Apotecario de Guerra, padre de la Santa Axa, es considerado el hombre más poderoso del Imperio. Es, por consecuente, el delegado del mismo Fulgrim Tarsus en el Nuevo Mundo.
Maestro de Tyrath. Líder de los Apotecarios. Gran Inquisidor de la Eclisiarquía. Heredero del Reino de Dwindal.
Sir Elvir Charles Inferia de los Siete Señores de Cadia.
De su niñez y adolescencia, no mucho es sabido. Fue educado en la Academia de Rallis, en Landover, donde demostró habilidades únicas frente al Director Perjuna, Héroe del Uroboros, que rápidamente lo tomó bajo su tutelaje. Como hijo de la familia real de Dwindal y heredero de Jeremiah III, último Emperador Dwindaliano, el destino de Charles Inferia, en esos tiempos todavía Elvir Dwindal, prometía ser brillante como el de sus antepasados.
Santa Cadia, sin embargo, no fue suficiente para él. Al demostrarse más que capaz de desempeñar sus tareas políticas, comenzó a interesarse por los conflictos del Nuevo Mundo. Leyó las historias de los grandes Héroes del pasado, desde Sangüinius, Dorne y Cawl en el último siglo hasta Ecthelion, Sagitario y Abel, de la Era de Adra. Aprendió sobre Ozymandias y la Rebelión de los Teng, sobre Schatach la Guardiana de los Faldar, sobre Azferatu el Héroe-Bestia.
Cuando sus responsabilidades se lo permitían, estaba siempre inmerso en un libro, conociendo los mitos y leyendas que consituían la Biblioteca de Zephra. La batalla de Bane contra Asmodeus, que desgarró el inframundo. El caer de Atlas frente a Bahamut y Tiamat. El Magnum Opus y el sacrificio de Mandus por Perséfone. El comienzo de la Guerra Arcana, donde Paelor fue asesinado por las Siete Armas Corruptas.
Pero de todas, su historia favorita siempre fue la de los Cuatro Reyes. Había algo sobre la solemnidad de sus tareas, sobre la determinación con la que mantenían el curso de la historia, sobre el honorable deber que llevaban a cabo. Por sobre todo, Elvir se interesaba por el secretismo alrededor de estas entidades. El Rey Menguante. El Rey de Amarillo. El Rey Carmesí. Y por último, el Rey Ahorcado. Muchos los consideraban peligrosas criaturas. Al futuro señor de Dwindal le parecían seres de gran responsabilidad por encima de todo. Guardianes de la realidad, en oposición fundamental contra El Enemigo, Solomon.
Según la historia, cada cuál guardaba un aspecto del Uroboros. El Rey Menguante era el maestro del ciclo de la vida, de la muerte y el renacer, el dios de la reencarnación. Guardián del Ciclo y otorgador de Divinidad, pues solo él tenía el poder de atravesar la Puerta Divina; Duat, su obra maestra. El Rey de Amarillo era el líder de los Yashas, aquellos aspectos de Bahamut que restaron dentro del Uroboros después de su Exilio. A pesar de su inherente malevolencia, su tarea fue igual de pesada que la de los demás; sostener el Cielo Invertido, la Luz de Celestia. Pues a pesar de su encierro bajo el Palacio de las Mil Batallas, su corazón dorado siempre brilló. Luego se alzó el Rey Carmesí, descontentó con el orden de las cosas. En su ira, mató a su hermano, y desafió a los mismos cielos, para luego ser olvidado por el mundo. Por último, el Rey Ahorcado, ejecutado por su propio pueblo, pero trascendental en su forma divina. Su lote fue el de la Arcana, pues no hubo nunca un ser de mayor poder en todo el Uroboros.
Juntos, formaron los Cuatro Reyes. Y Elvir siempre quizo ser uno de ellos.
Apenas le permitieron partir de Zephra, dejó a su mentor a cargo de la gran ciudad y utilizó su autoridad como heredero de la familia real de Dwindal para introducirse en un barco de la marina Imperial como cadete. Sin llamar la atención, tomó el nombre Charles Inferia, para así dejar atrás su gran título y poder comenzar de nuevo, como tantos héroes antes que él. Su ambición era mayor a la de cualquier otro. Un joven visionario, quería cambiar el Imperio. ¿Y qué mejor lugar para empezar que Tyrath, el Nuevo Mundo?
