una bestia trémula como mascota después de que Rikkon rebelara que había sido la especie que había seleccionado.  

Sesiones 6 - 8

Laurent se acercó a Rikkon poco antes de la Fiesta de Audax, invitándole formalmente a asistir. Rikkon, aún sorprendido y confundido por la amabilidad de Laurent a pesar de todo, le aconsejó que no se acercara a él ni a su grupo ni intentara entenderles, ya que parecía un buen chico y ellos no lo eran. Durante la fiesta, Rikkon se unió al juego de verdad o reto, y fue él quien retó a Eldric a declarar con quién se enrollaría de los presentes. Poco después Athalos le retó a él a enfrentarse a la persona que más le intimidara de toda la fiesta, consciente del compromiso que Rikkon sentía, y como una prueba de lealtad y muestra de poder ante todos, ya que la única respuesta correcta era él, y quería comprobar si Rikkon era capaz de encararle. Claramente, el tiefling no pudo hacer más que tomar uno de los Dulces extravagantes de Alcantor como castigo por no cumplir el reto, incapaz de rebelarse contra el noble. Más tarde, Laurent intentó bailar con él, pero Rikkon lo rechazó, la mezquina prueba de Áthalos aún reciente en su mente. Una vez la fiesta acabó, Laurent se acercó a hablar con él tras comprobar que Moira y Áthalos se habían marchado, y Rikkon le explicó que debía mantenerse al lado de Áthalos y no podían ser amigos.  

Sesiones 9 - 12

Una tarde en la que Rikkon se sentó a solas en los jardines a reorganizar sus cartas, Laurent apareció, devolviéndole una de ellas que había salido volando. Tras agradecérselo y superar su reticencia, Rikkon invitó a Laurent a jugar, alegando que si les veían jugar juntos podría justificarse diciendo que le estaba dando una paliza y era mera competencia. Tras un par de partidas, y habiendo ganado la primera y perdido la última, Rikkon le regaló a Laurent su mazo de Caballeros para que practicara y pudiera ofrecerle una partida a la altura en el futuro.   Dias previos a los examenes, Rikkon encontró a Laurent escuchando a Áthalos y Moira en un pasillo, y justo cuando estos iban a descubrirle, dio un paso al frente y los distrajo, logrando que se marcharan antes de que pudieran darse cuenta de lo que pasaba. Hablaron de estudiar juntos en algún momento, por lo que dias después Laurent llevó a Rikkon al Estanque Encantado, cerca de la Guarida del Círculo de Astrum. Estudiaron juntos, y Rikkon le dejó saber a Laurent que no entendía por qué se empeñaba en intentar ser su amigo, a lo que el semiorco simplemente le respondió que sentía curiosidad por él y por conocerle.     Comprendiendo que lo ocurrido la noche anterior no había sido una artimaña de Laurent, Rikkon se disculpó por su precipitada reacción, confesando que si bien el hechizo le había impulsado a besarle, no era algo que quizás no habría hecho en otro contexto por voluntad propia. Tras escuchar al profesor Fulg llamándole, Rikkon besó rápidamente a Laurent antes de marcharse y enfrentar una reprimenda y un castigo por su pelea con Gorka.