Banshee de los mares, espiritu de venganza, busca a Eustass por el mal que aquella vez le hizo.

Los mares pueden ser traicioneros. Vengativos. Escuchan las plegarias de quienes los navegan, y... a veces... responden.
 
La historia de Vivienne de la Croix es una de tragedia, odio y retribución. No muchos la conocen, pues solo susurran el nombre de la pirata pelirroja... o de la Bruja de las Algas. Se dice que originó de Tal'Dorei, como Alta Elfa de Melesade. No era una criminal, en un principio, solo la hija de poderosos nobles, con una pasión por el océano alrededor de su isla.
 
Desde pequeña le encantó navegar, pero nunca le permitieron, por su estatus y por su genero. Tuvo que hacerlo a escondidas durante años, escapando con medios-elfos viviendo en las zonas más pobres de Melesade, que se volvieron sus mejores amigos. Cuando cumplió la mayoría de edad, se escapó de su noble casa volviéndose una polizonte en un barco mercante, junto con sus compañeros, que siempre buscaron una nueva vida.
 
Su felicidad duró poco. Los chicos que la acompañaron, quienes ella pensaba eran sus amigos, la ataron a la bodega del bote después de tomarlo para ellos, y pidieron un rescate a su familia. Paelor sabrá que atrocidades tuvo que aguantar durante las tres semanas que se encontró siendo prisionera de piratas.
 
Se dice que cuando la familia noble estaba a punto de pagar por su hija, otro barco se avistó en la lejanía. La tripulación del terrible Rey Pirata, el Duque de Altamar, abordó aquel bote mercante, matando a los secuestradores. El mismo Vladimir Eustass descendió de la Esmeralda para registrar su conquista. Es así como se vio cara a cara con la chica, atada y mutilada en la bodega de vinos.
 
"Débil." 
 
Aquella es la única palabra que susurró el Duque antes de que sus compañeros la desaten. No la trataron mal. Al contrario, pareció como si finalmente, la suerte de Vivienne estaba cambiando. Pero no. Casi desmayada, deshidratada, y medio muerta, la chica fue tirada por la borda, como si fuera mierda. Impactó contra la marea, hundiéndose inmediatamente, odio en sus ojos al ahogarse.
 
Incluso bajo el agua, la chica maldijo a aquel pirata. Los maldijo a todos. No descansaría hasta que el Rey de entre ellos responda por sus acciones. Tenerla a su merced... y deshacerse de ella? Qué clase de persona haría eso? Alguien con un corazón de piedra. Mientras se hundía, su odio, su ira, su frustración... algo la escuchó. El Dios de la Venganza misma, Wabajack, encantó las mareas.
 
El cadáver de Vivienne quedó en el fondo del mar, comido por las algas, junto con sus cinco "amigos". Pero su espíritu no murió. Los océanos escucharon. El favor divino brilló como una luna roja sobre su patética existencia, mostrándole algo mayor, un propósito. La venganza.
 
Cuando Eustass no encontró lo que sea que quería encontrar dentro del bote mercante, lo hundió. La enorme carcasa de madera podrida descendió hasta las algas, donde Vivienne estaba esperando. Tardó un tiempo en encontrarse a sí misma de nuevo. Tardó un tiempo en comprender que no había muerto. Pero no tardó tiempo en saber cuál era su destino. Supo inmediatamente por qué razón seguía en esta tierra.
 
Así, el barco se levantó del fondo del mar, flotando imposiblemente sobre el agua, con la elfa pelirroja como capitana, y los cinco medio-elfos que la traicionaron primero como sus tripulantes. Incansable, inmortal, solo buscaba una cosa... encontrar a Eustass, y hacerlo pagar por sus incontables crímenes. La Bruja de las Algas se había vuelto la retribución de cientos y cientos de almas perdidas, todas buscando la muerte de un solo hombre. El Duque de Altamar pagaría, tarde o temprano.