Kaedin Volus: El Ingeniero del Caos

Kaedin Volus nació en los oscuros callejones de Thounarme, la capital de Neberor, una país marcado por la corrupción, la decadencia y el constante enfrentamiento entre familias mafiosas. Desde joven, Kaedin mostró un intelecto brillante y una fascinación insaciable por las máquinas. Su talento para resolver problemas mecánicos le permitió destacar en los talleres locales, donde aprendió a crear artefactos funcionales y efectivos.

En un ambiente donde la inventiva era tanto una herramienta de supervivencia como de ascenso social, Kaedin rápidamente entendió que solo la innovación podría otorgarle un lugar en el despiadado sistema meritocrático de Neberor. Sin embargo, su entorno comenzó a moldearlo de formas que él mismo no anticipaba.

Buscando perfeccionar sus habilidades, Kaedin viajó a Nandra para estudiar en la prestigiosa academia de Igmira bajo la tutela de Prometheus, el Artífice Eterno. Durante sus años allí, Kaedin absorbió cada lección con un fervor casi obsesivo. Aprendió a combinar la magia con la ingeniería, a crear mecanismos que no solo fueran funcionales, sino también intrincados y elegantes.

Aunque Prometheus vio el potencial en Kaedin, también detectó un peligro latente en su forma de pensar. A diferencia de otros aprendices, Kaedin no mostraba interés en crear para mejorar la vida o avanzar la civilización. Su enfoque estaba en la eficiencia y la maximización de la funcionalidad, un indicio de los caminos que eventualmente tomaría.

De vuelta en Neberor, Kaedin encontró ciudades más hostiles y despiadadas que nunca. Las luchas de poder entre las familias mafiosas y el caos inherente de no solo la capital, lo empujaron hacia el pragmatismo, sino que también despertaron su instinto de supervivencia en su forma más cruda. Las armas de fuego tradicionales o los cuchillos simples ya no eran suficientes en un lugar donde cada esquina escondía una amenaza.

Kaedin comenzó a diseñar armas revolucionarias que combinaban complejos mecanismos con mortífera efectividad. Entre sus creaciones más icónicas se encuentran:

• Espadas Motosierras: Cuchillas con dientes giratorios impulsados por mecanismos mágicos o motores a vapor. Estas armas no solo cortaban, sino que desgarraban con una brutalidad inigualable.
• Hachas Motosierras: Pesadas y diseñadas para causar estragos, estas armas combinaban la fuerza de un impacto masivo con la devastación de sus cuchillas giratorias.
• Lanzas Retraíbles: Lanzas con puntas que podían dispararse hacia un objetivo y retraerse rápidamente, otorgando tanto alcance como versatilidad.
• Martillos Trituradores: Equipados con mecanismos internos que aumentaban la fuerza del impacto al activarse, convirtiéndolos en herramientas de destrucción masiva.

Estas creaciones, conocidas colectivamente como "las Armas de Volus," se convirtieron en un símbolo tanto de innovación como de horror. Las familias mafiosas y los mercenarios de Neberor comenzaron a buscar sus diseños, dispuestos a pagar fortunas por armas que les garantizaran la supremacía en los interminables conflictos de la ciudad.

Sin embargo, este éxito tuvo un costo. Prometheus, al enterarse del uso que Kaedin le daba a las enseñanzas de Igmira, expresó públicamente su decepción y horror. Sus palabras, cargadas de tristeza, fueron: "Estoy decepcionado de sus acciones, avergonzado de no enderezar su camino y horrorizado de saber de qué es capaz de hacer." Para Prometheus, las armas de Kaedin eran una traición a la filosofía del artífice: crear para la prosperidad, no para la destrucción.

A pesar del rechazo de su maestro, Kaedin no se detuvo. En su mente, las armas eran una respuesta inevitable al entorno hostil que lo había moldeado. La violencia de Neberor no era su culpa; él simplemente ofrecía soluciones a un problema que nadie quería resolver.

Hoy en día, Kaedin Volus es una figura controvertida en Neberor. Por un lado, es respetado como un genio de la ingeniería, capaz de combinar magia y maquinaria en formas nunca antes vistas. Por otro, es temido y despreciado por aquellos que han sentido el impacto de sus creaciones.

Kaedin no tiene intención de detenerse. Su taller en Thounarme, sigue produciendo armas con mecanismos cada vez más complejos y letales. En su interior, Kaedin se ve a sí mismo como un reflejo de Neberor: un genio atrapado en una espiral de oscuridad y caos, incapaz de escapar de las circunstancias que lo definieron.