Villa Nicolás
Villa Nicolás es una aldea diminuta, en la cual hasta hace poco residían menos de 100 habitantes, situada en el extremo sureste de la región de Tambler y protegida de la influencia de Rond-Fort por la Arboleda de los Herejes.
Se trata de un emplazamiento de suma importancia para la Teocracia Magna, debido a la conocida historia de Nicolás el Mudo, la cual se considera tabú en todos los territorios de la misma a excepción de esta misma aldea.
Actualmente se encuentra completamente desalojada y ocupada por un destacamento de caballeros de la Santa Inquisición, y sus habitantes están en paradero desconocido.
Demografía
Villa Nicolás era una aldea exclusivamente humana. No hay razón particular para este hecho, simplemente nunca se llegó a dar el caso en el que llegaran a vivir miembros de otras especies.
Gobierno
La aldea era lo suficientemente reducida como para no necesitar un sistema de alcaldía electiva. El gobierno de esta era llevado a cabo por un pequeño consejo de ancianos.
Industria
La principal fuente de ingresos de Villa Nicolás era la exportación de leña. La calidad de los árboles de la zona es excepcional, y en la aldea abundaban no solo los leñadores, sino los conocimientos y metodologías para una correcta tala periódica y duradera que no dañara el ecosistema. A pesar de la escasa población del emplazamiento, se coronaba como el principal productor de leña de toda la región.
Historia
La leyenda de Nicolás el Mudo
Antaño esta aldea presentaba un nombre distinto al que luce hoy, pero este fue cambiado tras los sucesos que acaecieron a uno de los antiguos habitantes de la misma hace alrededor de un siglo, de nombre Nicolás.
Nicolás era un viejo leñador mudo de actitud apagada, que llevaba años retirado del oficio al haber sido relevado por su hijo y se limitaba a cortar leña para usar en su propia casa, de forma recreativa. Un día sin más, toda su casa, con él dentro, se desvanecieron en un instante por la mañana sin dejar rastro alguno. La voz sobre este hecho se extendió rápidamente por toda la región de Tambler, aunque no logró atraer más que el interés de los curiosos que no creían que tal cosa fuera posible.
La verdadera noticia ocurrió meses después, cuando el hogar de Nicolás se volvió a materializar en el mismo sitio como si nada hubiera ocurrido. La sorpresa de los habitantes de la aldea fue aún mayor cuando, al salir Nicolás de su cabaña, alzó la voz y comenzó a narrar las aventuras que había vivido en su ausencia.
Esta nueva noticia se extendió como la pólvora por toda la Teocracia. Había demasiados elementos extraordinarios en la historia de Nicolás: no solo había desaparecido sin dejar rastro y reaparecido meses después como si nada, también había vuelto con la capacidad de hablar, y lo más impactante de todo eran las vivencias que juraba haber tenido. Nicolás afirmaba haber sido invocado a diversos mundos muy distintos a este, y en ellos había luchado de la mano de varios compañeros pintorescos haciendo uso de poderosas habilidades que le fueron otorgadas. Tras devolver el orden natural a todos aquellos mundos por los que pasó, el obsequio final que recibió fue el de la voz, con la que contar a todos sus familiares, amigos y conocidos las experiencias que había tenido.
La historia de Nicolás el Mudo acabó llegando finalmente a oídos del Sumo Sacerdote, quien vio en ella tamaño acto de herejía, al afirmar Nicolás haber recibido un trato similar al de los temidos Héroes de antaño y mostrarlo como un evento siquiera remotamente positivo. No pasó mucho tiempo hasta que el pobre leñador fuera ejecutado públicamente en Bela Sankta, pero desde aquel momento todos en la aldea juraron creer en las historias de su vecino y transmitirlas a sus descendientes, bajo la premisa de que si hubieran sido simples mentiras el bueno de Nicolás no debería haber recibido un castigo tan severo como la muerte. La martirización de Nicolás quedó grabada en los corazones de los habitantes de la aldea, quienes en señal de rebeldía cambiaron el nombre de la misma a Villa Nicolás.
Historia reciente
Los habitantes de hace un siglo acabaron teniendo descendencia, y su descendencia obró de la misma forma. Aquellos que vivían en Villa Nicolás hasta hace poco eran la cuarta generación tras la tragedia. Desde aquel suceso la aldea era vista como un lugar tabú, y el bosque a su alrededor acabó cobrando el nombre de Arboleda de los Herejes. Las labores de la familia Tambler a favor de Villa Nicolás permitieron retrasar todo lo posible una segunda acción disciplinar, pero las tensiones finalmente acabaron estallando hace un par de meses cuando se envió desde Milita un destacamento de caballeros de la Santa Inquisición bajo órdenes de apresar a todos sus habitantes para su posterior traslado a Bela Sankta.
Fue durante dicho traslado, antes de llegar al puente que cruza el Río Kapela, que se produjo lo que posteriormente se anunció como un ataque terrorista, en el que todos los aldeanos fueron liberados y la mayoría de los caballeros aniquilados. Los pocos caballeros que sobrevivieron fueron ejecutados en privado poco después por órdenes del propio Sumo Sacerdote, bajo la excusa de que habían desertado de una batalla contra meros villanos.
Dicen las malas lenguas que en realidad fueron ejecutados por jurar haber sido derrotados por un Héroe. ¿Será esto cierto? ¿Quizá se trate del espíritu vengativo del viejo Nicolás, o a lo mejor tan solo son los delirios de unos soldados humillados en combate por una estrategia terrorista excepcional? Solo el tiempo lo dirá...
Points of interest
El punto de mayor interés en la aldea es sin lugar a dudas la antigua casa de Nicolás el Mudo, el mismo de la leyenda, la cual estaba remodelada como albergue-museo para los pocos peregrinos que llegaban hasta este lugar tan recóndito de la Teocracia. En los alrededores de la casa, se puede observar en el suelo claramente una circunferencia irregular que la bordea a un par de metros de distancia, cuya forma levantada da a entender que la casa en su totalidad, junto con los cimientos y el terreno de alrededor, fueron levantados de su entorno y posteriormente vueltos a poner en su sitio sin mucho cuidado, reforzando la historia de la leyenda.
Al sur de la aldea se encuentra un antiguo santuario dedicado a Pensante, faceta del conocimiento de la diosa Fortuna. Lamentablemente, el paso de los años y el desuso ha hecho mella en este, y actualmente se halla en ruinas.
Turismo
Dada la delicada situación social de Villa Nicolás en la Teocracia, el número de peregrinos que llegaban a la aldea era virtualmente nulo, aunque los pocos curiosos que se atrevían a visitarla eran recompensados con un cálido recibimiento y la posibilidad de alojarse en la casa del mismísimo Nicolás el Mudo.
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