Retorno de Alakam a Altatierra
General Summary
Habiéndonos recuperado bastante bien en Wethlo, con Gwynne pensábamos en retomar el camino a Capital, pero me hizo todo una escena de que ya no quería ir por tierra porque le parecía más seguro ir por mar; cosa ridícula, después del tiempo que pasé navegando estaba dispuesto a hacer todo el camino a Capital a pie, y de a ratos, a trote.
20 de Raista: este mismo día que hice los preparativos me sorprendieron con un vaso desbordado de espuma, Xiomara, Lars, y... otro (un semi-comilón). Lo llamé a Armon casi como si fuera mi sirviente, y le enseñé los recién llegados queriéndole decir que traiga algo fresco para tomar. Lo entendió al toque, y enseguida comencé a atacar a la "india gorda" con preguntas sobre qué había hecho, cómo fue que nos separamos, dónde estaban los otros, cómo se enteraron dónde estaba yo, dónde conocieron al semielfo, qué lápiz labial usa, cuál es su dieta preferida, cuál es la capital de Gont, y por qué el arroz es blanco. ¿Saben qué respondió? : "No-sé".
Después recordó que habían estado en el palacio de Alakam, y Fistan les dijo que nosotros ya habíamos partido a Capital; además, de yapa, les dejó al semielfo, Shackard, que también iba a seguir la misma ruta. A Lars, que le caían las gotas de sudor de las patillas, también le picaba el estómago, e interrumpió lo que le estaba contando a Xiomara para preguntar:
– ¿Qué hay de comer?
– ¡Armon!- grité -¿qué hay de comer?
– ¡Guiso!- El tono con que lo dijo me hizo recordar que todos los días había guiso.
– Los recién llegados quieren comer- y después de una pausa, porque me atragantaba con una risa contenida dije -y luego Xiomara se bañará.
Por fin, arreglemos de salir al otro día, así que se lo comenté a Armon para que nos preparase algo de morfi para el viaje. Le agradecí su hospitalidad y le dejé un par de monedas de oro. Dormí con toda la alegría de saber que ya mañana saldríamos más cerca de casa.
21 de Raista: primero salimos y una vez en marcha resolvimos la ruta a seguir: la única posible, según el mapa: como primer tramo, iríamos por el camino cruzando el Bosque Gris hasta llegar a Marnoth. La intención era todo el tiempo esquivar Martak, ya que después del conflicto, en el que estuvimos involucrados, no supimos nada más y ni queríamos saberlo. De todas maneras no había muchas noticias en el resto del reino.
En un rato de descanso, ya dentro del bosque y mientras comíamos una tabla de encuentros... he, quiero decir, una barra de helado, sentimos que una tabla de encuentros... digo... un arbusto se movía; no mucho, y tiré una piedra para ver qué sucedía. Salió gritando una tabla de encuentros... no, perdón, un gnomo, quejándose del piedrazo con una voz más aguda que María Callas. Nosotros sorprendidos le preguntamos qué hacía escondido:
– Miraba si llevan algo que necesito - dijo. Yo le daba vueltas observándolo muy sospechosamente, cosa que lo inquietó; me dijo algunas cosas ofensivas que no entendí bien, pero igual no vienen al caso.
– ¿Y qué es lo que necesitás? - le preguntó Shackard con menos elocuencia que un loro [CAR: 7].
– Mi nombre es Copérnicut y necesito una palanca de hierro.
No nos molestamos mucho en buscar entre nuestras cosas y le respondimos que no teníamos nada parecido.
– Qué lastima, y yo que pensaba pagar por ella - y empezamos a ofrecerle dagas, monedas y de todo con la excusa de que podía fundir esos metales y hacerse una palanca; pero aceptó un candelabro que llevaba Xiomara:
– Eso me puede servir - lo agarró y metió la otra mano en una bolsa, de donde sacó un hongo y estiró el brazo esperando que alguno de nosotros lo agarrásemos. Todos lo miramos desconfiados.
– He... ¿Qué es eso? - le pregunté.
– Un hongo curativo. ¡He! Copérnicut es honesto - entonces cacé el hongo y se lo di a Xiomara que lo guarde.
– Cómanlo de a cuartos - dijo por último y se fue -Adiós.
