Bomba Impía

Las bombas impías funcionan de manera diferente a las bombas físicas. Esto se debe a que las bombas impías son imbuídas con maldiciones nigrománticas para tener un impacto en el mundo espiritual y no en el plano mundano. Entonces, al arrojar una bomba impía sobre una región, esta no será "físicamente" destruída, sino que todo organismo que se encuentre en el lugar será arrebatado de su energía vital y de su espíritu. Así, cuando la primera bomba fue probada sobre una ciudad de nativos de Ordem, una explosión espiritual de 3 kilómetros abrió una Grieta del Abismo y absorbió todos los espíritus en ese perímetro, potenciando el Foso de las Almas en Pena y las capacidades de los motores impuros.   Las tres bombas impías utilizadas durante la Guerra de las Cadenas fueron más violentas aún, abarcando diámetros de 4 a 5 kilómetros y aumentando el número de Grietas del Abismo (que antes era de 2) a 5. A corto plazo, los efectos fueron devastadores. A largo plazo, estas Grietas sirvieron para potenciar la economía y enriquecer a la Burguesía.   Todos los seres vivos cuyas almas son arrebatadas por una bomba impía terminan como cadáveres ancianos. Es como si, en cuestión de segundos, las víctimas envejecieran al punto en que ya no es biológicamente posible para ellos seguir viviendo; sus músculos se ven tan atrofiados que no tienen ninguna manera de contraerse y, por lo tanto, siempre tienen las bocas abiertas, además de que la piel se pega completamente a los huesos y a otros órganos a causa de toda la pérdida de miocitos.