En el barco conoció a un joven científico con grandes ambiciones. Viktor Luria, proveniente de un pequeño pueblo a las orillas del Cráter, había sido reclutado por la marina para servir su servicio militar obligatorio. Por sus habilidades científicas, le dieron el puesto de médico de campo, y mismo siendo débil y pequeño para su edad, ganó el respeto de todos sus compañeros por su capacidad de cerrar cualquier herida y salvar la vida de quien sea que ponían frente a él. Su genio era solamente rivalizado por el del mismo Charles Inferia, que antes incluso de llegar a Tyrath ya se había vuelto el chico más popular dentro del regimiento, su carisma y sus habilidades innatas para liderar le facilitaron su ascenso de soldado raso a capitán de regimiento.
Se conocieron cuando, luego de un combate contra las marítimas de Poseidón, rey de los Merfolk, atacó el barco en que se encontraban. Faltaba aún una semana de viaje para llegar a Tyrath, y los merfolk se las arreglaron para destruir la proa y hundir el navío. Por suerte, no se encontraban lejos de Astartes, la isla de Ozen el Inquebrantable, y con gran esfuerzo lograron remar hasta allí en barcazas de auxilio. Charles salvó la vida de Viktor en medio de la catástrofe, pues él siempre fue débil y nunca aprendió a nadar. Cargándolo en su espalda, la determinación del heredero de Dwindal les salvó la vida.
El año era 1476, sin embargo, y los jóvenes se encontraban arrivando a la isla de Ozen el Inquebrantable, quien había explícitamente dicho, en 1469, que "mientras Vaisenhower ocupe su puesto, ningún navío Imperial podría detenerse en Astartes sin ser desintegrado". Además de esto, la Guerra del Kalí estaba llegando a su punto de ebullición, y las tensiones aún se mantenían altas en los mares de Tyrath. Habrá sido por suerte, pero el pequeño bote en el que Viktor Luria y Charles Inferia se encontraban pudo detenerse en las costas rocosas de Astartes.
Allí, lo que en un principio no sería más que una simple visita se tornó en una estadía de dos años enteros. Charles Inferia y Viktor Luria nunca llegaron a hacer su servicio militar obligatorio, y se volvieron discipulos mismos del Apotercario de Arcana, donde conocieron las intricacías de la magia, tanto así como el conocimiento de la ciencia por parte de Guilliman Thessar, quién era el único hombre capaz de visitar Astartes sin ser desterrado del plano material.
Durante este tiempo, Charles y Viktor se prepararon para cambiar el mundo. Aquellos dos años les permitieron acceder a un entrenamiento único. La pregunta siempre será, ¿por qué razón Ozen el Inquebrantable decidió tutelarlos? La autoridad de Elvir Dwindal II no se trasladaba a la isla de Astartes, independiente de los llamados de Cadia. Quizá habría sido Thessar, que por chance estaba visitando a Ozen en ese momento, que le convenció de salvar a aquellos pobres chicos. La tragedia de aquel navío era una terrible coincidencia, pues en ningún mundo las armadas de Poseidón estarían preocupadas por un simple barco de reclutamiento, menos uno que viajara tan cerca de Astartes.
Fuera cual fuese la razón, Charles Inferia y Viktor Luria se volvieron los protegidos de los Apotecarios, y Thessar mismo los presentó ante el Administratum en 1478, donde se separaron, Viktor volviéndose el alumno predilecto del Apotecario de Ciencia mientras Charles, después de cinco años en la Escuela de Ciencias Políticas de Desembarco, tomó directamente la posición de Regente Mayor del Chorum.
Durante su educación superior, se dice que llamó la atención del mismísimo Canciller Otto Leman Von Russ, líder del Administratum Imperial y cabecilla político del Imperio Tyraliano en el Nuevo Mundo. Inferia aceptó de él la posición de Regente Mayor, pero rápidamente se aburrió del papeleo incesante que conllevaba ser parte del Administratum.
Durante sus años de universidad, conoció en un intercambio con la Academia Militar de Dertag a quien en un futuro se volvería el Santo de Tiamat, Kazu Yamada Fujitora. Forjaron, como muchos dirán, una amistad inseparable, y compartieron mucho de cada uno en el otro. Sir Elvir Charles Inferia diría más tarde que le debe toda su habilidad en combate al implacable Fujitora, que continuó toda su vida practicando las técnicas de su tierra de origen, allí en el Dominio.
Los años pasaron, y la habilidad de los dos hombres eran incuestionables en sus respectivos campos. Luego de sus respectivos cinco años en la academia, Fujitora se mostró como el mejor alumno que la marina jamás haya tenido, además del alumno más viejo en jamás tomar el título.
