La ballestera, Meiet de los Páramos, vive para cazar la maldad, para desraizarla de Rel donde sea que se esconda

La historia de Meiet Galí no es una de princesas y castillos. La Ballestera, como la han llamado en el Imperio, creó su propia reputación, la construyó desde una muy temprana edad como mercenaria. Se dice que es una de las caza-recompensas más eficaces, y sin duda una de las más peligrosas. Su actitud se asemeja a la de un oso, mismo si ella prefiere considerarse una pantera.
 
Fuera del Imperio, sin embargo, le dicen por su verdadero alias: La Cazadora. Esto es principalmente por su hábito de terminar con las peores bestias que atormentan las tierras de Rel, desde los Gusanos gigantes de Markett Russ hasta los Warforged de Solstein. Se puede decir que tiene una gran colección de trofeos, y una aún más impresionante de logros, en todo el mundo. Esto lo atribuyen a sus misteriosos orígenes, en algún lugar de los páramos de Bor.
 
Se sabe de Meiet que cruzó al Imperio en algun momento, en su niñez. Las historias varían, pero la más conocida asegura que, con a penas siete años, fue parte de la Gran Incursión, y atacó los muros de Emon junto con el mismísimo Ygaret. Luego de eso, al ver como la horda se retiraba, habría decidido (según los rumores) cambiar de bando. y empezar una nueva vida. Así, se infiltró en Emon para comenzar a construir su reputación de mercenaria.
 
Cuando se habla de Meiet, se suele hablar también de su compañero: Ares. Sin ningún otro nombre que ese. Se conocieron en Nim, cuando la Cazadora venía a recolectar una recompensa. El guerrero era parte de los Centuriones, el gobierno de ese entonces. Hubo una inmediata conexión, tanto así que Ares decidió dejar su ciudad para aventurarse en el mundo con la chica. Y así fue.
 
Se volvieron mercenarios no solo en el Imperio, sino en todo el mundo. La lanza y la ballesta, les decían. Pasaron por Vintas, Xhorjas, Modeg... la lista donde se los a visto en los últimos años es incontable. Siempre trabajando como caza-recompensas, para indultar en los deseos insaciables de conocimiento y de aventura de Meiet. La pareja se volvió rápidamente una dupla amorosa, para luego casarse en algún lugar de las praderas de Dwindal, donde el pasto siempre es dorado.
 
Hasta hace poco, aquella era la vida de la Cazadora. Entonces, el Vicario, un amigo de Ares y antiguo funcionario de los Centuriones le mandó una carta al duo, implorándoles su ayuda con un sujeto extraño llamado Pirgus. Viajaron lo más rápido posible a la ciudad natal del lancero, que estaba furioso. Aquel temperamento, aquella temeridad, lo poseían cuando luchaba. Meiet sabía esto, sobre todo al arriesgar su vida casi todos los días. No dolió menos cuando, al intentar terminar con una gigantesca bestia metálica, abominación de Pirgus, Ares pisó mal una placa, y cayó en las pinzas del monstruo.
 
Su cuerpo fue destrozado en un instante, toda su vitalidad drenada de un golpe crítico y un poco de mala suerte. Meiet lo vio todo. Si tan solo ella hubiera sido más fuerte en ese instante... capaz podría haber hecho algo al respecto. Capaz lo podría haber ayudado más. Capaz la gigantesca araña moría antes... y aquello no pasaba.
 
Luego del ya famoso Altercado de Nim, Meiet se encontró de vuelta en el camino, sin rumbo, y sin compañía. Había estado así por gran parte de su vida, especialmente de niña. Eso no quería decir que no doliera. Sin embargo, con aquella empresa transcurrida en la Ciudad de los Cuervos, la Cazadora conoció a nuevas personas, nuevos individuos. Se abrieron nuevas puertas, mismo si otras se cerraron.
 
Ahora, Meiet persigue aquellas nuevas oportunidades. Creó lazos, para bien o para mal, y ya sea para desarrollarlos, o mandarlos a la tumba, sabe como seguirlos una vez que les atinó el primer tiro.

Gender

Mujer