Mogis

Dios de Masacre

Mogis es el dios de la matanza, la violencia y la guerra. Es el odio desenfrenado, la empatía negada y la misericordia olvidada, una entidad cuya sola presencia incita a los mortales a la violencia. Los soldados temen sucumbir a su sed de sangre para no deshonrarse, pero los vengativos y desamparados le invocan para que les conceda el don de su ira. Es hermano de Iroas, dios de la victoria, y su antítesis en materia de guerra.

La ira y la malicia que irradia Mogis son casi palpables. No controla su temperamento ni sus impulsos y arremete contra sus subordinados a la menor provocación. Se advierte a los soldados akronianos que ceder a su seductora furia de batalla es arriesgarse a convertirse en un andrófago, un asesino sediento de sangre totalmente consumido por la furia de Mogis.

Mogis presenta una figura aterradora, con la apariencia de un minotauro de cuatro cuernos de increíble tamaño, ataviado con una armadura de bronce con púas y empuñando una enorme gran hacha de ébano. No se degrada apareciendo ante los mortales con otras apariencias; contemplarlo es contemplar la crueldad de la guerra personificada. Anhela incansablemente derrotar a su hermano Iroas ​​en combate y convertirse así en el único avatar de la guerra entre los mortales.

LA INFLUENCIA DE MOGIS

Mogis, al igual que su hermano, gobierna el ámbito de la guerra. Pero mientras Iroas ​​se nutre de la gloria de una victoria honorable, Mogis se deleita en el sadismo, la destrucción y la humillación absoluta de los vencidos. Incita a los guerreros a cometer actos de crueldad y malicia en su búsqueda de la victoria. Solo quienes han experimentado el terror y la violencia de la guerra comprenden verdaderamente la naturaleza seductora del poder de Mogis. Sentir rabia, ser instrumento de ira: estas emociones superan el miedo a la batalla. En el odio reside la fuerza, y Mogis se deleita en ello. Pero los mortales deben tener cuidado, pues el precio que exige a cambio de esta fuerza es el sacrificio de la decencia, el honor y la compasión.

LOS OBJETIVOS DE MOGIS

Para Mogis, el mundo es un lienzo sobre el que pinta con sangre. Sus objetivos son fáciles de comprender, y por lo tanto, fácilmente cumplidos por sus secuaces. Mogis quiere destruir el mundo mediante el salvajismo. Que todas las polis caigan y las obras de los mortales ardan; todo se arruina con el tiempo, y Mogis cree que ese momento debería ser ahora. Solo los mortales más brutales y salvajes sobrevivirán a sus pocos elegidos. Una vez que el mundo yace en ruinas con su hermano muerto a sus pies, los objetivos de Mogis se habrán alcanzado.

RELACIONES DIVINAS

La existencia de Mogis se define por su eterna lucha contra su hermano gemelo, Iroas. (Solo unos pocos mitos contradictorios abordan la ascendencia de estos dioses, pero universalmente se les describe como gemelos). Cualquier acción o esfuerzo de Mogis contribuye a socavar y, en última instancia, destruir a Iroas. Cualquier relación divina que Mogis pueda establecer nace de la conveniencia y es un medio para alcanzar un fin. Mogis es incapaz de ser leal y se espera que rompa cualquier pacto o acuerdo una vez que este haya dejado de ser útil.

Erebos aprecia el obstinado deseo de destrucción de Mogis porque le sirve como medio para atraer cada vez más almas a su reino. Además, Erebos ocasionalmente dirige los ataques de Mogis en direcciones que incomodan a Heliod. Esta perturbación inevitablemente lleva a Heliod a invocar a Iroas ​​para luchar contra su hermano, perpetuando el interminable ciclo de conflicto entre los gemelos.

De todos sus compañeros dioses, Mogis es quien más respeta a Phenax. Mogis no puede evitar sonreír ante el caos que Phenax es capaz de causar y la carnicería que los Retornados desatan en el mundo. Phenax tiene un talento especial para incitar conflictos, lo que le permite a Mogis deleitarse con la contienda resultante.

Mogis alberga una persistente falta de respeto, que roza el odio, hacia Ephara y Karametra. Destruir las ciudades pulcras y ordenadas de Ephara es un placer, especialmente dada su meticulosa y precisa adhesión a las reglas. Asimismo, la estrecha relación de Ephara con Iroas ​​y Heliod provoca el disgusto de Mogis. Mogis desdeña a Karametra porque ayuda a los mortales y brinda socorro a los débiles. Estos son actos de insensatez porque los débiles no merecen ayuda; son pasto de los fuertes. Prender fuego a los campos fértiles y presenciar la hambruna resultante es motivo de alegría para Mogis, aunque más de una vez le ha sorprendido la ferocidad de las represalias de Karametra.

ADORANDO A MOGIS

Mogis exhorta a sus seguidores a canalizar su odio y rabia en actos de crueldad y violencia cada vez mayores. Exige acciones en lugar de palabras, convirtiendo a sus seguidores en un grupo activo y peligroso. Desde el amante despechado sediento de venganza hasta el guerrero ensangrentado en el campo de batalla, todos honran a Mogis derramando sangre por la ira.

Los minotauros son los adoradores más fervientes de Mogis y celebran regularmente ritos sangrientos en su honor. Los cantores de guerra, el clero minotauro de Mogis, azuzan a sus merodeadores hasta llevarlos a un frenesí casi insensato antes de la batalla; La matanza subsiguiente glorifica el nombre de Mogis.

La aparición de la luna de sangre es una ocasión sagrada para los fieles de Mogis, ya que representa su odioso ojo carmesí. En esos momentos, sus seguidores preparan y consumen un festín de carne, cruda o apenas cocida, junto con abundantes intoxicantes, seguido de una automutilación ritual, donde se autolesionan para demostrar su devoción a Mogis.