Pueblo Verdegal

La mayoría de la población se centra en actividades agrícolas y ganaderas pero existe una marcada presión por parte de los habitantes de alta cuna que buscan eliminar este tipo de empleos para convertir Verdegal en una urbanización de lujo.

Este pueblo que parece más bien una urbanización posee un equilibrio perfecto entre naturaleza y la mano del hombre. Largas calles sin asfaltar que avanzan en una sola dirección durante kilómetros cortadas por pequeñas calles transversales que dejan a sus lados chalets, adosados o edificios que no superan las 4 alturas. El espacio que no ha sido pasto del humano lo toma la vegetación existiendo un mutuo respeto.   En el centro de esta armoniosa mezcla de colores y vida podemos encontrar la plaza del pueblo; un espacio cuadrangular de esquinas redondeadas rodeado por un acueducto que pasa a varios metros de altura y por el que escalan las hiedras en busca de agua. Aquí se celebran tanto festivales como mercados con frecuencia.   En el Este, sujetando parte del acueducto encontramos un edificio de gran tamaño (el único que supera las 4 alturas) antiguo y decolorado por el paso del tiempo y, a su lado, el "ayuntamiento". Si miramos hacia el Oeste encontraremos unos grandes jardines con caminos de arcos enrejados llenos de rosas, árboles frutales, flores de todo tipo... Si se tiene la oportunidad, es un lugar precioso para pasar el día e inundar los pulmones con cientos de olores únicos y desconocidos para la mayoría.