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Secta del Oráculo de la Reencarnación en Fuego

Orígenes divinos

El Oráculo de la Reencarnación en Fuego fue una figura importante en Ordem. Este fue producto del choque sociocultural entre las sociedades autoritarias e industrialistas de Nenún y algunas de las sociedades más primitivas e igualitarias de Ordem.   Rudmag de Itlák, un filósofo social enamés, viajó a Ordem durante su colonización y estudió las culturas de los nativos, observando el extraño contraste entre las formas de ser de algunas sociedades muy comunales y libertarias (carentes muchas veces de un Estado y participando de forma democráticamente directa en las decisiones del grupo) con las sociedades de Nenún. Esto iba en total contraste con el imperialismo, autoritarismo y absolutismo de Enám, así como en los absolutismos de los antiguos regímenes nulvinos. Esto llevó a Rudmag a retomar un debate clásico de la fragmentación nulvina acerca de la inequidad, esta vez bajo la luz de nuevas evidencias y teorías, arribando a una perspectiva similar al Rousseaunismo.   A medida que Rudmag fue desarrollando su propia filosofía social y divulgándola, aseverando que la condición primitiva es la única que permite alcanzar la perfección moral, Rudmag se encontró con gran rechazo de parte de todas las academias y se encerró en sus propias ideas, eventualmente cayendo en la locura y afirmando haber visto revelaciones divinas de un dios olvidado, el cual le mostró cómo fue objeto de adoración antes de que la colectivización y la agricultura arrojaran a las razas terenarias al pecado. Este dios, a quien Rudmag llama Nebsi̊ (/nɛbˈsɨ/), le prometió que el 120 e.M. (exactamente 100 años después de haber recibido las revelaciones) el mundo reencarnaría en fuego a través de un mensajero de destrucción a quien Nebsi̊ manipularía para cumplir su plan divino.   Rudmag interpretó que se refería al Gran Kanato Alaíreo, el cual ya amenazaba en múltiples ocasiones con guerras por los territorios de Ordem y en otras regiones del mundo. Muchos se unieron a su secta, la cual recolectó enormes cantidades de dinero y hoy en día sigue palpitando. No obstante, las autoridades colonizadoras cazaron a Rudmag por sus ideas inestabilizadoras, las cuales hablaban de inequidades e injusticias sociales impuestas por el capitalismo y el colonialismo. Rudmag se vio forzado a mantenerse bajo las sombras, llevando mensajes al mundo a través de sus mensajeros iluminados, y luego siendo llamado el Oráculo de la Reencarnación en Fuego o el Mensajero de Nebsi̊.   Un cambio significativo ocurrió durante la guerra de las lágrimas del exterminio, en la que los sectarios del Oráculo asociaron la creación de las bombas nucleares con el plan divino de Nebsi̊. De acuerdo a la secta, estas armas de destrucción masiva eran el primer paso hacia la aclamada reencarnación en fuego. Así, la fe de los fanáticos aumentó y más personas, desesperadas, se unieron al culto esperando ser perdonadas cuando el fuego divino incinerara el planeta entero.

Cosmología

Nebsi̊ creó el Universo y las diferentes razas sapientes para habitar Terenar. En el estado de naturaleza, estas vivían del forraje y la cacería, fuera de las sociedades. Cada persona era como un animal solitario, dirigido únicamente por la ley moral que Dios imprimió en sus almas y que le permitía la libertad positiva, hasta que eventualmente el hombre incurrió en el "pecado original": la colectivización. El organizarse en sociedades llevó a la destrucción de la autodirección y de la libertad, forzando a las personas en relaciones de dependencia y en un ciclo de actuar únicamente para suplir sus necesidades y deseos, y no para conectar con su propia naturaleza virtuosa y divina. Los hombres y mujeres olvidaron a Dios y adoraron a morbosos espíritus que los seducían con poderes para alimentarse de sus almas, y no fue hasta la llegada de Rudmag a Ordem que Nebsi̊ se volvió a aparecer en el mundo para revelar que el fin se acercaba; que era hora de devolver al mundo a su estado sagrado y divino original.

