Cabalgata del Fin

La Cabalgata del Fin fue un periodo en la historia de Terenar que marcó para siempre al mundo, cicatrizándolo desde el núcleo hasta las cúspides de las montañas más altas. El Dragena, otro nombre por el que se conoce, es el único suceso verdaderamente digno de considerarse 'historia universal'. Comenzó en lo que hoy en día se conoce como el 1 e.M., el 1er año de la Edad Maldita o el 1er año de la Era de Nuestro Señor. Se trató de un conjunto de hecatombes una tras otra que marcaron el inicio del Régimen Abismal, involucrando la destrucción de Vaisflig, la Semana del Sol Negro y la Marcha Negra.  

Destrucción de Vaisflig

Vaisflig y Vartsenflig son las lunas de Terenar. El 26 de Vartsenhunt del 1 e.M. (un día después del equinoccio vernal), a las 8 de la tarde, lo que parecía ser una estrella fugaz voló directo hacia Vaisflig. Segundos después, un destello ominoso fue emitido desde el cielo nocturno y, de súbito, un manto de lugubrez arropó el mundo cuando el brillo de Vaisflig cesó y solamente quedó la tenue luz de Vartsenflig.   El mundo entró en crisis ante la repentina destrucción de uno de los satélites terenarios. Los profetas y sacerdotes llamaron esto un mensaje; una señal de que el fin se acercaba. Los astrónomos intentaron entender la naturaleza del problema atascando sus ojos en telescopios. El hombre común empezó a ser abrumado por el terror y la incertidumbre, y pronto comenzó un brote de una extraña psicopatología, en la que pacientes en todo el mundo de alguna forma de ansiedad u obsesión alrededor del concepto de la muerte y la inexistencia absoluta.  

Trastornos tanatofílicos y tanatofóbicos

Los trastornos que emergieron luego de la destrucción de Vaisflig se pueden dividir en los tanatofílicos y tanatofóbicos.

• Trastorno tanatofílico: Aunque el nombre pueda sugerir que se trate de un desorden sexual, la verdad es que este trastorno comprende un cuadro de síntomas que van desde las autolesiones hasta los intentos de suicidios, no basados en sentimientos depresivos, sino en sentimientos de adoración, temor y curiosidad por la muerte. No en todos los pacientes se presentó de la misma manera: algunos mostraban un simple interés por la muerte, el cual se vio más reflejado en filósofos y pensadores de la época; mientras que otros llegaron a auto-lesionarse e incluso a suicidarse, dejando rastros en su muerte de este inherente e implacable deseo por experimentar la nada absoluta.
• Trastorno tanatofóbico: Al contrario del trastorno tanatofílico, diversos pacientes a nivel mundial fueron atosigados por una voraz ansiedad cada vez que el concepto de la muerte se presentaba en sus mentes. Estas personas afirmaban ser capaces de experimentar lo que se sentía la muerte, la inexistencia o la nada, y que el aprisionamiento de la inconsciencia y la falta de agencia en una eternidad congelada en el tiempo los desgarraba por dentro. Incapaces de dormir, con ataques de ansiedad, palpitaciones y temblores, los tanatofóbicos sufrieron en gran medida durante este periodo.

La pandemia no distinguió entre sexo, edad o clase social. Tanto hombres como mujeres, niños y adultos, adinerados y pobres experimentaron los efectos de ambos trastornos. En Enám, esta enfermedad sirvió para alimentar el pensamiento nihilista y pesimista entre los eranoristas.  

La Primavera Negra

Un día luego de la destrucción de Vaisflig, en el 27 de Vartsenhunt del 1 e.M., a las horas del alba, la oscuridad de la noche perduró a medida que un sol sumido en la negrura emergía del este, con solamente una corona visible a través de la absoluta penumbra. El firmamento permanecía oscuro a pesar de que la creciente de Trimest se erguía, como una especie de crepúsculo sempiterno, y así continuó por 24 días hasta el final de Vartsenhunt, y luego por 4 meses, hasta la llegada del solsticio de verano, un día después, en el que el sol volvió a brillar.   En total, el Sol Negro, como se le llamó, brilló con sus moribundos y taciturnos haces de luz sobre Terenar por 229 días, tiempo en el que las aguas fueron teñidas con el color de la sangre fresca también. Estos días fueron de hambre y enfermedad. La falta de suficiente luz solar afectó los ritmos circadianos de los seres vivos en Terenar y tuvo un gran impacto en las tasas fotosintéticas de las plantas, el equivalente de las tasas fotosintéticas durante los crepúsculos. No hubo suficiente alimento para todas las poblaciones, y muchas personas murieron de hambre. Las temperaturas se elevaron y los crímenes crecieron de forma rampante.  