Ya cuando el sol nos miraba desde el oeste, Sultán, el perro de Shackard, gruñía hacia algo pero no veíamos qué. El semielfo se adelantó con él. No entendía qué andaba mal, entonces comenzó a moverse el suelo, ambos se apartaron de ahí y volvió a tranquilizarse. Para eso yo ya estaba arriba de un árbol, tratando de ver lo que podía a la distancia. Volvieron a adelantarse el perro y Shackard, y esta vez, el cabeza, le clavaba unos espadazos a la tierra como si estuviera viendo al demonio debajo de sus pies. Y era cierto, otra vez tembló todo, y una parte cuadrada del suelo empezó a levantarse. El perro se asustó, y corrió a esconderse detrás de un árbol. Una alfombra gigante se elevaba delante nuestro, y de golpe levantó dos costados muy violentamente y los sacudió azotando la tierra. Levantó tanto polvo, que ni un banco de esperma lo iguala. Cuando húbose ido la nube de partículas, una marca grotescamente dejada de tierra removida y ausencia de pastito y tréboles, nos dejó por sentado que el demonio se irritó y se fue.
22 de Raista: fue un día tranquilo de marcha [chim, pum, chim, pum]. La serenidad nos permitió observar un poco más lo que la naturaleza nos ofrecía alrededor. Los pajarillos piaban; las flores florecían; los pastos pastaban; los tres tigres trigaban; Pablito clavaba un clavito; y todo sucedía así, mágicamente, lo que me hizo pensar ¿qué árbol dará pergaminos?
23 de Raista: mientras observaba un hormiguero, vi que Shackard me pasó por al lado yendo un poco más adentro del bosque, y se puso a mirar una florcita amarilla. Pasó diez segundos hasta que súbitamente la linda flor se devoró una mariposa que justo pasaba por ahí. Xiomara también miraba, y con la gronchada que la distingue, se acercó poco discreta hasta la flor. En ese momento se dio cuenta que estaba rodeada de ellas, y todas se dieron vuelta a mirarla al mismo tiempo, desplegaron unas alitas de murciélago y se fueron volando.
25 de Raista: vimos de nuevo los murcielaflores. No sé quién intentó atrapar una y la mató.
26 de Raista: pasado el medio día, llegamos a Marnoth. Otro pueblo pequeño rodeado de chacras, donde se veía la gente trabajando; algunos saludaban. Nos aproximamos a la puerta de una posada; estaba entreabierta y se veía gente en su interior. Todo el mundo hizo silencio al ver entrar al mago multicolor, entonces aproveché el momento de atención para terminar de abrir la puerta estrepitosamente, bien guapo, atemorizante, reclamando mi cerveza. Mientras Xiomara se bañaba, con los chochamus nos quedamos tomando algo en la barra. Los otros pascuatos nos miraban como si fuésemos viajeros roñosos "-escúchenme - pensaba - seré roñoso pero no viajero... dogui... digo... - no sé si alguien me estaba mirando, si lo hacía, entonces vio que mis expresiones se retorcían en imágenes de confusión rabiosa - que soy viajero pero no roñoso, bué, no importa". Y decidí pedir una cama para dormir mi tan ansiada siesta.
A la tarde fuimos a comprar al almacén algo para el viaje. Je, je, me querían cagar invitándome a pagar todo yo, pero en cuanto se distrajo el semielfo le preguntaba (para mis adentros) ¿cuánto vas a aportar? Y le saqué tres monedas de oro. Con una de ellas le pagué al almacenero y todos quedaron contentos.
No sé por qué, Xiomara está de mal humor y se pidió una habitación para ella sola.
27 de Raista: seguimos camino. El día pasó rapidísimo, "sin gran cantidad de novedades" [dijo el master], de hecho, ninguna novedad. Decidimos que se haga de noche y dormimos.
28 de Raista: nos levantamos y a la noche llegamos al castillo. Sorprendimos al guardia, que tenía una mano dentro del pantalón revoloteándose la lombriz, asustado nos preguntó quiénes éramos y qué queríamos:
– Somos una manga de viajeros y nos gustaría pasar la noche bajo techo, si eso no es molestia - dijo el mago con tono de te pago lo que quieras por dejarme entrar.
–
El chavón hizo sonar una corneta y salieron unos cuantos hombres armados que hicieron las mismas preguntas, dijimos:
– ...(idem) - y dijeron que los sigamos.
