Dioses y Zeclón
General Summary
Es lamentable observar la evidente dependencia de todas y cada una de las razas por la magia, simple y llanamente no podemos vivir sin ella, algo triste en realidad, pues, ¿Cómo hacen las civilizaciones en las cuales no hay una sola gota de zeclon? Si, se las arreglan para sobrevivir y avanzar, pero para el asombro de muchos, una ciudad tan grande y rica en conocimientos como lo es Abjanel es tan dependiente a esta fuente de poder, que si no fuera gracias a su ‘’buena suerte’’ (si es que podemos decir que fue suerte) probablemente, gran parte de la ciudad sucumbiría en el gélido Noxante. Todo ocurrió en el Noxante del año 2274 de la época octava, me encontraba en Abjanel, toda la ciudad se estaba alistando para la llegada del frío día, tres días antes habían sonado las campanas mágicas de la metrópoli, y un gigantesco domo translúcido cubrió toda la ciudad a excepción de los muelles, la gente que vivía en estos últimos, comenzó a resguardarse en templos y tabernas, puertas y ventanas que estaban bloqueadas por tablones de madera comenzaron a cubrirse por la nieve que caía. Con el pasar de las horas, las cosas comenzaron a ponerse extrañas, en las calles, no se escuchaba movimiento, ni grito alguno, algo inusual para la fecha, la calma hacía creer a la gente, que el Noxante ya había pasado. Algo que desoriento aún más a la gente, y no solo a las personas del corriente, sino también a los más grandes eruditos, fue que un gran halo de luz cubrió todo el cielo, la luz resplandeciente como un día de secmón, creó gran incertidumbre en la ciudad, y acto seguido a esto, el gran domo que protegía la ciudad, desapareció sin más. De repente, el pánico comenzó a llenar los corazones de las personas, en el cielo, que estaba ahora totalmente iluminado, comenzaron a dibujarse los símbolos de distintos dioses, el yunque encadenado, el pergamino manchado con tinta, el rostro y la daga, la montaña brumosa y muchos más símbolos fueron dibujados en los cielos de Eiláar, luego de esto ocurrió algo que no había ocurrido antes, algo catastrófico, algo desastroso, fatal para muchos, bueno para ninguno, la magia se fue, todo lo divino y lo arcano se fue, todos los clérigos perdieron su conexión con sus respectivas deidades, ningún objeto mágico funcionaba, fuese un arma, o una capa, todo lo relacionado con el zeclón se había ido. Pero no era este el golpe final, pues de repente y sin previo aviso, la gran mayoría de las personas en la ciudad comenzaron a comportarse de manera extraña, unos se lanzaron al suelo retorciéndose de dolor, otros alzaban sus miradas al cielo como si estuviesen asombrados, algunos pocos estaban normal, como si no hubiese ocurrido nada raro (entre los cuales me incluyo), solo observando cómo la gente a su alrededor, se retorcía de dolor y deambulaban con sus miradas al cielo, pero luego de reunir algo de información como buen bardo que soy, descubrí algo que me dejo frío, al parecer la gente tuvo una visión, para algunos dolorosa, para otros no, pero todos tenían algo en común, un ser demoníaco.
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La gran visión ocurre.