Radelia Darcy

Historia

Radelia Darcy siempre había sentido el peso de ser una drow en un mundo que no olvidaba ni perdonaba. Desde la Purga Arcana, los suyos no eran más que sombras repudiadas, relegadas al margen de la sociedad. Lo que más anhelaba, incluso más que aceptación o respeto, era algo sencillo y profundo: una familia. Pero para alguien como ella, incluso ese deseo parecía inalcanzable.   Desesperada, Radelia se dirigió al dios Nyctos rogándole en sus oraciones por un milagro. Suplicó por una oportunidad, por alguien que pudiera compartir su vida y ayudarla a construir un hogar. "Dame un camino hacia la familia que tanto anhelo", le imploraba cada noche.   Meses después, su plegaria fue respondida. Conoció a Erlan , un alto elfo que parecía comprenderla de una manera que nadie más lo había hecho. Había algo casi mágico en su conexión, como si sus almas hubieran sido entrelazadas por el propio Nyctos. Durante tres años compartieron una vida sencilla pero llena de amor, y juntos decidieron dar el siguiente paso: traer un hijo al mundo.   Cuando Radelia quedó embarazada, sus oraciones al dios no cesaron. "Bendice a mi hijo como me bendijiste con Erlan", le pedía con devoción. Y Nyctos la escuchó, pero su favor divino no se limitó a un solo hijo. Contra todo pronóstico, Radelia dio a luz a mellizos.   Primero nació Néreah, una niña con rasgos claros, la viva imagen de su padre y portadora de una energía que parecía irradiar la bendición de Nyctos. Apenas un instante después, llegó Callum, un niño que reflejaba los rasgos drow de su madre. Radelia sintió un profundo e incondicional amor por ambos, pero no pudo evitar notar que algo en Callum era diferente.   Durante el primer año de vida de los mellizos, esa diferencia se manifestó bajo la luna llena. Callum sufría cambios dolorosos en su pequeño cuerpo, llorando de una manera que rompía el corazón de Radelia. Mientras Néreah crecía con la fuerza y gracia de la magia lunar, Callum parecía arrastrar una carga oscura, una maldición que no podían entender. Erlan , incapaz de manejar la situación, empezó a distanciarse. "Esto solo traerá desgracia," decía, mientras dejaba a Radelia enfrentarse sola al sufrimiento de Callum. Pero Radelia no podía, ni quería, rendirse. Callum era su hijo, y lucharía por él con cada fibra de su ser, incluso cuando Erlan terminó por abandonarles a todos.   Con el tiempo, el agotamiento físico y emocional la alcanzó. Buscando ayuda para su hijo, Radelia decidió abandonar Bastai y trasladarse a las Tierras de Sal, esperando encontrar alguna solución entre los clérigos y sanadores de la región. Sin embargo, su salud se deterioró rápidamente. El esfuerzo y el estrés cobraron su precio, y Radelia falleció cuando sus hijos aún eran muy pequeños, dejándolos desamparados en un mundo que siempre les había sido hostil.