El paje, con una cara de dormido que parecía una maldición de Spielberg, nos atendió excusándose por la ausencia del duque y el recepcionista, que estaban durmiendo. Nos llevó a unas habitaciones y nos despidió hasta mañana.
29 de Raista: desayunamos con el duque. Yo recordé que alguna vez ya estuvimos ahí con La Pluma del Basilisco, pero, claro, nadie se acordaba de nosotros porque todavía no éramos famosos. Charlamos sobre si sabía algo de Martak y contó que solamente sabía de la severidad del nuevo comandante.
Le preguntamos si había algún herbolario en el castillo, o alguien que supiera cómo conservar un cadáver. Nos mandó con el cocinero, que tenía las técnicas de conservación de alimentos, bueno, antes que nada. Luego de que lo encierren al vacío, noté que el enano llevaba un conjunto de barras con números debajo de cada línea y además tenía una fecha con una oración previa que decía: consumir preferentemente antes de...
30 de Raista: salimos camino recto, cruzando por un costado de Trollisai, para llegar a Soduria.
1 de Sheirk: durante la noche, en mi guardia (la última), sentí que dos trolls muy malitos se acercaban al campamento tan silenciosamente como ellos saben hacerlo. Uno apagó el fuego desesperado y el otro me dio rosca, con dulce de leche. Pero en cuanto me di cuenta que me dolió me alejé para dejarla a Xiomara que se encargue. Al ratito, Xiomara también se alejó y Lars mandó una bola de fuego cayendo como meteorito de la luna y quemó a un troll, y al otro que se escapaba, y a Shackard que se hacía el muerto. Sin avivarnos, se avivó el fuego en vez de nosotros y empezó a extenderse por los pastizales con rapidez. Con la misma rapidez nos fuimos de ahí.
2 de Sheirk: veíamos a lo lejos el humo que alguno se estaría fumando.
4 de Sheirk: sin novedades. Empezamos a entrar en una zona de pastos más húmedos. Por la tarde vimos humo delante nuestro, lógicamente no podía ser el fuego, entonces pensamos que podía ser Soduria. Y así era. Íbamos entrando y cada tanto se veían torres, no muy grandes, con un guardia sobre ella... sobre la torre.
Cuando la oscuridad tapó el cielo, obligó a todos los habitantes a irse a dormir, excepto en un lugar que mantenían las luces encendidas. Mirando por la ventana vimos a tres hobbits que parecían hablar de algo. (Para ese entonces Xiomara ya se había ido a dormir a otro lado). Golpeé la puerta, y me atendió uno, le pedimos de entrar, pues yo me moría de la alegría de estar con gente pequeña, y el pequeño (no más que yo), me hizo jurar por el santo callo que no le haría daño. Juré por el santo callo y encima agregué la palangana sagrada, para mostrarle confianza. Le presenté a Lars y también juré que él no les haría daño. Se presentaron con simpatía: eran Lojo, Fojo y Flojo, tres hermanos que gustaban de las historias. Pasé a contarles del viaje al Gran Oeste y toda la historia que pasamos con Yaka, de que era un dragón y no un negro esclavo como creía que era. Solamente espero que Karadajián no sea un dragón porque ahí sí que me muero de la risa -dragón con porra, juá. En fin, la historia les gustó, y aún así me apresuré a terminar porque estaban todos muy cansados.
5 de Sheirk: pasamos la noche en la casa hobbit. Cuando nos levantamos el mago se golpió la cabeza contra el techo y dejó tal bollo que parecía más la curva del tiempo de Einstein. Salimos y encontramos a Fojo, Lojo y Flojo, que se excusaban por no habernos esperado para el desayuno porque bla, bla, bla... Antes de irnos me obsequiaron una pipa, muy hermosa. Eso me hizo pensar que es buen tiempo para empezar a fumar. Yo también les dejé algo, un colgante de oro.
6 de Sheirk: todo el día tranquilo. A la tarde vimos unos bichos alados, pero luego los perdimos de vista.
7 de Sheirk: al mediodía vimos como las banderas del fuerte flambeaban sobre las torres. Los centinelas, para no romper el protocolo de todas las preguntas iguales, hicieron las mismas preguntas que en todos lados. Salieron unos chavones muy bien vestidos a recibirnos, nos introdujo al castillo y nos llevo a unos camastros que podíamos usar esa noche; pero todavía era de día. Nos dijo que el Lord nos esperaba ver a las 16 hs en su salón de recepciones. También nos ofreció que llevemos los caballos a los establos. Preguntando dónde estaban, siempre tomábamos otro camino; y en una de esas vueltas encontramos a un hombre puliendo su arma. Como quien comenta algo dije:
– Qué linda bandera ¿no?
