Los Velari

Los Velari son una de las dos grandes ramas nacidas tras el cisma y colapso de la civilización de los Eternos, los primeros seres conscientes sembrados por los Hacedores en el Vyramata. Mientras sus contrapartes, los Nivari, abrazaron el intervencionismo activo y paternalista, los Velari eligieron el camino de la no intervención.   Para los Velari, toda civilización debe encontrar su propio destino. Interferir, aunque bienintencionado, es una forma de arrogancia que puede condenar lo que se desea proteger. Su papel no es moldear ni dominar, sino observar, registrar y proteger el equilibrio del Vyramata desde las sombras.  

Järnastarn: Las Ciudades Estelares

  Lejos de estar unificados, los Velari viven dispersos en ciudades flotantes colosales llamadas Järnastarn. Cada una de estas urbes voladoras navega entre mundos como una hoja entre las ramas del Vyramata. Son maravillas de magia y tecnología: autosuficientes, ocultas, imposibles de rastrear por medios convencionales.   Cada Järnastarn está gobernada por una familia genética, una estirpe diseñada mediante selección mágica, ingeniería arcana y manipulación ancestral del linaje. Estas familias no son solo nobles: son el corazón cultural, político y espiritual de sus ciudades. Poseen dones y capacidades superiores, resultado de milenios de perfeccionamiento genético.   Aunque comparten una raíz común, cada ciudad es políticamente independiente, y con el tiempo, han adoptado filosofías y objetivos distintos, aunque sin romper nunca el principio fundamental del no intervencionismo directo. Pese a sus diferencias, mantienen una paz estable basada en el respeto mutuo, el aislamiento estratégico y la conciencia de que, divididos, son más difíciles de destruir.  

Una Estrategia de Supervivencia

  La razón de ser de esta dispersión es pragmática: los Devoradores, entidades cósmicas de destrucción inevitable, como Finishem, no pueden devorar lo que no pueden alcanzar del todo. Para los Velari, la movilidad interplanar y la fragmentación son claves para la supervivencia.   Así, las Järnastarn se mueven sin cesar entre mundos, documentando la historia de las realidades, estudiando el equilibrio entre los Hacedores y los Devoradores, pero sin alterar el flujo natural de los pueblos. Cuando una civilización cae, los Velari la lloran, la registran y continúan.  

Los Testigos

  Los Velari no conquistan, no predican, no lideran. Son testigos del universo. Son el recuerdo viviente de los Eternos, una raza que aprendió que todo intento de protección puede volverse tiranía, y que la libertad de fallar es tan sagrada como la de triunfar.   No todos comprenden su neutralidad. Algunos la ven como cobardía. Otros como sabiduría. Pero los Velari saben que su deber no es ser comprendidos. Su deber es estar allí cuando el último suspiro de una civilización se pierda entre las ramas del Vyramata, para que alguien recuerde su nombre.

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