Broken
¡Quebrado!
Escuchaba los pasos acercarse rápidamente a donde él yacía al final del acantilado. Él estaba corriendo y tropezó, ¡una tontería! pero ahora no podía moverse, sentía su cuerpo quebrado, astillado. Los pasos se detuvieron, cerca de él, logrando olerle, verle; emitió un grito ahogado, y vio como la pata color crema, grande y con garras del tamaño de su propio dedo índice le apretaba su pecho. Comenzó a sentir el lamido del animal, su piel se erizo, el miedo se convirtió en horror apoderándose de él; quebrantado lo único que aún seguía intacto después de la caída: ¡su alma! No quería morir ahí, pensó en su familia, que tal vez lo encontrarían, mutilado por el animal, imaginó el dolor reflejado en la cara de su hija, de su esposa, de su madre, no pudo más y las lágrimas comenzaron a brotar.
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