Torrak Vienterro

  Torrak y su hermana Karrak nacieron en un orgulloso y antiguo linaje de guerreros dracónidos en las ásperas y congeladas tierras de Fjordhud, uno de los últimos que aún viven; El Clan Vienterro, un lugar donde la fuerza, el honor y la tradición eran primordiales. Sus miembros vivían según el código de sus ancestros, honrándolos a través del combate, la caza y la creencia en la supervivencia del más apto.   A pesar de compartir la misma sangre, Torrak y Karrak no podrían haber sido más diferentes. Torrak tenía un espíritu tan ardiente como su aliento. Desde una edad temprana, su magia se manifestaba en intensas explosiones durante momentos de gran emoción o combate. Sus llamas rugían cada vez que se enfurecía o se sentía amenazado, lo que lo convirtió en un temible guerrero incluso cuando era niño. Torrak prosperaba en el caos de la batalla y en la emoción de competir, aceptando con orgullo las tradiciones primordiales de sus ancestros. Creía que la verdadera fuerza provenía del instinto y la pasión, y buscaba honrar su linaje convirtiéndose en el mejor guerrero que Fjordhud hubiera conocido.   Karrak, por otro lado, nació con el aliento helado de los dragones blancos. Su magia era tan fría y precisa como los glaciares que rodeaban su aldea. A diferencia de las llamas salvajes e incontrolables de Torrak, la magia de Karrak requería disciplina, enfoque y un profundo entendimiento de sus poderes. Pasaba incontables horas practicando, aprendiendo a canalizar su magia con precisión e intención. La naturaleza metódica de Karrak se extendía más allá de su magia; era reflexiva, estratégica y siempre consideraba las consecuencias de sus acciones. Mientras que Torrak se contentaba con seguir los viejos caminos, Karrak anhelaba algo más. Se sentía atraída por la idea de la civilización, de aprender y de dominar su magia.