Atractivo, mentiroso, es el tabernero de la Noche Estrellada, aquel bar escondido debajo de la zapatería.
- Age
- Incógnito
- Gender
- ¿Hombre? ¿Mujer? ¿Se sabe exactamente qué sexo son los demonios?
- Eyes
- Azules
- Hair
- Negro y largo, bien planchado. Sion se preocupa mucho por su higiene personal
- Skin Tone/Pigmentation
- Celeste, de pies a cabeza
Se suele mencionar al hombre azul en los oscuros callejones de Ankev.
Un individuo peculiar, Sion Felanor es dueño de la taberna de la Noche Estrellada, donde basa su centro de operaciones como uno de los cuatro caudillos de la ciudad. Rinavel es grande, y mismo si poco regulada, sigue siendo una parte importante del Imperio. Aman (lo que llaman la combinación de Rinavel, Figium y Equinox) es una isla extensa para ser efectivamente gestionada, por lo que cada pequeña ciudad tiene de alguna forma sus propias reglas.
Uno puede pensar en Equinox, provincia casi desatada de Dwindalia, por la que responde solamente el Conde Degurechaff Von Equis. Zhara, a la costa de dicha región, es también semi-independiente. Un canal, sin embargo, cruza Aman desde Rinavel hasta esta ciudad. Es una parte casi insignificante del Bellisar, pero si uno considera que es el único pasaje naval de un lado al otro del mundo sin pasar por los grandes controles del canal meridional o de la zona de guerra de Vhen; se vuelve más atractivo.
Es por esta independencia, primero instaurada por el Conde, luego por la Duquesa Ollyana Merthal, que Ankev se desarrolló como tal. Dicho canal pasa desde las costas de Rinavel, por Ankev, hasta el Mar Sigmarin, en Zhara. Así, la ciudad de las ratas responde más a Zhara y a la Duquesa que a su propia provincia y a su Delegado.
Con esto dicho, Sion, que de ninguna forma esconde su clara herencia demoníaca, triunfó en el negocio comercial de una ciudad vasalla. Poco control, peor distribución económica, para un Chalabon como él, era un sueño. O por lo menos, eso cuenta cuando le preguntan cómo terminó en aquella taberna. La verdad puede ser más profunda, insidiosa incluso.
Se lo conoce como el líder de los Felanor, cuarta compañía de Ankev, y última en arribar. La ciudad de Ankev, bajo la sombra de la más próspera y comercial Ciádame, se volvió cada vez más dependiente en aquel canal del Bellisar, y por ende, en Zhara, en Equinox. Así, los regentes de la ciudad se volvieron cada vez más crédulos y reemplazables, puestos allí por manos invisibles. El último, Faraday, ni siquiera se molesta en salir de Rosaria, el barrio de los ricos.
Primero, habían estado los Vandel, enviados directos de la misma Duquesa, quienes más se ocupan de la gestión de la ciudad. Al pasar lo años, sin embargo, se deterioraron, y comenzaron a expandirse por el resto de Rinavel, lo que llamó la atención de varias autoridades y eventualmente contribuyó a la gran cantidad de Inquisidores que se presentaron en la región en los años posteriores.
Luego, segundos, los Malachite, bajo el icónico Alastor, que puso su nombre demoníaco como título de su compañía. Se alzó la primera Torre de Radio no Imperial allí en Ankev, algo que muchos aún envidian. Así, el dominio de los Vandel fue por primera vez desafiado; pero no por última. Pues arribaron terceros los Wayatt, primero en un simple viaje de negocios, luego para quedarse. El declive de los Vandel empujó a que los enviados de la Duquesa comenzaran a negociar más con los vikingos que con los bandidos.
Así, apareció un día Sion. Sin explicación, compró el espacio que deseaba, pagándole muy caro a un simple zapatero, y comenzó a extender su influencia. Se dice que está fuertemente relacionado con la Duquesa, y que ella le permitió integrarse. Esto a Alastor no le agradó, pero Ankev se rige por sus propias reglas, y la falta de milicia dedicada, además de la gran cantidad de crímen, hacían imposible detener a Sion.
Así, los Felanor hicieron su debut, y comenzaron a forjar relaciones con las demás compañías. Se habla siempre del guardaespaldas de Sion, un enorme orco con un futurístico casco, que no lleva armas más que sus puños. Quizá los Vandel habrán intentado hundir a la competencia una o dos veces. Los Malachite mucho más que eso. Pero, por sobre todo, los Felanor perduraron, y así, Sion se ganó el título del "Elegante", por su gran diplomacia con los invitados a Rosaria.
¿Qué fue el producto que trajo Sion a Ankev? Resina del Bellisar. Fue el primero que pudo producir una cantidad comercial de esta droga, y comenzó a venderla sin reparo. Así, muchos de los habitantes de Rosaria se volvieron dependientes de él y solo él, así volviéndolo indispensable para la Duquesa, y proporcionándole protección. Sion no se detuvo allí, claro, pues de alguna parte sacaba tanta mercancía, y la extendió por el resto de la ciudad, desde los lugares más reconditos a los muelles imperiales.
Si una persona vende Resina, y no está con Sion... pues no venderá por mucho más tiempo.
Su capacidad por los negocios no explica su decisión, sin embargo. ¿Por qué un Chalabon, demonio del abismo, se presentaría en una ciudad humana destruída por el crímen y doblegada a otra? Lo mismo se podría decir del extraño Alastor. Quizá buscan esconderse de algo. Pues el Imperio no tolera a los demonios, ni siquiera a los tieflings, que por milenios lucharon con los pueblos del mundo. No, Sion y Alastor están en Ankev por una razón en particular.