Mientras tanto, Inferia terminó su educación superior antes de los treinta, y tomó su cargo dentro del Administratum como Regente Mayor del Chorum, en Desembarco del Emperador en 1483; el hombre más joven en jamás ocupar dicho puesto. No tardó en pivotar a una posición dentro del Ejército de los Escudos Dorados, buscando unirse a la misma unidad que su amigo Fujitora. Juntos, se volvieron imparables.
Fue Viktor Luria quien propuso, en 1484, un viaje peligroso. En su investigación, había encontrado una anomalía espacio-temporal, única en su tipo, en los pantanos de sal. Según el científico, esta ocurrencia era de vital importancia, no solo para el Imperio, sino para el mundo entero. Por su posición, sin embargo, en medio del territorio naval del Dominio y cerca de la terrible marina de Yementtor, donde el mismísimo Señor de Guerra Morgrim Ulfast Drakebeard moraba, nadie aceptó acompañarlo a estudiar la anomalía. De esta forma, no tuvo otra que pedirle a su viejo amigo Charles que le acompañara.
Sin dudarlo ni un segundo, Charles y Fujitora aceptaron la misión imposible, lo que dio lugar al Viaje de los Tres. Muchos hablan de esta ocurrencia como un evento de vital importancia para la historia de Tyrath. Desde el momento en que los tres compañeros desaparecieron por el portal, y volvieron a manifestarse un año después, bajo las ramas de Qoeldrass, el mundo entero cambió.
El resto es historia.
Al llegar nuevamente al Imperio, después de ser rescatados, cada hombre fue por caminos distintos. Viktor Luria se volvió el Apotecario de Ciencia, tomando el lugar de su tutor, Guilliman Thessar. Kazu Yamada Fujitora pasó de Contra-Almirante a Almirante en Jefe de la Marina Imperial, incluso con sus terribles heridas, pues fue al volver de Qoeldrass que lo encontraron ciego. Por último, Sir Elvir Charles Inferia, descendiente de los Emperadores de Antaño, tomó el lugar de Fridrich Vaisenhower en 1490, después de seis años de impecable servicio bajo el Belisario.
Desde entonces, ya casi 13 años atrás, Inferia lleva su puesto con dedicación y voluntad. Es quien hizo más cambios al Imperio desde Altair el Puro, reformando las Órdenes y creando la Inquisición. Poco se habla de su gran amigo, Viktor Luria, que desapareció poco después de la Reforma Inquisitorial. Nadie sabe qué ocurrió con el genio detrás de la Piedra Filosofal, ni por qué nadie sabe de él.
Sir Elvir Charles Inferia de los Siete Señores de Cadia.
De su niñez y adolescencia, no mucho es sabido. Fue educado en la Academia de Rallis, en Landover, donde demostró habilidades únicas frente al Director Perjuna, Héroe del Uroboros, que rápidamente lo tomó bajo su tutelaje. Como hijo de la familia real de Dwindal y heredero de Jeremiah III, último Emperador Dwindaliano, el destino de Charles Inferia, en esos tiempos todavía Elvir Dwindal, prometía ser brillante como el de sus antepasados.
Santa Cadia, sin embargo, no fue suficiente para él. Al demostrarse más que capaz de desempeñar sus tareas políticas, comenzó a interesarse por los conflictos del Nuevo Mundo. Leyó las historias de los grandes Héroes del pasado, desde Sangüinius, Dorne y Cawl en el último siglo hasta Ecthelion, Sagitario y Abel, de la Era de Adra. Aprendió sobre Ozymandias y la Rebelión de los Teng, sobre Schatach la Guardiana de los Faldar, sobre Azferatu el Héroe-Bestia.
Cuando sus responsabilidades se lo permitían, estaba siempre inmerso en un libro, conociendo los mitos y leyendas que consituían la Biblioteca de Zephra. La batalla de Bane contra Asmodeus, que desgarró el inframundo. El caer de Atlas frente a Bahamut y Tiamat. El Magnum Opus y el sacrificio de Mandus por Perséfone. El comienzo de la Guerra Arcana, donde Paelor fue asesinado por las Siete Armas Corruptas.
Pero de todas, su historia favorita siempre fue la de los Cuatro Reyes. Había algo sobre la solemnidad de sus tareas, sobre la determinación con la que mantenían el curso de la historia, sobre el honorable deber que llevaban a cabo. Por sobre todo, Elvir se interesaba por el secretismo alrededor de estas entidades. El Rey Menguante. El Rey de Amarillo. El Rey Carmesí. Y por último, el Rey Ahorcado. Muchos los consideraban peligrosas criaturas. Al futuro señor de Dwindal le parecían seres de gran responsabilidad por encima de todo. Guardianes de la realidad, en oposición fundamental contra El Enemigo, Solomon.