Principios de la fe

La filosofía de Rudmag de Itlák parte de que el hombre primitivo es gobernado por su naturaleza moral y auténtica, mientras que el hombre civilizado y moderno es dependiente en las siguientes dos maneras: en un sentido descriptivo, tiene una dependencia a otros para asistencia y dirección, especialmente en producción; en connotación normativa, es dependiente en el sentido de carecer integridad y libertad.   El Oráculo de la Reencarnación en Fuego afirma que la dependencia en otros deja al hombre en la voluntad arbitraria de otros, previniéndole de ser gobernado solamente por la ley moral natural. La virtud es expulsada de las relaciones humanas, lo cual causa que la autodirección moral sea destruida.   La forma más común de dependencia en el mundo moderno, o post-primitivo, es la dependencia en la esfera económica. Esto se debe al fenómeno de acumulación, el cual lleva a inequidad de riquezas y a la creación de clases opuestas como la burguesía y el proletariado, o el campesinado y la nobleza, o los amos y los esclavos. Las relaciones entre la burguesía y el proletariado es una donde unos requieren de la asistencia o el cumplimiento del otro (sin quitar el hecho de que una oprime a la otra; pues la oprime exactamente porque lo necesita para mantener su status quo), la cual está gobernada por los deseos y las necesidades en vez de la moral, lo cual es inherente de la condición post-primitiva.   Ni la burguesía ni el proletariado son libres en este sistema social.   De acuerdo al Oráculo, los intentos del precariado de rogar una subsistencia de los burgueses, y los intentos de los ricos de mantener a los obreros en sujeción dirigen eventualmente a la violencia. Es entonces cuando el gobierno es creado por la burguesía bajo el pretexto de establecer una solución a la violencia, cuando su único objetivo es servir los intereses de esta clase económica, manteniendo el status quo propietario. Esto logra, finalmente, la infelicidad, inautenticidad y falta de libertad global de forma permanente.   En pocas palabras, en el mundo post-primitivo se crea una dependencia en la esfera económica a partir de la acumulación de riquezas y la inequidad entre las clases sociales. Este status quo es mantenido a través de los mecanismos del Estado, lo cual lleva a toda clase de efectos psicológicos y morales negativos, incluyendo la incapacidad del hombre para autodirigirse de acuerdo a la ley moral natural.   La sociedad, la condición post-primitiva, es la causa de la corrupción y esclavitud del hombre. Es la sociedad la cual causa la inequidad y la carencia de libertad positiva. Bajo esta visión, la humanidad está perdida en cuanto esta quiera participar en sociedad y no bajo condiciones primitivas. El hombre colectivo debe ser superado para poder regresar a la verdadera condición moral.   La gran conclusión del Oráculo de la Reencarnación en Fuego tras su análisis pseudo-rousseauiano de la sociedad es que el mundo debe ser "reiniciado"; una "reencarnación en fuego" lo suficientemente vertiginosa y voraz es menester para devolver al hombre a las condiciones primitivas que permitirán la liberación positiva y el alcance de la moralidad natural. El Oráculo afirma que no es necesario forzar la reencarnación, pues Dios, en su plan divino o providencia, utilizará sabiamente a los propios agentes estatales que han sido causa de los horrores de la sociedad post-primitiva para devolver el mundo a su estado natural. Según el Oráculo, una guerra es inevitable donde el Gran Kanato Alaíreo traerá la destrucción del mundo moderno en un intento de pagar completamente el impuesto de sangre de su dios. Una vez los alaíreos acaben con la modernidad a través de esta hecatombe, las sociedades serán reducidas a cenizas y las personas se verán forzadas a volver a ese mundo primitivo. Esta es la única forma, arguye el Oráculo.   La trágica y ominosa conclusión de la guerra de las lágrimas del exterminio reforzó esta idea y la extendió, afirmando que esta reencarnación ocurriría a través de un holocausto nuclear.   En la teología del Oráculo, el hombre incurrió en el pecado original cuando se colectivizó, lo cual causó esa cadena de eventos que llevó a la inequidad económica y a la muerte de la libertad positiva y la ética natural. Fue en este punto cuando el hombre se separó del verdadero Dios que existe solo en la naturaleza y lo olvidó, empezando a adorar ídolos espirituales que buscaban únicamente separarlo de la iluminación y forzarlos a un camino de oscuridad donde podrían servir de alimento metafísico para estos seres. Pero en su plan divino, Dios devolverá a la "humanidad" al paraíso terrenal a través de una purga conocida como la reencarnación en fuego. Millones de personas morirán en conjunto con las instituciones sociales que fueron erigidas como castigo, al mismo tiempo que se asegurará el bienestar de las generaciones futuras.   La parusía del holocausto nuclear es el gran evento escatológico que todos los seguidores del Oráculo anticipan y por el cual acuden a las congregaciones; para ser perdonados por las bombas divinas y tener el privilegio de participar en el nuevo mundo.