Quizá no sean los únicos. Quizá ni siquiera sean los últimos.
Un individuo peculiar, Sion Felanor es dueño de la taberna de la Noche Estrellada, donde basa su centro de operaciones como uno de los cuatro caudillos de la ciudad. Rinavel es grande, y mismo si poco regulada, sigue siendo una parte importante del Imperio. Aman (lo que llaman la combinación de Rinavel, Figium y Equinox) es una isla extensa para ser efectivamente gestionada, por lo que cada pequeña ciudad tiene de alguna forma sus propias reglas.
Uno puede pensar en Equinox, provincia casi desatada de Dwindalia, por la que responde solamente el Conde Degurechaff Von Equis. Zhara, a la costa de dicha región, es también semi-independiente. Un canal, sin embargo, cruza Aman desde Rinavel hasta esta ciudad. Es una parte casi insignificante del Bellisar, pero si uno considera que es el único pasaje naval de un lado al otro del mundo sin pasar por los grandes controles del canal meridional o de la zona de guerra de Vhen; se vuelve más atractivo.
Es por esta independencia, primero instaurada por el Conde, luego por la Duquesa Ollyana Merthal, que Ankev se desarrolló como tal. Dicho canal pasa desde las costas de Rinavel, por Ankev, hasta el Mar Sigmarin, en Zhara. Así, la ciudad de las ratas responde más a Zhara y a la Duquesa que a su propia provincia y a su Delegado.
Con esto dicho, Sion, que de ninguna forma esconde su clara herencia demoníaca, triunfó en el negocio comercial de una ciudad vasalla. Poco control, peor distribución económica, para un Chalabon como él, era un sueño. O por lo menos, eso cuenta cuando le preguntan cómo terminó en aquella taberna. La verdad puede ser más profunda, insidiosa incluso.
Se lo conoce como el líder de los Felanor, cuarta compañía de Ankev, y última en arribar. La ciudad de Ankev, bajo la sombra de la más próspera y comercial Ciádame, se volvió cada vez más dependiente en aquel canal del Bellisar, y por ende, en Zhara, en Equinox. Así, los regentes de la ciudad se volvieron cada vez más crédulos y reemplazables, puestos allí por manos invisibles. El último, Faraday, ni siquiera se molesta en salir de Rosaria, el barrio de los ricos.
Primero, habían estado los Vandel, enviados directos de la misma Duquesa, quienes más se ocupan de la gestión de la ciudad. Al pasar lo años, sin embargo, se deterioraron, y comenzaron a expandirse por el resto de Rinavel, lo que llamó la atención de varias autoridades y eventualmente contribuyó a la gran cantidad de Inquisidores que se presentaron en la región en los años posteriores.
Luego, segundos, los Malachite, bajo el icónico Alastor, que puso su nombre demoníaco como título de su compañía. Se alzó la primera Torre de Radio no Imperial allí en Ankev, algo que muchos aún envidian. Así, el dominio de los Vandel fue por primera vez desafiado; pero no por última. Pues arribaron terceros los Wayatt, primero en un simple viaje de negocios, luego para quedarse. El declive de los Vandel empujó a que los enviados de la Duquesa comenzaran a negociar más con los vikingos que con los bandidos.
Así, apareció un día Sion. Sin explicación, compró el espacio que deseaba, pagándole muy caro a un simple zapatero, y comenzó a extender su influencia. Se dice que está fuertemente relacionado con la Duquesa, y que ella le permitió integrarse. Esto a Alastor no le agradó, pero Ankev se rige por sus propias reglas, y la falta de milicia dedicada, además de la gran cantidad de crímen, hacían imposible detener a Sion.
Así, los Felanor hicieron su debut, y comenzaron a forjar relaciones con las demás compañías. Se habla siempre del guardaespaldas de Sion, un enorme orco con un futurístico casco, que no lleva armas más que sus puños. Quizá los Vandel habrán intentado hundir a la competencia una o dos veces. Los Malachite mucho más que eso. Pero, por sobre todo, los Felanor perduraron, y así, Sion se ganó el título del "Elegante", por su gran diplomacia con los invitados a Rosaria.
¿Qué fue el producto que trajo Sion a Ankev? Resina del Bellisar. Fue el primero que pudo producir una cantidad comercial de esta droga, y comenzó a venderla sin reparo. Así, muchos de los habitantes de Rosaria se volvieron dependientes de él y solo él, así volviéndolo indispensable para la Duquesa, y proporcionándole protección. Sion no se detuvo allí, claro, pues de alguna parte sacaba tanta mercancía, y la extendió por el resto de la ciudad, desde los lugares más reconditos a los muelles imperiales.
Si una persona vende Resina, y no está con Sion... pues no venderá por mucho más tiempo.
Su capacidad por los negocios no explica su decisión, sin embargo. ¿Por qué un Chalabon, demonio del abismo, se presentaría en una ciudad humana destruída por el crímen y doblegada a otra? Lo mismo se podría decir del extraño Alastor. Quizá buscan esconderse de algo. Pues el Imperio no tolera a los demonios, ni siquiera a los tieflings, que por milenios lucharon con los pueblos del mundo. No, Sion y Alastor están en Ankev por una razón en particular.
Quizá no sean los únicos. Quizá ni siquiera sean los últimos.
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