– Y... con plata cualquiera hace una bandera linda - dijo el que pulía el arma sin distraerse del objeto.
– Cómo que con plata - me intrigó saber qué pensaba.
– Sí, el nuevo Lord trae buen caudal de Martak -sin embargo se lo veía descontento.
–
Fue suficiente para saber que estábamos cerca de un aprieto, primero por "plata", luego por "nuevo Lord".
Le preguntamos por los establos, y finalmente hicimos caso y los dejamos. Al ratito ya teníamos la entrevista con el señor Lord.
Entramos al castillo y caminamos bastante, como en todos los castillos, y una vez en el salón vimos que un hombre corpulento y algo encorvado bajaba las escaleras ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Era un orco!!!!!!!!!! Se dio cuenta de nuestra sorpresa y trató de tranquilizarnos. Las preguntas se basaron en los lugares de origen y destino; no hubiéramos tardado tanto si no hubiéramos dado tantas vueltas para responder: pura fruta, en ningún momento le quise decir la verdad, pues como es natural, no voy a confiar en un orco.
El resto del día, estuvimos discutiendo con Lars sobre qué ruta seguir y decidimos hacer campo travieso hasta Genanrost.
8 de Sheirk: por la mañana partimos. Las primeras horas fueron de caminata entre campos sembrados.
A la noche, Lars me despertó de una patada diciendo que algo se acercaba; cuando le tiró la vara de luz hacia donde más o menos estaba la criatura, se vio que era un viajero y nos pidió de quedarnos en el campamento, al lado del fuego. Se quedaron hablando Lars y el viajero, pero a mi me importaba un carajo y seguí durmiendo.
9 de Sheirk: me levanté para hacer mi guardia y el hombre seguía ahí, durmiendo, pero... creo que me dormí. Cuando me desperté el viajero ya no estaba, así que desperté a todos para irnos. Alguien advirtió que junto a la hoguera había algo: era un coso de cuero con un nombre "Artemiso". En la misma mañana, mientras apurábamos el desayuno, un destello sucedió de pronto. Todos con los ojos muy abiertos nos quedamos mirando, y entonces, apareció Gwynne. Nos contó que después de haber vuelto a Alakam para tomarse un barco a Capital, recordó que le tenía miedo al agua, y tuvo suerte, porque en ese día llegó Fistan, de algún lado, y le dijo mirando una bola de cristal "mirá, ahí están tus amigos. Chau", y la teletransportó al campamento.
Hablando de pelos feminales, seguimos el camino. De pronto, estando distraídos, un grupo de arañas nos atacó por el flanco izquierdo. Como era el que más cerca estaba de ellas, me eligieron para darme primero y se me vinieron dos al humo, pero le dije "quiero siete". Al final maté la que tenía a mi izquierda y la otra se encendió en chispas azules. Otra mató Xiomara, que también vio que otra más repartía chispas de colores. Cuando nos dimos vuelta, estaba Lars con las manos humeantes y aún mantenía una expresión de suma concentración, con los ojos cerrados y la nariz arrugada, como las que pongo cuando voy al baño.
14 de Sheirk: a la noche nos topamos un camino: "¡he, mire por dónde va!" le dije pero siguió caminando. Cruzaba de norte a sur, y apuntamos al norte par llegar a Genanrost. Ya estaba muy oscuro, pero sabía que estábamos muy cerca, entonces empezamos a ver una luz. Cuando llegamos, parecía ser un mesón de paso. Era una construcción en T y tenía un cartel que tenía una espada rota y decía "Mesón de la espada rota". Miramos por las ventanas y vimos que había gente bebiendo. Quisimos entrar todos a la vez por lo que la puerta no nos dejó. Cedí el lugar, y ya que estaba afuera me quedé afuera.
Di una vuelta a la construcción, y todo lo que encontré fueron ventanas que me mostraron lo mismo, así que después entré. Me senté en un lugar vacío donde ya había un plato así que lo comí. Los muchachos estaban hablando con un soldado, que parece que les hizo algunas preguntas. Al rato se fueron todos. Nosotros nos fuimos a dormir.
