Alastor Malachite
Anfitrión de la Voz de Ankev
Alastor James Malachite (a.k.a. El Demonio de la Radio)
El amanecer de la tecnología en el Nuevo Mundo es un fenómeno que pocos esperaban.
La creación de invenciones como la vía de hierro, para transporte de trenes, o la máquina de vapor, para quemar carbón, fue pivotal en la entrada del nuevo siglo. Estas nuevas invenciones cambiaron el panorama de sus respectivos dominios, y la promesa de un mejor futuro empuja dicha inovación. Entre estas nuevas creaciones se encuentran las ondas de radio. Invisibles, permiten la comunicación a larga distancia mediante transmisiones, que reverberan en máquinas portátiles y manifiestan palabras.
Nadie sabe cómo llegó el Demonio de la Radio a Ankev. Primero se expandió la radio, sin duda, llegando a la casa de quienes podían comprarla con la promesa de poder con ella conectarse remótamente al mundo. Quizá esto también fue obra del monstruo. Luego, las radios se despertaron, y comenzó la primera transmisión. Se revelaron los paraderos de cada capítulo de la Inquisición en Rinavel, tanto así como las noticias de otras ciudades y las oportunidades más prometedoras.
Un útil de tal magnitud es difícil de rechazar; ninguno lo hizo. ¿Será que el Demonio eligió particularmente a quienes sabía no lo rechazarían? Antes de que se sepa exactamente cómo, las transmisiones de la estación 66.6 se llenaban de estática todas las noches, y la voz de un desconocido susurraba a los oídos de media ciudad. Se habla de un trato con el regente Faraday, por el cual una torre de radio se podría alzar en los bordes del distrito militar, o algo parecido; pues la torre apareció de un día para el otro, como por arte de magia.
Pocos caminan cerca de aquella colina al borde de la ciudad. La estructura que allí se monta es de metal y magia, y solo una pequeña casa se encuentra debajo, como en la sombra de la monstruosidad. ¿Las transmisiones comenzaron antes, o después de que aparezca la torre? Nadie está seguro. La Voz de Ankev, como se llamaba la estación, continuaba manifestándose en las radios de cada quien, y pocos eran quienes no escuchaban las recomendaciones del Demonio.
Pues Ankev es un nido de ratas, y quienes allí tienen dinero son los peores de todos los criminales. Saber cuándo la inquisición se presentaría, saber cuando la inspección de Ciádame se realizaría, además de vitales noticias del mundo exterior; era demasiado bueno como para ignorarlo. Muchos no confiaron; no habían llegado tan lejos siendo buenos somaritanos. Sin embargo, las transmisiones se probaron verídicas, y quienes no escucharon las recomendaciones, sufrieron las consecuencias.
Quizá esto también lo orquestró el demonio.
Entonces, comenzó a aparecer. Se presentó mediante la radio como Alastor Malachite, y comenzó a ganar poder. Muchos eran quienes por poco dinero se le unían; muy seguido pagados por los aliados nobles del demonio. Pues tener amigos en lugares altos es poder, y la información de la Voz de Ankev seguía fluyendo indiscriminadamente, para quien sea que desee escuchar.
Así nacieron los Malachite, que tomaron rápidamente mucho poder en la ciudad. Se suele suponer que Alastor habrá hecho algún tipo de trato con la Duquesa de Zhara, pues es ella quien realmente controla la ciudad. Los Vandel, muy ocupados con sus crímenes de poca monta por los bosques, no se percataron del enorme rival que se alzaba hasta que fue muy tarde. No se les dió mucho tiempo, tampoco.
Las grandes fiestas que Alastor organizaba, invitando a todo quien una radio poseía, hacían de Rosalia un distrito accesible para lo peor de lo peor. Así, infraestructura se alzó, y en pocos meses, el Demonio de la Radio poseía media ciudad. Y así se mantuvo, como una de las criaturas más ricas de toda la provincia, algunos dirían incluso de todo el Imperio. Se le considera a la par con el Gigante Ferroviario Cornelius Clover en capital.
Su poder, sin embargo, no viene de su gran cantidad de dinero, pues muchos suponen se materializó en Ankev ya con mucho; sino de su inequívoca fuente de información. Sabe cada movimiento, cada pequeña discusión, cada secreto que el Imperio busca esconder. Avisó con una semana de antelación que el contrato de alquiler imperial había sido reestructurado, con lo que hizo que muchos ganen cantidades absurdas de dinero. Supo del Conflicto de Bodoc antes que la información llegue a Dertag, como si hubiese tenido un informante en el barco hundido.
Y más recientemente, avisó de cada movimiento de la Santa Axa. Fue por eso que sorprendió a muchos la aparición de Fujitora en la subasta del Demonio. Alastor, quien siempre está tres pasos adelante, permitió que el Segundo Inquisidor pare en sus muelles e infiltre su evento bajo sus narices. De eso, aún paga las consecuencias.
Será su antigua experiencia como Alto Templario de la Ordo Maleus, centrada en cazar a las criaturas más temibles del Nuevo Mundo; Fujitora estaba preparado, tanto como el resto de sus valerosos soldados, a enfrentarse a un Leshen. Estos tipos de demonio, que Alastor llama Malachite, son conocidos por tomar bosques y grandes expensas de tierras salvajes, no ciudades bulliciosas, lo que hace al Demonio de la Radio aún más inusual.

Extravagante y peligroso, el demonio de la radio tiene dominada a la clase alta de Ankev.
View Character Profile¡Y recuerden, queridos oyentes! Si de algúna forma escuchan hablar de la Cantante de Medianoche... Si saben dónde se esconde... Dónde estuvo... No se guarden... la información. ¡Hahahahahaha! ¡Que tengan una Noche Estrellada!
Divine Classification
Leshen
Alignment
LE
Current Location
Age
Incógnito
Children
Gender
Hombre
Eyes
Rojos carmesí, como el traje que lleva
Hair
Corto, bien mantenido, pero rojizo e innatural
Skin Tone/Pigmentation
Pálido, estirado sobre mucho hueso
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