La Tragedia del Viajero Serpenteante
El Fin de la Inocencia
A las 12 del mediodía se alzó la tormenta. Qué idiotas fuimos, creyendola como cualquier otra. Las aguas cerca de Severen son siempre oscuras, pero nunca las había visto así. Entonces, se avistó el barco. En la lejanía, un buque de clase imperial, marcado por el sello Inquisitorial. Qué idiotas fuimos.A las 19:24 (UTC-06), un velero civil de los alrededores del Tridente bordeaba la costa de Equinox cuando avistó la ruina que aquella tormenta había dejado. Las nubes negras residían, y en la lejanía, el Viajero Serpenteante (famoso por su trayecto alrededor de todo Aman) se hundía. Nubes de humo y fuego aún iluminaban la noche, que había llegado demasiado pronto. El pequeño velero fue enseguida atacado por criaturas de tinte oscuro, pintadas de brea, como extrañas imitaciones de pulpos. Sus pasajeros rápidamente regresaron a la costa, y tuvieron que atravesar las peligrosas Costas Rojas de Equinox para arribar en Zhara al siguiente día, donde denunciaron la ocurrencia. Esta misma situación se repitió varias veces entre los días 13 y 18 de Ethuil. Casi una semana pasó hasta que un barco autorizado de la marina pudo zarpar al naufragio. El Viajero Serpenteante no había llegado a su destino de Costa Merk, como estaba previsto; había sido atacado en medio del Mar Sigmarino. Este conflicto sin duda aumentó las tensiones del mar más transitado del mundo, ya que el naufragio ocurrió en medio de las dos grandes naciones de la región: Aurelis y Severen. No tantos años pasaron desde la guerra entre estas islas, y un evento como este, por el cual un navío pasajero es atacado y hundido en tierra de nadie, es peligroso para la frágil paz de los recientes años. Más interesante que el naufragio en sí, eran los pasajeros del navío. El Viajero había zarpado de Costa Illis, al norte de Figium, en el Imperio; para arribar dos meses más tarde a Costa Merk, el puerto del borde de Katacan, en el Dominio. Sus paradas incluirían Desembarco del Emperador, luego Ciádame, luego Ankev, seguido de Dertag, metiéndose por el Bellisar y parando en Zhara; para finalmente tomar entre las dos naciones del Mar Sigmarino y terminar en Costa Merk, lejos de Vhen y el Frente de Guerra. Por esta razón, muchos distinguidos miembros de la Alta Sociedad imperial se encontraban a bordo. El Viajero pasaría tanto por Desembarco como por Ciádame y Zhara, tres de las ciudades más grandes del Imperio. Además, cargaba mercancía y equipamiento que debía ser entregado en diferentes paradas, de importancia variada. Por consecuencia, el naufragio del Viajero no solo implicó una gran pérdida humana, sino también de capital. La capitana del barco no era nada más ni nada menos que la prestigiosa Silvia "Ala Ancha" Almasii, nativa del Caliphato de Zain pero famosa por su éxito en la marina imperial. Su cargo era muy alto cuando todavía se encontraba en el engranaje imperial, casi llegando a Contra-Almirante del mismísimo Fujitora, pero jamás alcanzando aquel potencial. Su renuncia, aunque controversial, fue aceptada, y la capitana Almasii se dedicó a traversar el mundo entero como navío pasajero y de carga. Su muerte a la hora del naufragio es una de las grandes tragedias del evento. Una mujer con tanta habilidad, conocida por hundir una flota entera en la Batalla por el Heracles (1472), durante la Guerra del Kalí; había sido derrotada por una tormenta y un encallamiento. Algo no termina de cuadrar. Su capataz, Utan Vulmat, un orco nativo de Costa Merk, desapareció luego de la catástrofe, dejando un único diario en el fondo de su cabina. Se sospecha que escribió en él hasta su muerte, habiéndose ahogado en las frías aguas del Sigmarino. Sobre el Viajero, trágicamente, también se encontraba el famoso Sir Lance Elvett Matthews, uno de los Altos Señores de Cadia y representante de Virimil en el consejo de Fulgrim. Su autoridad rivalizaba la del mismo Sir Elvir Charles Inferia en Tyrath, y se decía estaba vacacionando por la temporada alrededor de Aman. Una séquita se le había asignado para protegerle de cualquier peligro, que hasta último momento debía ser el Tercer Capítulo de la Inquisición, pero terminó siendo el Octavo Capítulo por decisión del mismo Sir Matthews (alegadamente). El Inquisidor Octavo, por consecuencia, también se encontraba a bordo. Isaias Abalus, de ascenso reciente luego de la renuncia por demencia de Varlt Vandel, ya se había forjado una reputación al recapturar el Bastión Vemrot y, según algunos testigos, manifestando los milagros del Emperador sobre la tierra. Es preocupante que todavía no se sepa qué ocurrió con él luego del naufragio. Ya una semana más tarde, y aún no se ha presentado frente a la justicia. Cualquier hombre sensible habría muerto con su Señor, por lo que nadie tiene muchas esperanzas de verle de nuevo. Y, en el caso de que reaparezca, deberá responder por su fracaso. La muerte de Sir Matthews es su carga, y lo será hasta que los responsables del ataque sean encontrados. Pues al fin y al cabo, fue eso. Un ataque. El Viajero Serpenteante no puede haberse hundido por una tormenta. La muerte de la capitana, tanto como del Alto Señor implican intención. El navío era un peligro. No solo llevaba consigo a Sir Matthews, sino también a varios miembros prominentes de la ASEC (Asociación Smith de Economía y Capital) como Sally Gelgher, Adam Von Weller y Robert Weinstein; además de uno de los delegados de la junta directiva de Clover & Co. Algunos aseguran haber visto a bordo a una enigmática señora. De vestimenta negra, pelo pálido y tardía edad, llevaba consigo un cuervo negro. Como un mal presagio, nadie asegura haberla visto hasta horas antes del incidente. Los sobrevivientes, sin embargo, suelen decir locuras. Cuando se les preguntó qué fue exactamente lo que atacó el barco, ninguno dió consistentes respuestas. Algunos mencionaron criaturas, otros soldados, otros un enorme monstruo. Se les debe todavía tratar con magia de restauración para cortar a través del trauma y las barreras mentales que ellos mismos alzaron alrededor de los difíciles recuerdos. Pero todos recuerdan a la mujer de negro bajo la lluvia. Esperando. Decía ser una Dama. Quizá la tomaron por loca. Todavía no se sabe con exactitud qué ocurrió cerca de las Costas Rojas el 13 de Ethuil. Mientras siguen las investigaciones, las autoridades del Condado de Eqüis se mantienen vigilantes. Ya varios navíos fueron al encuentro del naufragio, y ninguno pudo determinar la causa. ¿Cómo aquel enorme barco podrá haber sido hundido?- Utan, capataz del Viajero Serpenteante.
Estamos en guerra, Isaias. Puedes imaginarte cuan duro y agrio es el golpe para mí, saber que mis esfuerzos fueron en vano. Saber que la paz falló. Tenemos una clara conciencia. Hemos hecho todo lo que estaba a nuestra dispocisión para evitar esto. Pero ahora no tenemos opción. Es nuestra tarea... no, nuestro deber, el de acabar con este conflicto antes de que nuestro Apotecario de Guerra lo termine por nosotros; y lo terminará de forma tan violenta que ni Ulfast ni Demeter lo olvidarán. Las heridas del Antiguo Reino nunca fueron sanadas, Isaias. Tú eres una pieza clave para cambiar el futuro de este Imperio.
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