Fordon

Fordon es un elfo alto y delgado, de piel clara y cabello blanco que le cae hasta las clavículas. Sus ojos son de un café claro que transmite serenidad, pero también una cautela propia de quien ha vivido más entre los árboles que entre las personas. Viste un camisón blanco hueso, sobre el cual lleva una capa verde con inscripciones élficas, probablemente de origen ancestral o ceremonial. Sus pantalones azulados y botas de cuero reflejan practicidad más que elegancia.

En su cuello, siempre visible, cuelga un amuleto en forma de cruz, cuyo origen aún no ha querido compartir con sus compañeros. Completa su atuendo con muñequeras de cuero y dos cinturones cruzados, de los que cuelgan bolsillos y una bolsa de viaje.

La ilustración que acompaña este perfil resalta sus rasgos con fidelidad: la expresión calmada pero alerta, el porte esbelto, y sobre todo su conexión con la naturaleza, visible en los tonos terrosos y la ornamentación élfica de su atuendo. Su arco largo, que lleva en la espalda, y las dos espadas cortas a su cintura, indican que es tan letal como silencioso.

Lleva un amuleto de cruz en el cuello

Viste un camisón blanco hueso, cubierto por un manto/capa color verde con inscripciones élficas. Unos pantalones de tela azul y botas de cuero. Lleva un par de cinturones de cuero con un morral/bolsito a la cintura. En sus antebrazos se cubre con unas muñequeras largas de cuero.

En su cintura lleva 2 espadas cortas envainadas y en su espalda su arma principal, su arco largo.

Fordon fue criado en los bosques élficos, donde aprendió a respetar el equilibrio de la vida salvaje. Sin embargo, un día, por razones aún desconocidas, sintió curiosidad por el mundo material y los lujos de la civilización. Desde entonces, ha combinado su sabiduría natural con trabajos como explorador y escolta, vendiendo sus servicios para financiar esa búsqueda de experiencias "terrenales".

En el grupo, no es ni particularmente extrovertido ni reservado. Tiene una forma suave de hablar, pero se gana rápidamente el apodo de “afeminado” entre algunos compañeros como Pichiyaca, debido a su actitud contemplativa y su constante fascinación por los árboles. Aun así, ha demostrado ser capaz, confiable y profundamente comprometido con entender el fenómeno de la isla.