La Marcha Abismal

Se cuenta que la razón por la cual Trimest brilló con haces de oscuridad fue porque un portal se abrió del Abismo hacia el planeta entero, desde la estrella de Terenar, y el cual fue utilizado por los lacayos de Eranor para marchar sobre el decadente y agonizante mundo. La Marcha Abismal se dio luego de la firma de la Bula de Obsidiana, un documento importante firmado por la Mesa de los Generales Abismales que bajaron a Terenar con sus tropas. Al menos 48 Generales Abismales descendieron del Abismo al planeta, divididos en grupos de 8 para cada punto clave en Terenar:  

• 8 Generales Abismales bajaron a la actual Sacra Enám.
• 8 Generales Abismales arribaron en la fría y postergada Uroír.
• 8 Generales Abismales marcharon sobre Kaytishtík.
• 8 Generales Abismales cabalgaron sobre el Álairil.
• 8 Generales Abismales usurparon Ulbaud.
• 8 Generales Abismales se adentraron en Dharmim.

  Los Generales Abismales arribaron con cuerpos propios en conjunto con los Batallones Obsios; grupos de hasta 1400 soldados (aunque normalmente de 400 a 700) que llevaban la marca del Abismo; criaturas originalmente espirituales transmutadas en carne y hueso, con una característica simbiosis divina innata que les permite modificar su cuerpo y transformarse en criaturas horrorosas de poder inmenso. Estos Generales se enfrentaron a las fuerzas de los imperios y naciones terenarias, estableciendo su supremacía en la gran mayoría de estos y dando paso a lo que de ahora en adelante se conocería como la Edad Maldita, la Era de Nuestro Señor o la Edad Oscura.   El encuentro entre los abismales y los terenarios fue uno particular. La figura de los abismales se asemejaba solamente a la de los trasgos como los alaíreos, los nusenos, los magaros, los tédricos y los gigramitas. Estas criaturas humanoides de gran estatura, hasta 3 metros en algunos casos, inspiraban terror no solo por medio de su tamaño, sino por sus físicos corpulentos y fornidos; pelaje salvaje y oscuro; piel áspera y purpúrea, grisácea o negruzca; cuernos largos formando patrones regulares e irregulares. Llegaron primero como seres sedientos de sangre, destruyendo todo rastro de resistencia a su paso, sin detenerse ante las artillerías enemigas, y adaptándose rápidamente a las armas de avancarga utilizadas por los terenarios en el momento.   A medida que los abismales se adaptaban más a sus cuerpos, descubrían otros imperativos biológicos más allá que el instinto de destrucción: el instinto sexual. Al igual que los terenarios, cada abismal podía variar en cuanto a su sexualidad, existiendo, de igual manera, la posibilidad de la asexualidad. Ternlot Igíran, un General Abismal que marchó sobre Enám, fue uno de esos casos particulares. Ternlot no sentía interés sexual y no veía el fin de sus soldados y otros Generales en perder tiempo a través de la constante violación de víctimas y prisioneros de guerra de todos los sexos y edades. Ternlot, antes que todos los demás abismales, vio la necesidad de regular los imperativos biológicos de las Legiones del Abismo si se querían cumplir los designios del Amo según la Bula de Obsidiana. Así, cuando Ternlot conquistó Enrúv e Isnúd, su reino fue seguido por una serie de reformas que causaron conflicto entre los mismos abismales y llevó a la Guerra de las Concupiscencias, eventualmente ganada por su propio bando.  

"Los analistas afirman que la razón por la cual los hombres y mujeres de este mundo no caen en las trampas de los instintos es por su Über-Ich, el cual es adquirido en la infancia. De estar ellos en lo correcto, es una pena que nuestros propios lacayos no puedan contar con tal imprescindible estructura, y así hubiésemos evitado derramamiento de sangre entre nuestra propia especie".

  Por último, no todos los abismales llegaron a Terenar a través de un cuerpo propio. Muchos abismales importantes poseyeron cuerpos terenarios preexistentes, sin prestar atención a la raza o la edad. No obstante, la mayoría prefirió cuerpos de personas especialmente poderosas; miembros de las clases altas opresoras, para poder adelantar los designios del Amo. Así, al menos un 30% de los abismales en Terenar existen como espíritus que controlan el cuerpo de seres sapientes que antes pertenecían a otra alma y espíritu.   Los detalles sobre cada invasión pertenecen a la historia de cada pueblo, por lo cual otros artículos explorarán más a fondo los sucesos que llevaron a la conquista de los territorios nulvinos por Ternlot y los otros generales abismales, mientras que otro lidiará con la Intervención Duárnica y su resistencia contra los Generales que intentaron invadir Dharmim, y así sucesivamente.