El mago había conectado la alarma que en un momento empezó a sonar. Nos reincorporamos exaltados y estaba el posadero en la puerta que dijo "apaguen eso", y luego nos pidió que juntemos todo y lo siguiéramos. Nos dirigió a lo que parecía un refugio subterráneo. Pero abajo encontramos que había un altar y toda la pinta de haber sido un templo. Aldaron, el que era el tabernero, es en realidad un sacerdote. Nos dijo que le parecía que nos estaban buscando y que debíamos irnos, ¡ya! Cuando le mencionamos que somos de la Pluma del Basilisco dijo "con razón". Preguntándole por lo que había pasado con el templo, nos contó que debía esconderlo de los soldados; nos pidió, además, que cuando lleguemos a Altatierra, avisemos de su situación. Antes también dijo que iban a incrementar los puestos de impuestos propuestos, presupuestos expuestos.
Teniendo un clérigo en frente, no dejamos de pedirle si podía revivir al enano, entonces fueron con Xiomara a buscarlo. Lo colocó en el altar y gritaba una oración que sonaba igual a un demonio de Tasmania. El espectáculo de lucecitas de colores, girando, subiendo y bajando, terminó en penetrar en Sorín, que estaba boca abajo. Se despertó, de súbito se levantó y vomitó hasta el escroto ¡y ya estaba vivo! Le dejé a Aldaron seis gemas, ¡seis! ¡¡seis!! Con algo de alivio dijo "tendré que sobornar a bastantes para salir de aquí".
Enseguida nos preparamos para salir... y salimos. El consejo de Aldaron fue que vayamos dirección noreste, esquivando Genanrost, y apuntando al bosque.
16 de Sheirk: es el cumpleaños de Xiomara; la despertamos con un desayuno espectacular (bueno, en la medida que se pudo), y le hicimos algunos regalos: yo le regalé un perla blanca.
24 de Sheirk: recién estamos entrando al bosque.
27 de Sheirk: a la noche, en la guardia de Gwynne, fuimos despertados por ella misma haciéndonos escuchar unos ruidos de ramas y pasos pesados que se acercaban al campamento. Mientras algunos nos poníamos las armaduras, el mago fue volando para ver si veía algo. Al ratito gritó "¡detente!". Me imaginé un elefante con cara de inteligente que venía, para que entendiera lo que decía Lars. De golpe se apareció un bicho muy grande con dientes de ratón, que miró a su alrededor y cruzó el campamento corriendo. Dejamos pasar unos minutos, y acordamos que ya no volvería así que seguimos durmiendo.
1º de Tarasde: encontramos un camino que va junto al río.
2 de Tarasde: en un momento Sultán, que iba delante de todo, se detuvo, nosotros también. Sentimos gruñidos de perros. Sultán salió corriendo y yo tras él. Cuando pasamos una curva vi que habían un hombre-lobo, dos lobos y un perro en el piso, como aprisionado por los otros dos. Y cuando ellos me vieron a mí, se me vinieron al humo. Peleamos, me mordieron bastante. Sultán se agarró con el humanoide. Cuando se las vio feas, escapó para el bosque. Hubimos matado a los lobos y fuimos con Lars que nos llamaba: tenía atrapado al lobizón en una tela de araña. Sorín curó al bulldog, que llevaba un collar con un colgante que tenía algo escrito pero nadie pudo leerlo, menos yo. El enano se tuvo que poner los lentes "te-veo-todo" para ver que decía "Colmillo". Seguimos un poco más el camino e hicimos campamento. Sorín me ató. Dormimos mal.
3 de Tarasde: Sultán se pone cada vez más antipático con Colmillo. Traemos al lobizón con nosotros hasta que sepamos qué hacer con él. Otra vez me ataron; dormimos en un refugio de Leomundo, me di cuenta de eso porque en la puerta decía "copyright Leomundo & Co."
