Necrogólem

Los necrogólems son constructos nigrománticos, cuyas venas artificiales constantemente bombean excidio, es decir, almas en pena diluidas en un líquido maldito y corrosivo. Las venas son una mezcla de Bilis del Mundo y tejido conjuntivo laxo, con inscripciones rúnicas eranoristas para evitar que el excidio las destruya. El excidio debe ser reemplazado cada cierto tiempo, razón por la cual suelen venir con cilindros metálicos soldados a sus espaldas donde el excidio usado es removido y reemplazado.   Estas aborrecibles quimeras se componen de los tejidos y órganos de múltiples cadáveres, quienes son reanimados gracias a las propiedades impuras del flujo que las potencia. Además, los necrogólems son protegidos por una armadura orgánica compuesta de capas sobre capas de costras y formaciones cutáneas necróticas, las cuales, por su contacto con el excidio, toman un color negrestino. Sus cuerpos tienden a ser protegidos por pesadas armaduras de aleaciones impuras fabricadas bajo las Grietas del Abismo, y sus torsos conectan con sus extremidades a través de fascículos musculares oscuros y aislados, los cuales no son compactados ni juntados por el actuar de un epimisio. La falta de este tejido conjuntivo hace que los fascículos aparenten tentáculos que conectan con sus brazos.   Además de su dantesca y fúnebre estructura quimérica, los necrogólems poseen un cráneo apenas cubierto en tejido como cabeza, el cual también es unido a su torso por un cuello de fascículos musculares separados y que es protegido por un largo gorjal de Bilis del Mundo.