Pizarra Ancestral
La Pizarra Ancestral es, o era en caso de que los Invasores la hayan destruído, un trozo de metal de 6 metros de altura y tres de ancho que tenía tallado una oración en un dialecto desconocido. Se encontraba en medio de un bosque en Luatokoa y estaba escrito en un idioma desconocido. Inmediatamente atrajo la atención de Hellas, lo que provocó las Guerras Arqueológicas que se acabaron con un tratado que permitía a los Hellenos estudiar las piezas bajo la vigilancia de Luatokoa.
Los Luatokinos nunca quisieron desvelar qué aprendieron concretamente, pero el motivo por el que los hellenos decidieron atacar fue porque los Sinerios comenzaron a hablar un idioma nuevo a los pocos años de encontrar dicha pizarra. No obstante, los resultados que obtivieron los hellenos fueron escasos, pero se cree que en la extraña aleación se encontraba escrito las instrucciones para aprender el idioma de los Antiguos.
Los Luatokinos nunca quisieron desvelar qué aprendieron concretamente, pero el motivo por el que los hellenos decidieron atacar fue porque los Sinerios comenzaron a hablar un idioma nuevo a los pocos años de encontrar dicha pizarra. No obstante, los resultados que obtivieron los hellenos fueron escasos, pero se cree que en la extraña aleación se encontraba escrito las instrucciones para aprender el idioma de los Antiguos.
Historia
Desde su descubrimiento se invertió una gran cantidad de recursos por parte de Luatokoa para obtener respuestas. Debido al extraño tipo de aleación del que estaba hecho, se creyó en un principio que la Pizarra era divina y que estaba conectada con Herio. Sea cuales feran las respuestas que obtuvieron, los por aquél entonces Sinerios emprendieron una capaña de expansión sin prescedentes y dividieron el reino en dos partes, una dedicada a la conquista y el estudio de los antiguos, los Luatokinos y los Sinerios que velarían por Ilargi.
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