4 de Tarasde: dormimos bien. Los demás estuvieron pensando sobre el lobo preso, el bulldog, y si Colmillo es vampiro. Xiomara nos contó el sueño que tuvo la noche anterior: vio como Colmillo ponía cara de malo, y se le tornaban de color los ojos a violeta. Otra vez a la noche el mago hizo la cabaña de Leo y Gwynne dijo que haría todas las guardias. En la mitad de la noche, me despertó un dolor tormentoso en el costado. No entendía nada y el único que estaba ahí era Lars, que me escuchó gritar. Y enseguida sentí que se abrió una nueva herida en mi hombro. Desesperado le pedí a Lars que me explicara qué sucedía, y me dijo que si le pegaban al perro, también me dolía a mí, y la cosa era que estaban todos tratando de pegarle al perro. Lars me desató (encima eso), y corrí a avisar que no le peguen porque me van a matar. Finalmente Xiomara logró quitarle un collar muy raro que llevaba puesto y lo bajaron a palos y ya no me hacía nada. Sorín curó y dormimos.
8 de Tarasde: por el mediodía los árboles se iban espaciando cada vez más hasta que nos encontramos fuera del bosque, y a poca distancia vimos una construcción. Antes de llegar a la posada encontramos a una mujer que trabajaba en la huerta. Cuando nos vio, nos saludó y se arrimó a atendernos muy amistosamente: dijo llamarse Megan. Pasamos y discutimos si seguíamos por tierra o por mar. Me impuse firmemente para seguir a pie, Sorín estaba de acuerdo en ni acercarse al agua; y... después de todo lo que anduvimos en el mar, soy capaz de caminar todo hasta capital, y cuando si me aburría, trotar.
9 de Tarasde: todos seguiríamos a pie pero igual nos dimos un baño en el mar, como para ya quedarnos sin ganas, y antes que se venga el invierno. Sorín miraba desde una gruta, porque hasta el sol le fastidiaba.
10 de Tarasde: "bonito primer día de caminata".
11 de Tarasde: mierda, se nubló y a la noche llovió.
12 de Tarasde: llueve. A la tarde vimos que en una península había un gran campamento. "Oh, oh", pensamos, "impuestos", y unos hombres llegaron hasta nosotros a caballo. Xiomara dijo que eran de Altatierra. Nos llevaron hasta donde estaban todos, mientras que un gordito se acercaba con papeles y desbordante de plumas, otros dos venían atrás con una mesa y otro con una silla, y otro más atrás todavía que llevaba la tinta, y otro que venía a inspeccionar, y otro traía el pollo, por si no alcanzaban las plumas, y otro llevaba un chino, por si no alcanzaba la tinta, y había otro más que por si las dudas... y agrego otro por si me olvidé.
Cuando lo largaron a Sorín ya era de noche así que ni me llamaron.
13 de Tarasde: se hizo e noite.
14 de Tarasde: por la tarde se divisaron campos de cultivo que estaban cultivados, y de pronto sobre la costa había unos barcos de vela. Pasamos por al lado de un molino. En frente a la plaza encontramos una posada: "La posada de la candela de ébano". Nos atendió una moza y le pedimos una habitación mientras esperábamos la cena. Cuando bajamos yo me fui al puerto, ahí busqué donde dormir; resulta que me había ofendido porque me llamaban ladrón todo el tiempo y no me confiaban nada.
En un momento me desperté y vi que un cuerpo luminoso pasó volando a unos metros por encima de mí. La seguí y vi que entró en un primer piso de la posada. Al rato vi que Lars salió por la ventana volando, y yo desde abajo le grité para que me alzara y me llevara con él a perseguir el fantasma. Cruzamos un campo de trigo y en el campo que le seguía, bastante más desértico vimos que en una afloración de la roca había una grieta con una luz azulada en el interior. Debatimos brevemente si entrar o no. Y entramos.
Caminamos por muchas cavernas hasta llegar a una donde nos vimos rodeados por unas cosas. Ahí comenzamos a escuchar tambores, platillos, y voces que invadieron nuestras conciencias. Cuando vi que una cosa, más grande, empezaba a formarse delante de mí, retrocedí y Gwynne me golpió [estaba muy confusa]. Lars recibió una bola de luz que explotó, y enseguida mandó una bola de fuego. Lars se cayó y todo se tranquilizó. Parece que el bicho estaba muerto. Revisando la cueva, encontramos que unas piedras sobresalían de las paredes, unas eran amarillentas y otras grises medio transparentes. Yo tomé una, y Gwynne el resto, eran como 16.
Despertó el mago y nos contó lo que había ocurrido dentro de su mente: vio que un par de hombres parecían tener una lucha mental y una tercera conciencia se alimentaba de su angustia.
