Hades Varkane

Hades Varkane nació en el seno de una familia de artesanos cuya maestría en la alquimia y la forja de armas había trascendido generaciones. Los Varkane habían trabajado para innumerables cazadores, guerreros y hechiceros, perfeccionando herramientas de combate que combinaban ingeniería, magia y tradición. Sin embargo, a ojos del mundo, su mayor logro siempre sería haber sido los creadores del Duskwalker, el arma legendaria empuñada por los Van Mouth.
  Desde pequeño, Hades creció entre planos de armas, esquirlas de metal y el constante martilleo de su padre en la forja. Su abuelo, quien en su tiempo sirvió tanto a Terrier como a Richard Van Mouth, se había retirado, dejando la dirección del linaje en manos del padre de Hades. Aunque el apellido Varkane aún era respetado, su gloria se desvanecía en la nostalgia de lo que una vez fue.
  A diferencia de sus antepasados, Hades no se conformaba con reparar armas antiguas o replicar los diseños de siglos pasados. Su ambición lo impulsaba a innovar, a diseñar herramientas que no solo igualaran las leyendas, sino que crearan nuevas. No obstante, el peso del Duskwalker era una carga constante. Cada cliente que cruzaba las puertas del taller mencionaba la misma historia, cada encargo venía acompañado de la inevitable comparación con el arma mítica. Era como si su familia solo existiera para preservar un legado ajeno.
  Hades, con su talento innato y una mente inquieta, comenzó a desarrollar su propio enfoque: armas únicas, personalizadas para sus portadores, diseñadas para adaptarse a sus estilos y explotar su máximo potencial. Su obra maestra, una espada capaz de canalizar magia como foco arcano y disparar energía cuando se agotaban los conjuros, fue la primera de muchas creaciones que pretendían desafiar los límites de la forja convencional.
  Pese a su evidente genialidad, la frustración lo carcomía. La gente seguía viendo en él solo un descendiente de los creadores del Duskwalker, no un innovador con su propia visión. Sin embargo, Hades no reniega de su linaje; ama a su familia y respeta su legado, pero está decidido a no ser solo un eco del pasado. Quiere que su apellido vuelva a ser sinónimo de grandeza, no solo por lo que hicieron sus ancestros, sino por lo que él está destinado a crear.