Según la historia, cada cuál guardaba un aspecto del Uroboros. El Rey Menguante era el maestro del ciclo de la vida, de la muerte y el renacer, el dios de la reencarnación. Guardián del Ciclo y otorgador de Divinidad, pues solo él tenía el poder de atravesar la Puerta Divina; Duat, su obra maestra. El Rey de Amarillo era el líder de los Yashas, aquellos aspectos de Bahamut que restaron dentro del Uroboros después de su Exilio. A pesar de su inherente malevolencia, su tarea fue igual de pesada que la de los demás; sostener el Cielo Invertido, la Luz de Celestia. Pues a pesar de su encierro bajo el Palacio de las Mil Batallas, su corazón dorado siempre brilló. Luego se alzó el Rey Carmesí, descontentó con el orden de las cosas. En su ira, mató a su hermano, y desafió a los mismos cielos, para luego ser olvidado por el mundo. Por último, el Rey Ahorcado, ejecutado por su propio pueblo, pero trascendental en su forma divina. Su lote fue el de la Arcana, pues no hubo nunca un ser de mayor poder en todo el Uroboros.
Juntos, formaron los Cuatro Reyes. Y Elvir siempre quizo ser uno de ellos.
Apenas le permitieron partir de Zephra, dejó a su mentor a cargo de la gran ciudad y utilizó su autoridad como heredero de la familia real de Dwindal para introducirse en un barco de la marina Imperial como cadete. Sin llamar la atención, tomó el nombre Charles Inferia, para así dejar atrás su gran título y poder comenzar de nuevo, como tantos héroes antes que él. Su ambición era mayor a la de cualquier otro. Un joven visionario, quería cambiar el Imperio. ¿Y qué mejor lugar para empezar que Tyrath, el Nuevo Mundo?
En el barco conoció a un joven científico con grandes ambiciones. Viktor Luria, proveniente de un pequeño pueblo a las orillas del Cráter, había sido reclutado por la marina para servir su servicio militar obligatorio. Por sus habilidades científicas, le dieron el puesto de médico de campo, y mismo siendo débil y pequeño para su edad, ganó el respeto de todos sus compañeros por su capacidad de cerrar cualquier herida y salvar la vida de quien sea que ponían frente a él. Su genio era solamente rivalizado por el del mismo Charles Inferia, que antes incluso de llegar a Tyrath ya se había vuelto el chico más popular dentro del regimiento, su carisma y sus habilidades innatas para liderar le facilitaron su ascenso de soldado raso a capitán de regimiento.
Se conocieron cuando, luego de un combate contra las marítimas de Poseidón, rey de los Merfolk, atacó el barco en que se encontraban. Faltaba aún una semana de viaje para llegar a Tyrath, y los merfolk se las arreglaron para destruir la proa y hundir el navío. Por suerte, no se encontraban lejos de Astartes, la isla de Ozen el Inquebrantable, y con gran esfuerzo lograron remar hasta allí en barcazas de auxilio. Charles salvó la vida de Viktor en medio de la catástrofe, pues él siempre fue débil y nunca aprendió a nadar. Cargándolo en su espalda, la determinación del heredero de Dwindal les salvó la vida.
El año era 1476, sin embargo, y los jóvenes se encontraban arrivando a la isla de Ozen el Inquebrantable, quien había explícitamente dicho, en 1469, que "mientras Vaisenhower ocupe su puesto, ningún navío Imperial podría detenerse en Astartes sin ser desintegrado". Además de esto, la Guerra del Kalí estaba llegando a su punto de ebullición, y las tensiones aún se mantenían altas en los mares de Tyrath. Habrá sido por suerte, pero el pequeño bote en el que Viktor Luria y Charles Inferia se encontraban pudo detenerse en las costas rocosas de Astartes.
Allí, lo que en un principio no sería más que una simple visita se tornó en una estadía de dos años enteros. Charles Inferia y Viktor Luria nunca llegaron a hacer su servicio militar obligatorio, y se volvieron discipulos mismos del Apotercario de Arcana, donde conocieron las intricacías de la magia, tanto así como el conocimiento de la ciencia por parte de Guilliman Thessar, quién era el único hombre capaz de visitar Astartes sin ser desterrado del plano material.