Seguimos explorando y llegamos a una cueva con un charco. El mago fue volando a ver qué había más adelante. El muy gil, quiso pasar la cascada pero el agua lo hundió hasta el infierno. Después que esperamos un rato, Sorín se tiró al agua a buscarlo y volvió con Lars inconsciente. Lo despertaron y dijo que había visto una luz del otro lado de la cascada que se alejó cuando él se acercaba.
Seguíamos caminando, explorando el complejo [haciendo improvisar al master]. Nos metimos por un túnel que se iba angostando hasta que Gwynne que iba primero se atascó con la armadura. A Lars le atacó la curiosidad y se fue de una escapada a la cueva donde estaba la "gran cosa" a contar los ojos. Contó 12 ojos y 6 pares de quijadas, no sé qué quiere decir con 12 y 6 pares, pero su expresión fue de extrañesa.
Algunas cavernas eran claramente subsuelo del bosque, se veían las tremendas raíces que se atravesaban como columnas de un templo. En una de ellas encontramos un agujero en el techo, o en el suelo, hui, me marié. Trepé por una raíz y llegué a ver el bosque y bajé de vuelta. Yendo por un túnel sentimos un temblor. De golpe la luz se apareció y la empezamos a seguir. Gwynne se topó con un bicho que ocupaba todo el pasillo. Cuando lo vi apenas estando atrás de dos de mis compañeros, vi que tenía dos... o cuatro... no, otro dos, ¡hui, otra vez me marié! Salí corriendo. Cuando recuperé la razón, razoné ¿dónde estoy? Y escuché que adelante mío algo hacía ruido y vi que agua resbalaba por el suelo, primero calmamente, luego alteradamente. Retrocedí y tomé otro túnel. Escuché a Lars que me buscaba y le contesté a gritos que vengan que todo va a inundarse. Corrimos a una parte alta, el mejor sitio era el lugar que tenía el agujero, y entonces empezamos a trepar para salir. Justo a tiempo nos alejamos mientras todo se caía a nuestros talones; Gwynne me agarró y salimos más rápido. El mago salió volando con otro y con Gwynne salimos corriendo al bosque. Regresamos a ver la entrada y era la salida de una vertiente.
Cuando volvimos el posadero ya estaba levantado así que le contamos del fantasma y lo que interpretábamos de las desapariciones.
15 de Tarasde: el posadero había reconocido una la descripción del hombre que Lars tuvo en la visión, nos dijo dónde vivía y fuimos a verlo. La casa estaba abandonada desde hace tiempo, me dio la impresión. Al pegar la vuelta, sorpresivamente nos atacaron un trío de contrincantes de nivel uno, es decir, ososbúhos. Liquidamos a dos y el otro se escapó. Luego peleamos contra una bolita de colores que nos estaba volviendo locos, porque era como querer pegarle a un mosquito, mejor no lo recuerdo. La terminé atrapando en mi capa. Le dimos unos cuantos golpes, la pisamos, y al tantear la bolsa parecía no haber nada, igual me llevé la capa sin soltarla porque sabía que estaba ahí.
16 de Tarasde: por la mañana nos alejamos del pueblo a un descampado cosa de no provocar un incendio, previendo los impulsos del mago. Planeamos la aniquilación. Lo resultado fue: preparar un muro de fuego entre el mago y la capa (con la bola) que sostenía Sorín, y yo me ubicaba detrás de él. Con Lars estaba Gwynne. Todo estaba fríamente calculado. Pero se volvió caliente. Sorín soltó la capa y en ese mismo instante la bolita salió tan rápido como la luz, apuntando al mago que creo que estaba preparando un proyectil mágico. Lars y Gwynne retrocedieron, en vano. Y con Sorín nos petrificamos observando el espectáculo. La bolita cruzó el campo muy veloz, y así y todo le pegó al mago.
No me acuerdo cómo, terminaron por hacer mierda la bolita que explotó cual cafetera en Chernobil, y Lars quedó aturdido e inconsciente.
Despertó y vimos que sus ojos se desorbitaban al compás de la fuerza del cariño y encima le quedó una gran herida en el brazo y en la pierna también tiene alguna lastimadura grave.
"Volver, con los ojos marchitos, vampiros por el camino y ososbúhos también" pensaba esa tarde que podía escribir una canción acerca del viaje.
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