Batalla de Midvespil — 1 e.M.

Midvespil, una pequeña ciudad del Reino de Enrúv, se ubica en las orillas de un río que conecta con Edgib, y creció debido a un puente que conectaba el este de la rivera con el oeste. Originalmente un asentamiento, fue creciendo y creciendo hasta que eventualmente se convirtió en una próspera ciudad en desarrollo. El invierno del 1 a.e.M. y luego la Primavera Negra tuvieron un fuerte impacto en su economía. Muchos habitantes murieron por hambre o enfermedad.   A una distancia de 133 km de Evnid a Midvespil al norte con pequeña inclinación al este, el General Abismal Ternlot Igíran marchó hacia la ciudad junto con la 2ᵈᵃ División el 1/14/1, reforzada ahora por nuevas brigadas y regimientos compuestos por tropas oriundas de Evníd e Isnúd. La marcha duró 16 días, y pronto llegaron al puente de Midvespil que conecta en el norte al Reino Eranorista de Isnúd con el Reino de Enrúv. No obstante, la 2ᵈᵃ División entera no se desplazó con Ternlot. En cambio, esta fue dividida en tres partes: una para resguardar Evníd, otra para ser dirigida por Ternlot a Midvespil, y una última para moverse hacia los territorios de Ivseidnif en el sur; una ciudad menor a las orillas del río Edgib que pertenece al Reino de Enrúv y se encuentra a 140 km de Evníd.

El campo de batalla fue el río Evgin y sus derredores. Mientras que Midvespil se erguía al oeste de la vasta ribera, el este era vestido por los árboles de los bosques frondosos y las moribundas hojas de otoño. El lugar presentaba una clara ventaja por terreno para Midvespil, ya que para las fuerzas de Ternlot Igíran era imposible cruzar el río si no fuese por el Puente de Midvespil, el cual estaba fuertemente fortificado y defendido por artillería y fusileros.

La ventaja radicaba en los enruveses a nivel de terreno, pues contaban con el imperioso río que los separaba de los abismales bajo las órdenes de Ternlot. Sin embargo, Enrúv estaba desmoralizada y herida por los efectos de la Primavera Negra. La caída de la Mancomunidad tampoco ayudó a los espíritus de los hombres enruveses, y la presencia de abismales sumamente entrenados y preparados para la guerra, con experiencia en asedios ya, era aterrorizante para muchos.

Batalla del Puente de Midvespil

El General Ternlot llegó al puente de Midvespil junto con sus tropas el 17 de Pfehrënhunt del 1 e.M., encontrándose en el lado oeste una fuerza enruvesa armada y preparada para defender la ciudad. Ternlot se esperaba ya que fuesen a oponerse, dado que ya se había esparcido la palabra de que los abismales se estaban moviendo por toda Nulvín y que Evníd había caído.   Los enruveses, armados con fusiles Idsel y artillería, se atrincheraron en el lado oeste del puente y establecieron una fuerte línea de defensa contra estos. Por un total de 20 días, desde el 17 hasta el 37, la batalla del Puente de Midvespil no fue más que una guerra de desgaste en el que, escaramuza tras escaramuza, ambas facciones se mantenían en alguna forma de estancamiento. La única estrategia aparente de Ternlot fue el ciego ataque de las defensas de Midvespil al lado oeste, lo cual causaba confusión entre los mismos oficiales de Ternlot y los enemigos. Algunos de los oficiales de Ternlot se opusieron a su extraña táctica, lo cual llevó a discusiones acaloradas que eventualmente fueron detenidas por un par de ejecuciones en el campamento.   El 38 de ese mismo mes, en la mañana, el flanco septentrional de Midvespil fue atacado por sorpresa por las tropas de la 2ᵈᵃ División que marcharon hacia el norte, y luego de vuelta hacia el norte para rodear la ciudad. El ejército enruvés fue tomado desprevenido e intentaron mantener sus filas en el puente, pero el avance del oficial abismal Rednorth en el interior los forzó a reorganizarse. La debilidad en el puente abrió una brecha para Ternlot y sus tropas, las cuales no tardaron en avanzar.   Las brigadas tanto de Ternlot como de Rednorth fueron divididas en tres partes, con dos tercios en la retaguardia, atrincherados, y uno al campo de batalla directamente. La artillería demolió las defensas de la ciudad y la infantería se adentró con facilidad, acabando con cualquiera que intentara oponerse.   En esa batalla no solo murieron incontables soldados enruveses, sino también ciudadanos inocentes de Midvespil que se encontraron en medio de la línea de fuego. A causa de los reportes, Ternlot ordenó que sus tropas tuvieran cuidado y no asesinasen a más civiles. Varios refugios dentro de la ciudad fueron formados por las mismas tropas abismales para los ciudadanos y sus familias, donde cualquiera que entrase con un arma y que no perteneciese a la 2ᵈᵃ División fue ejecutado.   Las tropas de Midvespil se atrincheraron en varios puntos de la ciudad, aprovechando varias edificaciones. Estas continuaron defendiéndose a pesar de que habían sido completamente acorraladas por Ternlot. Recurrieron a pequeñas tácticas de guerrilla, aprovechando su alto conocimiento de la estructura de la ciudad, permitiéndoles causar considerable daño a las patrullas abismales dentro de la ciudad.  

La Orquesta de Agonía del 40 de Pfehrënhunt

Luego de 2 días de bombardeos y cacerías en el interior de la ciudad, esta estaba completamente rodeada por todos los flancos posibles con los dos tercios de la 2ᵈᵃ División que marchó hacia territorio enruvés. Ternlot decidió acelerar el proceso ordenando a sus soldados a tomar familias civiles de los refugios que habían sido refugiados por sus propias tropas. En diferentes puntos de la urbe, Ternlot ordenó que estas familias fuesen públicamente torturadas, utilizando medios similares a los de la Masacre de Aivhid. Una cacofonía de agonía y desesperanza corrió por los callejones de la ciudad y a través de las ventanas rotas de los edificios y hogares en ruinas. Lo que parecía ser un impenetrable silencio en medio del humo dejado por las lluvias de artillería pasadas fue completamente resquebrajado por aquellos llantos inocentes. Las torturas continuaron por 3 días seguidos, día y noche, hasta que finalmente varios soldados comenzaron a salir de sus refugios para rendirse ante Ternlot. Todos aquellos que izaron la bandera blanca fueron desarmados y perdonados, y no más familias fueron injustamente torturadas y asesinadas. La victoria de Ternlot Igíran fue celebrada, nuevamente en un silencio ensordecedor por la densa y lúgubre atmósfera que asfixió la ciudad tras aquella pérfida y funesta exhibición.