Asesino, ladrón, mercenario... le dicen muchas cosas, pero a el no le importa. Quienes le conocen no suelen vivir mucho. Está en este momento contratado por el Barón para cazar las máscaras

El extraño individuo conocido como Espina Blanca es casi una leyenda entre los círculos criminales del Imperio. Incluso fuera de este, se cuentan historias de un Tierfling albino, deambulando por las calles pasada la medianoche. Quienes lo vieron, y vivieron para contarlo, aseguran haber alucinado, o visto un fantasma. Cuando Espina Blanca entra en una taberna, la tragedia lo sigue. Sangre se derrama con la simple mención de su nombre, y, si tienes suficiente dinero, puede ser la de quien quieras.
 
Es raro ver Tieflings albinos, hoy en día. Luego de la masacre de Icaton, no se los ve seguido. Los que sobrevivieron aquella terrible tragedia suelen esconder su verdadera forma bajo ilusiones y encantamientos innatas, ya que en los bajos-fondos se suele pagar un muy buen precio por un esclavo así de exclusivo... o por lo menos por sus cuernos. Son una población sin casa, sin hogar. El Conquistador se los arrebató, junto con su cultura. Icaton sigue siendo una ruina, y nadie osa aventurarse más allá del humo.
 
Cualquier mercenario conoce la historia de Espina Blanca, sin embargo. Un Tiefling albino que no solo nunca escondió su naturaleza, sino que se hizo respetar, pagando con sangre el impuesto a la notoriedad... claro, nunca la suya. Lo han visto en las cuatro esquinas de la civilización, desde Markett hasta Solstein, desde las Tierras Antiguas hasta los Dedos. Y sin embargo, su verdadera leyenda siempre vive dentro del Imperio que destruyó su cultura hace tantas décadas.
 
Si escuchas hablar de él, es porque él lo quiso. Si lo ves... también. Pocas personas pudieron escapar los terribles contratos de este mercenario, y menos todavía cuentan sus historias. Se dice que fue él quien mató a Jeremiah II, envenenándolo, bajo el mecenazgo de de su hijo. Se rumorea que trajo la Plaga a Nim, por un contrato con heraldos de Nurgel. Se cuenta como hirió de gravedad al mismísimo Conde de las nueve Caras, Brook Allion, y lo dejó vivir solo cuando este duplicó la paga del empleador original, que murió tres días después.
 
Los caza recompensas, asesinos a sueldo, mercenarios y jornaleros tienen una ley universal: la ley del que mejor paga. Es la única que todos siguen. Espina Blanca no es una excepción. Si mandas a matar a alguien suficientemente bien parado, ten preparado el doble de lo que prometiste, porque el Tiefling va a volver cuando menos te lo esperes. Hay un dicho que va así: "Paga bien, y hago lo que quieras. Paga mejor, y no hago lo que él quiera." Es casi un lema entre círculos criminales, y nació de la boca del paragón mismo, Espina Blanca.
 
En algunos pueblos, se habla de este como si fuera un demonio, que roba a los niños a la noche cuando se portan mal. En otros lugares, se niega su existencia. Esta figura adquirió tantos nombres a lo largo de su carrera, que es imposible saber si se habla del mismo. Es más una aglomeración de hazañas que nadie puede comprender, y muchos discuten que sería imposible para una sola persona de ser responsable por todas. Una vida entera no alcanzaría, dicen. Quienes escuchan los susurros en los callejones, sin embargo, prefieren creer que encontrarse muertos al día siguiente por descuidos.
 
Durante los últimos tiempos, sin embargo, no se escuchó mucho de este legendario individuo. Algunos dicen que es porque no quiere ser escuchado, que se está escondiendo luego de haber inquirido la furia del Emperador mismo. Otros comentan que es porque se retiró del oficio. No podrían estar más equivocados. Espina Blanca nunca se fue, solo se centró en un nuevo contrato. Se lo ha avistado en diferentes ciudades del Imperio, y hasta de los Páramos, últimamente. Se le vio en Genk, luego en Landover, luego en Johannar, y finalmente... en Jeperok.
 
Nadie sabe verdaderamente si esta figura existe o no. Capaz las historias no son más que eso, historias, y el Tiefling Albino no es más que una concretización de todo lo que piensan los mercenarios novatos que deben ser. Quién sabe qué le depara el futuro a quien cree? Todos necesitan creer en algo, verdad? Incluso aquellos jóvenes perdidos, buscando hacerse lugar en el mundo subterráneo.
 
Sea real o no... Espina Blanca está para ellos. Algunos mercenarios conocidos aseguran haber trabajado con él previamente, pero en un mundo tan fabricado como lo es el de los criminales, todo va, y todo vale. Además, no se vive mucho tiempo si todos conocen tu nombre.