Vhen

De las siete provincias del Imperio, pocos desean ir a Vhen. El frente de guerra con el Dominio es inhóspito e inhabitable, sus enormes pantanos repartidos por encima del Río Bellisar. Dividido por puentes, es el hogar de terribles criaturas, de fortificados bastiones y de extensos ejércitos. Gran parte de los esfuerzos de guerra del Imperio se centran en Vhen, ya sea en el frente Strähd o en el bosque de Ciril.   Se habla de Alto Vhen para referirse a los cuatro grandes bastiones que controlan el Río Bellisar. Desde Rinavel, la única forma de acceder a la provincia es a través del Fuerte Ormon, en honor al Capitán Ormon de la Sexta Compañía de los Escudos Dorados, que sobre esas tierras mantuvo a los demonios a raya durante siete días y ocho noches. Gran parte de las fuerzas imperiales descienden por Rinavel al frente de Vhen, y se reparten en los tres bastiones del Bellisar.   El primero y el segundo, del lado del Tyrant, son los fuertes Dorhstakov y Arnnstrong. Alzados en honor a Lewis y Einar de los Escudos Dorados, aquellos héroes de antaño, se preocupan de controlar el acceso al infame Condado de Strähd, un pantano traicionero dominado desde la Gran Cruzada por la noble familia Strähd. La tarea de los fuertes Dorhstakov y Arnnstrong es la de proveer ayuda al frente de guerra, del otro lado del pantano, pero tambien defender y controlar el gran Bellisar, una de las pocas formas de cruzar por agua al Mar Sigmarino.   Estos dos fuertes responden principalmente a la única ciudad independiente de Vhen, Dertag. Fundada primero como un centro de control, un bastión de guerra como los otros, creció al verse favorecida por su posición a orillas del Mar Tyrant. Junto con Ciádame y Ankev, son la única forma de regulación imperial frente al poderoso Caliphato de Zain, la mayor presencia del Dominio al Oeste del Nuevo Mundo. Como tales, mantienen la potencia marítima de la gran isla Astartes, ángel de la guarda, y aseguran el control del Mar Tyrant.   Dertag es de alguna forma la ciudad más importante de estas tres, ya que además de dirigir la defensa del Bellisar, del Tyrant y de los Fuertes, posee la Escuela de Guerra de la Armada, la universidad para comandantes y capitanes de los Escudos Dorados. Todo hombre del ejército que valga la pena tiene un título en la EGA, y muchos lo requieren para avanzar en los rangos. Incluso Desembarco del Emperador no posee el nivel de educación militar de Dertag. Cuando un general llega lo suficientemente alto, se le suele pagar una beca a la EGA, donde se mostrará si verdaderamente vale la pena como soldado o no.   Del otro lado de Alto Vhen se encuentra el último bastión, Fuerte Vemrot. Este es diferente a los demás, pues está regulado por la provincia de Equinox y no por Dertag o Rinavel. Es casi un frente de guerra separado, distinto del pantano de Strähd fundamentalmente, pues no es el Caliphato de Zain el que provoca conflicto, sino las avanzadas de la Costa Merk, única ciudad del Dominio del otro lado de la Jungla de Katacan. Gran parte del conflicto suele ocurrir por el mar, pues mismo si el Fuerte Vemrot está separado del resto de Vhen por la Cuenca Bellisar, aun así se muestra como defensa frente a toda invasión.   Equinox suele preocuparse más por la diplomacia, pues al dar al Mar Sigmarino y a sus varias naciones independientes, como la República de Aurelis o el Reino de Severen, el conflicto no pasa tanto por la proeza militar sino por el cruel mercado y las relaciones internacionales. El Fuerte Vemrot se preocupa por entonces de defender la frontera no contra el Dominio más que contra sí mismos. Del otro lado del puente se encuentra un pequeño pueblo nativo, llamado Cirillas. Allí vive un asentamiento de criaturas conocidas como Velade, humanoides de extraña complexion y pesados cuernos, que accedieron a cooperar con el Imperio en la defensa contra las avanzadas del Dominio.   