Durante este tiempo, Charles y Viktor se prepararon para cambiar el mundo. Aquellos dos años les permitieron acceder a un entrenamiento único. La pregunta siempre será, ¿por qué razón Ozen el Inquebrantable decidió tutelarlos? La autoridad de Elvir Dwindal II no se trasladaba a la isla de Astartes, independiente de los llamados de Cadia. Quizá habría sido Thessar, que por chance estaba visitando a Ozen en ese momento, que le convenció de salvar a aquellos pobres chicos. La tragedia de aquel navío era una terrible coincidencia, pues en ningún mundo las armadas de Poseidón estarían preocupadas por un simple barco de reclutamiento, menos uno que viajara tan cerca de Astartes.
Fuera cual fuese la razón, Charles Inferia y Viktor Luria se volvieron los protegidos de los Apotecarios, y Thessar mismo los presentó ante el Administratum en 1478, donde se separaron, Viktor volviéndose el alumno predilecto del Apotecario de Ciencia mientras Charles, después de cinco años en la Escuela de Ciencias Políticas de Desembarco, tomó directamente la posición de Regente Mayor del Chorum.
Durante su educación superior, se dice que llamó la atención del mismísimo Canciller Otto Leman Von Russ, líder del Administratum Imperial y cabecilla político del Imperio Tyraliano en el Nuevo Mundo. Inferia aceptó de él la posición de Regente Mayor, pero rápidamente se aburrió del papeleo incesante que conllevaba ser parte del Administratum.
Durante sus años de universidad, conoció en un intercambio con la Academia Militar de Dertag a quien en un futuro se volvería el Santo de Tiamat, Kazu Yamada Fujitora. Forjaron, como muchos dirán, una amistad inseparable, y compartieron mucho de cada uno en el otro. Sir Elvir Charles Inferia diría más tarde que le debe toda su habilidad en combate al implacable Fujitora, que continuó toda su vida practicando las técnicas de su tierra de origen, allí en el Dominio.
Los años pasaron, y la habilidad de los dos hombres eran incuestionables en sus respectivos campos. Luego de sus respectivos cinco años en la academia, Fujitora se mostró como el mejor alumno que la marina jamás haya tenido, además del alumno más viejo en jamás tomar el título.
Mientras tanto, Inferia terminó su educación superior antes de los treinta, y tomó su cargo dentro del Administratum como Regente Mayor del Chorum, en Desembarco del Emperador en 1483; el hombre más joven en jamás ocupar dicho puesto. No tardó en pivotar a una posición dentro del Ejército de los Escudos Dorados, buscando unirse a la misma unidad que su amigo Fujitora. Juntos, se volvieron imparables.
Fue Viktor Luria quien propuso, en 1484, un viaje peligroso. En su investigación, había encontrado una anomalía espacio-temporal, única en su tipo, en los pantanos de sal. Según el científico, esta ocurrencia era de vital importancia, no solo para el Imperio, sino para el mundo entero. Por su posición, sin embargo, en medio del territorio naval del Dominio y cerca de la terrible marina de Yementtor, donde el mismísimo Señor de Guerra Morgrim Ulfast Drakebeard moraba, nadie aceptó acompañarlo a estudiar la anomalía. De esta forma, no tuvo otra que pedirle a su viejo amigo Charles que le acompañara.
Sin dudarlo ni un segundo, Charles y Fujitora aceptaron la misión imposible, lo que dio lugar al Viaje de los Tres. Muchos hablan de esta ocurrencia como un evento de vital importancia para la historia de Tyrath. Desde el momento en que los tres compañeros desaparecieron por el portal, y volvieron a manifestarse un año después, bajo las ramas de Qoeldrass, el mundo entero cambió.
El resto es historia.
Al llegar nuevamente al Imperio, después de ser rescatados, cada hombre fue por caminos distintos. Viktor Luria se volvió el Apotecario de Ciencia, tomando el lugar de su tutor, Guilliman Thessar. Kazu Yamada Fujitora pasó de Contra-Almirante a Almirante en Jefe de la Marina Imperial, incluso con sus terribles heridas, pues fue al volver de Qoeldrass que lo encontraron ciego. Por último, Sir Elvir Charles Inferia, descendiente de los Emperadores de Antaño, tomó el lugar de Fridrich Vaisenhower en 1490, después de seis años de impecable servicio bajo el Belisario.
Desde entonces, ya casi 13 años atrás, Inferia lleva su puesto con dedicación y voluntad. Es quien hizo más cambios al Imperio desde Altair el Puro, reformando las Órdenes y creando la Inquisición. Poco se habla de su gran amigo, Viktor Luria, que desapareció poco después de la Reforma Inquisitorial. Nadie sabe qué ocurrió con el genio detrás de la Piedra Filosofal, ni por qué nadie sabe de él.
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