Sacerdocio

Rudmag de Itlák fue la primera cabeza de la Iglesia de la Reencarnación en Fuego. Es quien tiene el título de Oráculo por su relación con Nebsi̊, la cual sirvió de revelación para los hechos futuros profetizados. Debajo de él se encuentran los Mensajeros del Oráculo, quienes son activistas anónimos que han alcanzado, a través de un culto esotérico, un conocimiento profundo y sistemático de las enseñanzas de Rudmag y las revelaciones de Nebsi̊. Estos Mensajeros son quienes dirigen las congregaciones y quienes coordinan múltiples marchas y campañas de publicidad masiva para recordarle al mundo que pronto todo será reducido a cenizas, y que solo quienes pidan perdón y se preparen para la condición primitiva sobrevivirán.   Los mensajeros del Oráculo son perseguidos por las autoridades de las diferentes naciones terenarias, especialmente en Ordem donde son más populares. A pesar de esto, ellos siguen trabajando desde las sombras justo como el Oráculo lo hizo, presentándose solo en momentos clave cuando saben que podrán estar a salvo. Muchos de estos mensajeros, además, son taumaturgos.

Poderes divinos otorgados

Los taumaturgos del Oráculo son infames por su capacidad para controlar la radiactividad. Aunque pocas veces se ha visto a estos taumaturgos emplear sus milagros contra otros, múltiples casos se han registrado de heraldos del Oráculo generando contaminación radiactiva y envenenamiento por radiación. Gran parte de estos han sido en defensa propia, lo cual terminó con la muerte de múltiples personas y el detrimento de la salud de muchos más.   En un caso de la primera década del siglo II e.M., una congregación del Oráculo fue descubierta en los tugurios de una ciudad de Ordem, la cual la policía decidió rodear e invadir para aprisionar a sus participantes. Sin embargo, antes de poder poner pie, substancias radiactivas emergieron del aire mismo y se impregnaron tanto en los militares y policías como en sus armas y vehículos. El metal y el plástico en la zona fue impactado al punto en que se tornaron quebradizos, al mismo tiempo en que los soldados y policías empezaron a experimentar piel roja, vómitos, náuseas, pérdida de cabello, quemaduras radiactivas e incluso muerte.

Influencia política e intrigas

La Secta del Oráculo de la Reencarnación en Fuego ha tenido un impacto bastante indirecto en la política. Primero, las obras de Rudmag de Itlák despertaron incontables debates, con incontables académicos enfrentándose a las perspectivas anarquistas y primitivistas del Oráculo, hasta que el tiempo permitió a los filósofos y teóricos sociales estudiar a Rudmag de una forma más crítica y reconocerlo por sus virtudes, mas no por sus vicios. Las obras de Rudmag, que continuaron siendo diseminadas de forma clandestina a través de Ordem, despertaron sentimientos anarquistas, vingeístas (comunistas o socialistas), malteístas, anti-capitalistas, anti-colonialistas y materialistas que reconocían las inequidades sociales en el mundo y el rol del Estado en mantener el status quo para proteger a la burguesía. Es por esto que las obras de Rudmag han sido consideradas tan peligrosas, incluso si la gran mayoría de los pensadores de Ordem rechazaron las conclusiones particulares del Oráculo.
La secta del Oráculo de la Reencarnación en Fuego surgió en Ordem alrededor de las profecías y enseñanzas filosóficas de un enamés conocido como Rudmag de Itlák, quien recibió teofanías de un dios llamado Nebsi̊ afirmando que el mundo sería "reiniciado" a través de un holocausto que forzaría a todos a volver a un estado primitivo. De acuerdo a Rudmag, esto era deseable, pues solamente en la condición del estado de la naturaleza, antes de la colectivización, las personas pueden alcanzar la libertad positiva y la ética natural. Sus sacerdotes principales, llamados los Mensajeros del Oráculo, son considerados criminales peligrosos a nivel internacional por su capacidad para controlar la radiactividad, una habilidad que han presentado desde el final de la Guerra de las Lágrimas del Exterminio.

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