Esta pequeña zona de guerrilla y defensa terrestre es considerada Bajo Vhen, junto con, del otro lado de las Montañas Grises, el corazón de la provincia: el Condado de Strähd. Hablar de la familia noble Strähd es hablar de aquel pantano, una fortaleza natural casi impenetrable, sin duda inhóspita, que durante años mantuvo a raya las considerables fuerzas de Dakarkali tanto como las del Caliphato de Zain. Se remonta a la Gran Cruzada, y al héroe Zarovich Von Strähd, que mientras el Emperador avanzaba colina arriba en persecución de la Serpiente Abbadon, se mantuvo firme en la fortaleza de Dertag contra avanzadas demoníacas, y sangró a tantos monstruos que creó un pantano de aguas rojas.   Claro, esto no es más que una leyenda, pero no quita el hecho que el Pantano de Strähd no fue un fenómeno natural, ni se formó en el siglo que le siguió a la Gran Cruzada. Antes, una parte del Caliphato de Zain (pues estos eran nativos del Nuevo Mundo), fue decimado por la avanzada demoníaca, para luego ser reclamado por Zarovich. Es hasta el día de hoy que el Caliphato reclama las tierras de Strähd, y siempre estuvieron en conflicto.   La guerra de avecina a escalas nunca antes vistas. Para la Condesa Mirrha Von Strähd, la guerra comenzó al nacer en ese pantano. Nieta del Héroe Zarovich, es la única Von Strähd todavía en vida, y lleva ese título como una medalla de honor. Ella sola, junto con sus guerreros, detuvieron las mayores ofensivas del Caliphato tanto como de Dakarkali jamás vistas. Se dice que domina su pantano como ningún Strähd previo a ella, y carga la historia de su familia desde el Viejo Mundo al nuevo.   Muchos dicen que la única razón por la que el Imperio todavía no cayó en su decadencia frente al siempre expandiéndose Dominio es la Condesa. Le dicen la Dama de Hierro, o la Condesa Carmesí, pues cada vez que una avanzada de las fuerzas Boreales se adentra en su pantano, procura colgar a cada intruso de los árboles más altos y alimentar con ello a los temibles caimanes y gigantes anacondas. Dicen que su castillo se mueve con las mareas, cargado en la espalda de gigantes tortugas que deambúlan el pantano al comando de la Condesa. Dicen que nadie la vio fuera de la enorme fortaleza durante más de una semana, y que siempre deja las Reuniones de Delegados de Desembarco del Emperador tarde, pues no puede dejar por mucho tiempo su frente de guerra.   El Imperio posee pocos condes, solo uno por región, pues es el título otorgado por el Virrey Fulgrim Tarsus a pocos hombres y mujeres de alta estima, como lo sería un Delegado Provincial. De entre todos, Mirrha Von Strähd es la más temida, incluso por sus pares. Dicen que posee una relación confidente con el Conde Von Equis, Delegado Provincial de Equinox, tanto como con Thomas Ferjën, supervisor de Ciádame y Delegado de Rinavel. Una vez por mes, deben presentarse en el Castillo Strähd, y muchos afirman que cada vez que regresan, lo hacen con una mirada sombría y una mueca de disgusto.   Vhen no debería haber aguantado contra el incesante asalto de Dakarkali, de Katacan y del Caliphato; es el genio militar de la Condesa lo que mantiene a raya al Dominio. El Imperio estará decayendo, pudriéndose por dentro. Mientras los nobles de Dwindalia toman y ríen en sus banquetes, Mirrha y sus soldados se mantienen firmes. Son el muro inamovible que fortalece al Imperio. Pocos les dan el crédito que merecen, prefiriendo en cambio hacer crueles comentarios e inventar historias de terror.